OPINIÓN
Elecciones 2023: Problemas de comunicación y economía
Por Javier Cubillas
Dos candidatos a presidente -MIlei y Massa- nos sorprenden a diario por la comunicación pública que realizan en diversos contextos sobre las medidas económicas que esbozan u ofertan y las que realizan.
Uno, por su nivel de histrionismo y rupturismo, respecto de ciertos consensos y sentido común extendido aún en la sociedad. El otro, por su nivel de parsimonia y pretendido control de la agenda pública de gobierno y políticas públicas.
Lo cierto en ambos casos es que, por momentos, cruzan un par de fronteras que hoy es fácil hacerlo y resulta difícil de entenderlas.
La frontera de la que hablamos tiene que ver con la responsabilidad de comunicar según un perfil como candidato a presidente de la nación, o el perfil con la libertad de comunicar como un analista o académico, o el perfil con las restricciones de comunicar como dirigente en un contexto de crisis.
Para poner en claro lo anterior, comunicar como candidato de la nación es exponer una oferta de medidas futuras de gestión y ello puede ir cambiando en función del contexto y posicionamiento del candidato y a quién elija como oponente para autodefinirse y definir a su contendiente. Se genera una relación de contendientes.
Por otro lado, comunicar como analista o académico, supone poder comunicar para recontextualizar la realidad mediante teorías, corrientes interpretativas, hipótesis o conjeturas, y escenarios tentativos, todos con la intención de ampliar la perspectiva de análisis, aunque algunas veces sí a esto se lo hace desde una posición doctrinaria obviamente se ajusta a ese único prisma analítico.
Finalmente, si se comunica como dirigente en un contexto de crisis, la comunicación es de emergencia, riesgo y prudencia. Es decir, se alerta sobre potenciales conflictos, problemas, niveles de riesgos, de hechos que pueden ocurrir en la comunidad y afectar a personas y/o bienes los públicos, entonces es clave llevar prudencia, tranquilidad y una orientación en donde se ejerce la función de liderazgo para salir de ese escenario disvalioso.
Estas tres visiones sobre la comunicación pública y si los campos se entrecruzan responsablemente, dan cuenta de un perfil profesional, analizado, justificado y con fines a construir una reputación positiva para acrecentar adhesión política y social. Se consigue en comunicación lo que se conoce como rapport correcto entre vocero y audiencia. Pero, puede ocurrir lo contrario, cuando estas tres visiones sobre comunicación pública y los campos se entrecruzan por sesgos, caprichos, ambición desmedida, irresponsabilidad política, e incluso un perfil psicológico que pueda ser puesto en duda sobre su estabilidad emocional. Aquí la reputación y el valor de la palabra nos encuentran en un estado de incertidumbre mayor y, por tanto, también se devalúan.
Si a lo anterior, lo tenemos en cuenta en estas semanas, y vemos las expresiones vertidas en los medios sobre el valor de la moneda y su entidad como medida de cambio, bien claro queda quienes actúan para sostener o atemperar la situación y quién alienta una mayor crisis monetaria y comercial.
Se ruega, que la responsabilidad política prime, ante todo, más allá de las perspectivas económicas, en tanto de este lado la ciudadanía no tiene información ni capacidad de reacción para proteger su patrimonio y calma emocional.
Analista de Asuntos Públicos.