Pensar y proponer
Si algo caracteriza a Gualeguaychú es su capacidad de gestión. Esta característica se debe en gran parte a una dirigencia que ha sabido interpretar los conflictos y las necesidades de la comunidad.
Sin embargo, desde hace seis largos años se mantiene un conflicto con la ilegal Botnia y la dirigencia local –toda, sin excepción- no han podido esbozar una idea clara y concreta para diseñar una hoja de ruta en esta controversia.
La mayoría –no todos- han adherido a la lucha establecida por la Asamblea Ciudadana, pero una cosa es acoplarse a una demanda, sumarse a un reclamo y otra muy distinta es conducir a través de propuestas este proceso.
La falta de propuesta debería hacer reflexionar a la dirigencia local, porque la solución no sólo se debe esperar que venga de espacios extra territoriales a los intereses de Gualeguaychú.
La dirigencia local tiene la obligación de pensar y proponer, no sólo sumarse a la lucha de la Asamblea. Los dirigentes (los ex intendentes y ex concejales y ex funcionarios), los doce concejales actuales, el intendente actual; los ex y actuales legisladores nacionales y provinciales, entre otros. Todos, nadie está en condiciones de sentirse excluido de esta crítica. Tampoco se les ha escuchado formular públicamente la necesidad de pensar juntos.
Por eso esta observación –que es constructiva- es válida para todos, sin excepción. Y se formula en un momento crítico donde se requiere del aporte de todos, especialmente de la dirigencia.
No se entiende que los dirigentes que han tenido responsabilidades públicas, los actuales y los que aspiran a ocupar un cargo en el futuro no puedan reunirse alrededor de una misma mesa y pensar juntos lo mejor para Gualeguaychú. Tienen tareas señores, no alcanza con adherir. Hay que proponer. La hoja de ruta es por ahora una página en blanco. Y esto es imperdonable teniendo en cuenta la propia historia de la comunidad.
La mayoría –no todos- han adherido a la lucha establecida por la Asamblea Ciudadana, pero una cosa es acoplarse a una demanda, sumarse a un reclamo y otra muy distinta es conducir a través de propuestas este proceso.
La falta de propuesta debería hacer reflexionar a la dirigencia local, porque la solución no sólo se debe esperar que venga de espacios extra territoriales a los intereses de Gualeguaychú.
La dirigencia local tiene la obligación de pensar y proponer, no sólo sumarse a la lucha de la Asamblea. Los dirigentes (los ex intendentes y ex concejales y ex funcionarios), los doce concejales actuales, el intendente actual; los ex y actuales legisladores nacionales y provinciales, entre otros. Todos, nadie está en condiciones de sentirse excluido de esta crítica. Tampoco se les ha escuchado formular públicamente la necesidad de pensar juntos.
Por eso esta observación –que es constructiva- es válida para todos, sin excepción. Y se formula en un momento crítico donde se requiere del aporte de todos, especialmente de la dirigencia.
No se entiende que los dirigentes que han tenido responsabilidades públicas, los actuales y los que aspiran a ocupar un cargo en el futuro no puedan reunirse alrededor de una misma mesa y pensar juntos lo mejor para Gualeguaychú. Tienen tareas señores, no alcanza con adherir. Hay que proponer. La hoja de ruta es por ahora una página en blanco. Y esto es imperdonable teniendo en cuenta la propia historia de la comunidad.
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