Hospedajes en regla
Aún en temporada baja, la sucesión de propuestas para el turista hace que la hotelería y los complejos de bungalows tengan una ocupación aceptable.
Y si bien por el momento el perfil de los turistas se corresponde con los grupos familiares, a medida que pasen los meses comenzarán a llegar grupos de jóvenes, los que se inscriben en la nueva corriente de vacacionar entre amigos.
Esto podremos verlo con más claridad durante el tiempo del carnaval, atracción si las hay, junto con las playas, para este segmento viajero.
Y es precisamente esta franja de turistas la que por contar con menos disponibilidad económica recurre a hospedajes más baratos, ocupando el primer lugar de sus preferencias los denominados hostels.
Aquí es donde hay que poner la mirada en los que están por fuera del circuito en regla no sólo porque son una competencia desleal para quienes sostienen sus fuentes laborales todo el año, sino además porque se sabe que en las temporadas anteriores ciertos hospedajes han trabajado en condiciones que nos dejan mal parados, no sólo por las condiciones que ofrecen a los turistas sino también por la mala propaganda que hacen a Gualeguaychú como destino turístico.
Se sabe que los hostels se ofrecen en todo el mundo porque son una posibilidad económica, pero no por eso debe ser precaria.
Por esto habrá que encontrar la forma de que los que no lo han hecho, se inserten dentro de los parámetros establecidos para dar hospedaje porque ya se sabe: el turista bien atendido multiplica por cuatro o más las posibilidades de futuras visitas.
En oposición, el que es tratado mal, resta estas posibilidades multiplicándolas varias veces más.
Y en Gualeguaychú hay gente que trabaja en serio y no merece pagar por las faltas de quienes en lugar de hacer las cosas bien, consideran que pueden salvar buena parte del año valiéndose de lo que otros invierten y hacen para que la nuestra sea una ciudad turística.
Y si bien por el momento el perfil de los turistas se corresponde con los grupos familiares, a medida que pasen los meses comenzarán a llegar grupos de jóvenes, los que se inscriben en la nueva corriente de vacacionar entre amigos.
Esto podremos verlo con más claridad durante el tiempo del carnaval, atracción si las hay, junto con las playas, para este segmento viajero.
Y es precisamente esta franja de turistas la que por contar con menos disponibilidad económica recurre a hospedajes más baratos, ocupando el primer lugar de sus preferencias los denominados hostels.
Aquí es donde hay que poner la mirada en los que están por fuera del circuito en regla no sólo porque son una competencia desleal para quienes sostienen sus fuentes laborales todo el año, sino además porque se sabe que en las temporadas anteriores ciertos hospedajes han trabajado en condiciones que nos dejan mal parados, no sólo por las condiciones que ofrecen a los turistas sino también por la mala propaganda que hacen a Gualeguaychú como destino turístico.
Se sabe que los hostels se ofrecen en todo el mundo porque son una posibilidad económica, pero no por eso debe ser precaria.
Por esto habrá que encontrar la forma de que los que no lo han hecho, se inserten dentro de los parámetros establecidos para dar hospedaje porque ya se sabe: el turista bien atendido multiplica por cuatro o más las posibilidades de futuras visitas.
En oposición, el que es tratado mal, resta estas posibilidades multiplicándolas varias veces más.
Y en Gualeguaychú hay gente que trabaja en serio y no merece pagar por las faltas de quienes en lugar de hacer las cosas bien, consideran que pueden salvar buena parte del año valiéndose de lo que otros invierten y hacen para que la nuestra sea una ciudad turística.
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