¿Por qué cuesta tanto cuidar el Acceso sur?
Tras muchos años de reclamos, pidiendo que la ciudad tuviera un acceso acorde a su importancia y la cantidad de gente que ingresa no sólo en la temporada alta de turismo sino a lo largo de todo el año, Gualeguaychú tuvo culminada la obra del Acceso sur, trabajo impecable del que disfrutamos desde hace un tiempito.
Pero algo falla, porque a medida que se avanza en su trayecto, se ve que el mal uso y la mala costumbre han hecho zanjones en el cantero central, al que se cruza en varios lugares, para tomar la dirección opuesta en el caso de tener que retroceder o para desembocar en una calle de las que, por no tener continuación del otro lado, desembocan en el acceso.
Es una verdadera pena y lo peor de todo es que cuando se le llama la atención a algún conductor que está realizando esta maniobra o ya la realizó, la respuesta es: “no hay puntos de retorno y la falta de guarda rail favorece esta maniobra”.
En consecuencia, la viveza criolla vuelve a imponerse.
Y a imponerse por encima de todo lo que costó esta obra, el tiempo que demandó y la buena voluntad de los que transitan por allí respetando las disposiciones.
Lo triste es que si se colocan árboles, se dice que son peligrosos ante un despiste. Y si se opta por respetar este criterio y al mismo tiempo, dejar la visión del conductor bien despejada, lo que encontramos es que el uso y costumbre (mal uso y mala costumbre, dijimos) intentan imponerse por la vía de los hechos consumados.
De manera que si la razón no atiende razones, quizá si lo haga con las infracciones que como se ve, son muchas y se cometen a diario.
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