UNA MIRADA SOBRE LA ACTUALIDAD
Verdades y contradicciones de Milei en la ONU
El Presidente estuvo del domingo a martes pasado en Nueva York, donde habló por primera vez como Presidente. Qué es cierto y que no de lo que dijo, y cuáles son las implicancias para el país y para Entre Ríos de su discurso anti multilateralista.
Por Natasha Niebieskikwiat
Hay algo muy difícil de viajar al exterior y es tener que volver a casa para enfrentar la cruda realidad y los problemas sin resolver. Algo de ello está experimentando Javier Milei por estos días, a su regreso de Nueva York, donde dio su primer discurso como Presidente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Se fue dejando atrás nuevas críticas del Papa Francisco con el que buscó mejorar la relación. Y con el sabor de que la petrolera de Malasia, Petronas, enfriaba su proyecto de inversión para una planta de gas licuado en Río Negro con un aporte que esperaban de U$S 30.000 millones. Al llegar lo esperaban las nuevas cifras del INDEC: 52.9% de pobres, 11 puntos de los que había a fines de 2023, y 18.1 % de indigentes. Las encuestas en baja para el gobierno libertario muestran a su vez, una fuerte caída de la popularidad del “León”.
El viaje a Nueva York de Javier Millei contiene algunas verdades, y varios predicamentos que presentan importantes contradicciones. Pero además, su prédica sienta un mal precedente con consecuencias imprevisibles y de descrédito incluso para Entre Ríos y Gualeguaychú. Por empezar porque provincia y ciudad están profundamente comprometidas y hasta son en algún caso dependientes de ciertos programas para el desarrollo que ofrece Naciones Unidas y que ahora el Presidente argentino desprecia.
Verdades y contradicciones de este provocador político
El influyente diario británico The Financial Times lo criticó duramente cuando en un principio estuvo fuertemente atraído por Milei porque, como sigue subrayando, Milei promete sacar a la Argentina de su peor crisis económica y de una inflación de tres dígitos con severo plan de ajuste fiscal. Pero ahora calificó su discurso la ONU como el de un “provocador político amado por la derecha alternativa”.
Efectivamente, Milei pertenece a ese mosaico devoto de la militancia en redes sociales de Elon Musk -sostén incluso de la candidatura de Donald Trump con fake news y la poderosa inteligencia artificial. Milei venera al creador de Tesla, Space X y dueño de X. Más que a cualquier jefe de Estado. Y se reunió ahora con él en Nueva York, y recibió la tercera promesa de inversiones. Promesas.
Milei tiene razón cuando habla de las inmensas e imperdonables fallas de las Naciones Unidas, un organismo enfermo de burocracia e inacciones, incapaz de resolver lo que deberían ser sus metas. Pero se enreda cuando -siguiendo su manual de acusaciones polarizadoras- la acusa de imponer una agenda “socialista” y busca evangelizar a un mundo que cree que lo escucha en masa cuando le pide a los países adherirse a su agenda de la “libertad”. Milei habla en contra de la agenda “woke” -progresista- sin medir que adopta las palabras de Musk y Trump contra la candidata de Partido Demócrata Kamala Harris.
En una alocución cargada de ideología antes que ser uno de los líderes más importantes del mundo tal como se percibe, Milei rechazó el llamado “Pacto para el Futuro” que la ONU adoptó el domingo, para acordar acciones por la igualdad de género, la regulación de la Inteligencia Artificial, además de acciones contra el cambio climático que sufre el planeta por la acción humana.
Cuando Milei anunciaba esto, su canciller Diana Mondino seguía participando de otras reuniones multilaterales, salvo la del Pacto del Futuro. Vale aclarar que no hubo votación sino consenso y Argentina, aunque no estuvo presente, tampoco ordenó romperlo.
“A partir de este día, sepan que, la República Argentina, va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó y va a estar a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad”, dijo Milei ya sobre el final de su discurso en Nueva York, atractivo por momentos pero que al final desautoriza años de trabajo diplomático que intenta mantener aunque sea algunas pocas políticas de Estado. Cuentan en la interna que es muy difícil hasta proponer equilibrios sin riesgos de salir eyectado de los cargos.
Argentina nunca tuvo en el mundo una verdadera política neutral. Ni por derecha ni por izquierda y siempre estuvo en el umbral de los intereses occidentales. Por si ello fuera poco, si bien es una decisión del Presidente manifestarse aliado de Estados Unidos -o más bien de Trump- y de Israel, el exceso declarativo dificulta los ansiados vínculos financieros con países árabes, que paradójicamente mantienen buena relación con el Estado hebreo pero no con Milei.
El desenganche verbal mileista del multilateralismo nos enfrenta a socios regionales naturales como Brasil. Llamó la atención que le recriminara a la ONU por la falta de solución sobre el reclamo de soberanía al Reino Unido de las Malvinas, cuando se trata de un conflicto bilateral. Y cuando pudo arremeter contra el régimen chavista, en lo que se ha destacado, vociferó contra Cuba y Nicaragua, olvidando a Venezuela.
Repercusiones para la provincia
Por último, una recopilación de opiniones tomadas por EL ARGENTINO viene expresando el daño que le hace a Entre Ríos el discurso del Presidente en Naciones Unidas.
Lo más importante es que es se trata de una provincia que está trabajando en desarrollo de infraestructura y de relaciones para abrir mercados de exportación y esto la aleja de los posibles compradores.
Desde el punto de vista financiero también la complica porque Entre Ríos tiene que salir a buscar créditos en organismos internacionales –BID, BM, CAF- y esto también genera problemas.
Entre Ríos está intentando generar, a través de la Región Centro y el litoral, vínculos con el exterior para que toda la actividad de agroexportadora, tecnológica, entre otras, se pueda comercializar
La disociación con aliados regionales y comerciales –finalmente- es otro tema de alta preocupación, como por ejemplo estar votando en contra de todo el MERCOSUR, también atenta, cuando Entre Ríos alberga en su corazón la ruta del Mercosur.