Museos vivos
Si algo tienen los museos de Gualeguaychú –todos, los de gestión municipal como privada- es que son centros culturales dinámicos, que derrotan lo estático e invitan a conocer cada vez las porciones de historias que a cada uno le interesan.
La Casa de Aedo, la Azotea Lapalma, el Museo Ferroviario, el Agrícola Regional, el Arqueológico Manuel Almeida y el Magnasco, son propuestas que merecen ser valoradas porque han permitido hacer de la memoria un compromiso con el presente y el futuro.
Hoy los museos replicarán los festejos del Centenario de 1910, que incluirá una salva a cargo del Regimiento de Tanques 12 “Dragones Coronel Zelaya”, reflexiones, una muestra de documentos del Archivo Histórico de la Ciudad y una ambientación de época.
Los museos son un formidable aliado para la educación permanente, porque además de las temáticas que se resguardan y exhiben, siempre están generando diversas actividades culturales para todo público.
Este aspecto no siempre es valorado, pero merece ser destacado porque permite no sólo conocer aspectos centrales de la historia local sino también amarlos y defenderlos.
Estos museos, además de su patrimonio particular, fueron sumando también donaciones de vecinos que son conscientes de que poseen un legado que merece ser resguardado para el goce de toda la comunidad. En este marco, estos espacios no sólo cumplen con una recreación indispensable para el espíritu sino que también alientan a continuar con la formación de cada uno.
Que los museos no queden solos, sino que sean poblados por miradas con asombro, con visitantes asiduos, es una muy buena forma de reconocerlos como parte de nosotros mismos.
Hoy los museos replicarán los festejos del Centenario de 1910, que incluirá una salva a cargo del Regimiento de Tanques 12 “Dragones Coronel Zelaya”, reflexiones, una muestra de documentos del Archivo Histórico de la Ciudad y una ambientación de época.
Los museos son un formidable aliado para la educación permanente, porque además de las temáticas que se resguardan y exhiben, siempre están generando diversas actividades culturales para todo público.
Este aspecto no siempre es valorado, pero merece ser destacado porque permite no sólo conocer aspectos centrales de la historia local sino también amarlos y defenderlos.
Estos museos, además de su patrimonio particular, fueron sumando también donaciones de vecinos que son conscientes de que poseen un legado que merece ser resguardado para el goce de toda la comunidad. En este marco, estos espacios no sólo cumplen con una recreación indispensable para el espíritu sino que también alientan a continuar con la formación de cada uno.
Que los museos no queden solos, sino que sean poblados por miradas con asombro, con visitantes asiduos, es una muy buena forma de reconocerlos como parte de nosotros mismos.
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