REFLEXIONANDO SOBRE NUESTRO INTERIOR
La comunicación en la Salud Mental
En Septiembre del 2003 comenzó a conmemorarse la prevención al suicidio y en este mismo mes decidí comenzar a escribir sobre salud mental de manera descontracturada, como si estuviéramos en un café.
Por Juan Pablo Massaferro
En el mes de la primavera pareciera ser que no sólo las flores son las que brotan, existe algo en las personas que también surge. El inconsciente de algunos empieza a tomar más lugar en la vida diaria como la flor va ocupando las copas de los árboles, un mismo proceso natural en diferentes seres.
Algunos se enamoran y otros moran en su mente. En la comunicación está la diferencia de poder decir te quiero a poder decir te necesito, quizás la demanda es la misma, pero el deseo no. No todos pueden comunicar lo que les pasa y de eso vengo hablar por aquí.
La comunicación y la salud mental parecen ser viejas enemigas, una conflictúa a la otra y es un círculo vicioso que la mayoría de las veces desemboca en un océano de incertidumbres, o en el peor de los casos en un desierto de deseos, la muerte del alma y de la vida lamentablemente termina siendo un último suspiro aliviador. He vivido muy de cerca este tipo situaciones, algunas por procesos enfermantes que acaban con la vida, y otras por decisiones límites que tiene el mismo final. En las personas, en las instituciones, en las familias, la salud mental no se comunica, y si lo hace es a través de un idioma q la mayoría no entiende.
Pero no saber no significa no poder, el ser humano está diseñado para acompañarse, para vivir en sociedad y como seres racionales y no salvajes nos corresponde integrar y no excluir.
¿Cómo integrar a alguien que habla otro idioma? ¿Como entender a alguien que no entiendo? No entender cómo entender al otro es el principio de querer.
Y la comunicación es el recurso. Querer es querer conocer, es querer saber, y en el saber está la clave de poder hacer.
Hay que animarse a querer saber, a conocer al otro, a escuchar a prestar, brindar, dar atención, tanto el institucional como en lo personal. No se puede arreglar algo que no se sabe cómo funciona y no se puede entender a alguien que no se sabe que le pasa. La comunicación tiene dos características que son la palabra y la escucha. Para entendernos como sociedad tenemos que escucharnos, para entendernos como personas tenemos que conocernos. Podemos hacer mucho más de lo que hacemos, podemos predisponernos a querer saber, interesarnos e involucrarnos. Cada uno desde nuestro lugar y en la situación que nos toque vivir podemos hacer algo por el otro y por nosotros. Nos invito a querer saber, nos invito a comenzar a abrirnos sin temor a lo desconocido y sobre todas las cosas a desestigmatizar los conceptos. Un loco no es un loco si entendemos lo que le pasa, siempre detrás de lo que se ve hay una persona con una historia que justifica su manera de ser y querer entender es querer.
Escuchemos con atención al otro, ocupemos un poco de nuestro tiempo en poder entender otras realidades, pongamos interés en saber que si se puede vivir mejor y que todos nos necesitamos en colaboración. Vivamos un poco para el que vivir tiene otro significado, quizás tengamos mucho que aprender de aquel que ve la salud y la tranquilidad como el tesoro más preciado.