¿Qué moda es ésta?
Se sabe que además de todas las precauciones que deben tener los conductores de vehículos respecto del rodado en el que se movilizan, también deben tener al día sus reflejos, porque no faltan peatones que insisten en cruzar sesgado, chicos que aparecen de la nada detrás de algún auto estacionado, motos y bicicletas que van por derecha e izquierda, tomando para sí la calle, todo lo que obliga a frenar en seco y de lo que suele hablarse en esta columna.
Ahora bien: si se cumple con todo lo estipulado, si al descender del vehículo además de hacerlo por donde corresponde, la persona se cerciora con el espejo retrovisor que nadie viene atrás y en consecuencia, nadie impactará en su puerta... ¿qué puede hacerse si, a contramano y a toda velocidad, además de pegados a los autos estacionados, un grupo de chiquilines se deslizan sobre sus patinetas (ahora rebautizadas skate board)?
En el caso de ocurrir algo (tener un chico golpeado tras pegarle a la puerta del auto, por ejemplo) se sabe que finalmente, se establecerá la responsabilidad y la culpa.
Pero entre tanto, el momento que se puede llegar a vivir por un capricho de chiquilines puede ser algo demasiado fuerte para ser gratuito.
El hecho del que se parte sucedió en la tarde de este miércoles, en calle 25 de Mayo.
Se entiende entonces que los adolescentes iban a contramano sólo por las ganas inconscientes de jugar al riesgo o, como es habitual en ciudades chicas, hacer su demostración para llamar la atención.
Ahora bien: si se cumple con todo lo estipulado, si al descender del vehículo además de hacerlo por donde corresponde, la persona se cerciora con el espejo retrovisor que nadie viene atrás y en consecuencia, nadie impactará en su puerta... ¿qué puede hacerse si, a contramano y a toda velocidad, además de pegados a los autos estacionados, un grupo de chiquilines se deslizan sobre sus patinetas (ahora rebautizadas skate board)?
En el caso de ocurrir algo (tener un chico golpeado tras pegarle a la puerta del auto, por ejemplo) se sabe que finalmente, se establecerá la responsabilidad y la culpa.
Pero entre tanto, el momento que se puede llegar a vivir por un capricho de chiquilines puede ser algo demasiado fuerte para ser gratuito.
El hecho del que se parte sucedió en la tarde de este miércoles, en calle 25 de Mayo.
Se entiende entonces que los adolescentes iban a contramano sólo por las ganas inconscientes de jugar al riesgo o, como es habitual en ciudades chicas, hacer su demostración para llamar la atención.
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