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En tiempo de definiciones con el FMI
Para la oposición, al Gobierno le sigue faltando un plan para exhibir ante el FMI.
Tras dos años de una negociación de la que siempre se supo poco y nunca avanzó demasiado, se llega a instancias decisivas sin señales positivas. Chispazos con la oposición y la sombra del Presupuesto: ¿se busca generar un contexto para un fracaso del acuerdo?
La cuenta regresiva está en marcha y ya muchos dejaron de lado el optimismo original. Sobre todo a partir de la presentación que hizo el ministro de Economía junto al presidente en el Museo del Bicentenario, un evento que se tiñó de interna política a partir de las disidencias planteadas por la principal oposición. Allí Martín Guzmán expuso ante los gobernadores y de ese evento nadie salió convencido de que la negociación vaya a encarrilarse hacia un final satisfactorio.
Más bien el encuentro pareció haber sido organizado para mandar -como siempre a lo largo de esta extensa negociación- un mensaje hacia el Instituto Patria y los sectores más radicalizados del espacio oficialista. “La palabra ajuste está desterrada de la discusión con el FMI, para nosotros el secreto es crecer”, fue el mensaje que el presidente se esmeró en instalar ese día.
En su exposición ante los gobernadores, Guzmán planteó que el contrate entre lo que plantea el FMI y lo que propone la Argentina consiste en “la diferencia entre un programa que con alta probabilidad detendría la recuperación económica que se está viviendo, lo que es esencialmente un programa de ajuste versus un programa que le dé continuidad a la senda de recuperación fuerte de la economía”.
La cuota de polémica se dio en los días previos, cuando la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio resolvió que los gobernadores del espacio no asistieran al encuentro, ante la certeza de que el mismo se transformaría en “un escenario político” en el que los mandatarios opositores deberían escuchar diatribas contra la gestión anterior.
Esa prevención viene de cuando los intendentes opositores asistieron a la residencia presidencial como señal de apoyo ante la crisis policial bonaerense y terminaron escuchando a Alberto Fernández anunciando que le sacarían fondos a la Ciudad para destinarlos a esa fuerza. Hay otro botón de muestra más reciente que es el de la presentación del Consenso Fiscal, al que Horacio Rodríguez Larreta no asistió pero sí los gobernadores radicales, y donde el presidente no omitió críticas hacia el jefe de Gobierno porteño.
Alberto Fernández logró meter una cuña en el espacio opositor al convencer a Gerardo Morales y Gustavo Valdés de asistir al cónclave, aunque fuera a través de enviados personales. El presidente del radicalismo hizo un aporte invalorable al kirchnerismo al señalar al día siguiente que “esta deuda la contrajimos nosotros y lo menos que tenemos que hacer es ir”. Una frase no exenta de sentido común, pero políticamente incendiaria, pues si bien es algo que el oficialismo ya sostenía, ahora enarbola con énfasis tras la “admisión de culpa” de nada menos que quien preside uno de los partidos centrales de la principal oposición. Fuente: (El Parlamentario).