LA OPINIÓN DEL PJ GUALEGUAYCHÚ
¿Qué nos está pasando como sociedad?
Mucho se habla de la batalla cultural. Y una de las más dolorosas batallas perdidas es el acostumbramiento a la crueldad. Así como en otras sociedades, las personas adultas mayores son respetadas, aún más que el resto de la comunidad, nosotros nos estamos acostumbrando a ver por televisión cómo las fuerzas de seguridad golpean, gasean y reprimen a personas de 70, 80 y 90 años.
¿El delito? Alzar la voz porque se están muriendo, porque las jubilaciones son de miseria y porque no les alcanza para vivir.
La represión a los jubilados debería ser un límite. Porque es inhumano castigar a los más débiles; porque el Estado debe acompañar y proteger, no someter a quienes ya pierden demasiado en la vida diaria; porque todos vamos a jubilarnos en algún momento y probablemente tengamos que reclamar por lo nuestro.
No podemos dar el brazo a torcer, no podemos perder la solidaridad y la empatía con los que peor la están pasando.
A ocho meses del gobierno de Javier Milei, las consecuencias de sus políticas son devastadoras para los sectores populares, a partir de un programa económico que, con la excusa de bajar la inflación, somete a las grandes mayorías a una miseria cuyos antecedentes debemos buscar en datos del siglo XIX y principios del XX.
Naturalmente, este diseño económico obedece a principios políticos que el gobierno libertario enarbola con orgullo: que el ajuste lo pague el pueblo y los sectores productivos y no la clase dominante que ve como cada día se hace más rica.
Así asistimos a una monumental transferencia de ingresos desde los sectores populares a la economía concentrada en unas pocas manos: los dueños de todas las cosas, como nos señalara el enorme Rodolfo Walsh.
Por eso no es ninguna novedad que no quiera darle un mísero aumento a los jubilados para que en vez de llegar al día 15 de cada mes, lleguen al 20. En la Argentina de Milei hay 5.000.000 de jubilados que están bajo la línea de la pobreza. En tanto que a los sectores más pudientes económicamente les baja la alícuota del Impuesto a los Bienes Personales.
La crueldad con los que menos tienen es, sin dudas, la principal característica de este gobierno.
Y no conforme con eso, si protestan son golpeados sin piedad por la Policía de Bullrrich, cada vez que salen a la calle a manifestarse. Es una verdadera vergüenza que quienes trabajaron toda su vida y aportaron para una jubilación no tengan la merecida recompensa de un ingreso que les permita una vida digna. Y no sólo les niegan la posibilidad de un pequeño aumento, sino que también son despojados de beneficios de sus obras sociales, como es el caso de los medicamentos que ya no reciben en forma gratuita.
Es innegable que el modelo de país que pretende instaurar Milei no cierra sin la represión a los sectores populares. Así como es imprescindible que todos aquellos actores sociales y políticos del campo nacional y popular asumamos que sólo en la unidad de acción tendremos la posibilidad de torcerle el rumbo a este nefasto gobierno.