Una frase desafortunada
El ministro Alfonso Prat Gay, en su conferencia de prensa del miércoles, explicó varias medidas económicas y de reducción del gasto del Estado, en la cual empleó un término desafortunado cuando se refirió a la "grasa militante”.
Esa terminología fue empleada para explicar que el Estado no es una agencia de empleos para militantes, pero la definición no es digna de un técnico económico como Prat Gay, sino más bien hace referencia a la terminología chabacana que utilizaba Axel Kicillof.
En un contexto de alta convulsión social, por cientos de personas que se están quedando sin empleo tras el vencimiento de los contratos políticos en municipios, provincia y nación, los ministros deben manejar esta crisis con sumo cuidado, buscar palabras que no dejen secuelas idiomáticas o que suenen provocativas.
Es evidente que el gasto público debe ser reestructurado, que un Estado no puede tener una planta laboral enorme sin que esto no se refleje en un mejor servicio, en seguridad, salud, educación o ser más eficiente en el gasto público.
Un Estado elefantiásico, requerirá de más impuestos y más presión fiscal para las Pymes, para los pequeños comerciantes y para el propio trabajador, que debe pagar impuestos en cada alimento que consume al tener IVA, en cada litro de nafta que le carga a su auto o en la factura de luz.
El Estado debe reducir su gasto y en el proceso los funcionarios deben ser austeros, y transparentes, publicar sus declaraciones juradas y nombrar la gente justa y necesaria en sus áreas de gobierno, para poder bajar los impuestos y el propio sector privado logre absorber los 64 mil empleados públicos que quedaron sin trabajo.
Esa terminología fue empleada para explicar que el Estado no es una agencia de empleos para militantes, pero la definición no es digna de un técnico económico como Prat Gay, sino más bien hace referencia a la terminología chabacana que utilizaba Axel Kicillof.
En un contexto de alta convulsión social, por cientos de personas que se están quedando sin empleo tras el vencimiento de los contratos políticos en municipios, provincia y nación, los ministros deben manejar esta crisis con sumo cuidado, buscar palabras que no dejen secuelas idiomáticas o que suenen provocativas.
Es evidente que el gasto público debe ser reestructurado, que un Estado no puede tener una planta laboral enorme sin que esto no se refleje en un mejor servicio, en seguridad, salud, educación o ser más eficiente en el gasto público.
Un Estado elefantiásico, requerirá de más impuestos y más presión fiscal para las Pymes, para los pequeños comerciantes y para el propio trabajador, que debe pagar impuestos en cada alimento que consume al tener IVA, en cada litro de nafta que le carga a su auto o en la factura de luz.
El Estado debe reducir su gasto y en el proceso los funcionarios deben ser austeros, y transparentes, publicar sus declaraciones juradas y nombrar la gente justa y necesaria en sus áreas de gobierno, para poder bajar los impuestos y el propio sector privado logre absorber los 64 mil empleados públicos que quedaron sin trabajo.
Este contenido no está abierto a comentarios