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El equilibrio del Presidente
Refugiarse en el núcleo duro no parece ser garantía de protección y el Presidente apuesta a que una mejora en la economía le proporcione el aire que hoy le cuesta encontrar
Por María Herminia Grande
El presidente Alberto Fernández en paralelo al retroceso en las encuestas en su ponderación positiva, retrocede en sus convicciones de moderación y racionalidad. Casillero que deja vacío, lo ocupa el Instituto Patria.
Los equilibrios internos comenzaron a alterarse a partir de Vicentin, para agudizarse con la quita de coparticipación a Rodríguez Larreta. Y este año ese camino de coincidencia con el cristinismo duro, tuvo su epicentro en los privilegios a la hora de la vacunación COVID y una clara radicalización del Presidente, quien durante su visita a Méjico al mencionar al ex presidente Macri, dejó en claro que será el contendiente elegido en este año electoral. En el discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, refrendó esa conducta al solicitar el inicio de una querella penal.
Resulta increíble la repetición de la estrategia electoral: lo mismo hizo Macri con CFK. A Macri no le dio resultado.
Dos temas inquietan a la vicepresidenta Cristina Fernández: la Justicia y perder las elecciones. Con respecto a la Justicia, el Presidente ya envió dos de los tres proyectos a los que hizo alusión en el discurso del 1 de marzo: reforma judicial y cambio en el Ministerio Público para designar al Procurador.
El proyecto de creación de un Tribunal paralelo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, aún no llegó al Congreso, pero sí produjo que la ministra de Justicia Marcela Losardo aclarara lo obvio, y con ello deje su cargo.
La ponderación de la corrupción en Argentina nunca ocupó el primer lugar en las preocupaciones de la ciudadanía. No obstante, dos hechos la han colocado en los primeros puestos: a) privilegios en la vacunación y b) los intentos permanentes de modificar la Justicia.
También habría un cambio de estrategia en el tema económico. Muy a pesar del ministro de Economía Martín Guzmán, se ralentizaría el acuerdo con el FMI hasta pasada las elecciones. Esta demora no deja desguarnecida a Argentina, recibiría en derechos especiales de giro un equivalente a U$S 3.350 millones.
Todo indica que se viene un boom económico mundial post pandemia. Para el consumo de alimentos, el Mercosur es clave en la producción de proteínas. China debe alimentar a 1440 millones de personas, con un ingreso per cápita de U$S 10.000 anuales. Brasil y Argentina son principales beneficiarios. Brasil cubre el 70% de la demanda china de soja, Argentina el resto. La soja ha aumentado su precio en un 30% y además, debemos recordar que por cada punto que se expande la economía de Brasil, Argentina crece un 0,25% en el PBI.
Tal vez el error original del presidente Alberto Fernández haya sido no consolidar su propio espacio. Desde allí hubiera podido avanzar en sus iniciativas aperturistas, las cuales por falta de respaldo político van quedando en el camino. Refugiarse en el núcleo duro no parece ser garantía de protección. El Presidente apuesta a que una mejora en la economía le proporcione el aire que hoy le cuesta encontrar.
El Papa argentino Jorge Bergoglio convertido en uno de los principales líderes mundiales; a diferencia de sus antecesores, viaja a países donde los cristianos son minoría: Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Japón, Corea del Sur. Este fin de semana llegó a Irak con la clara intención de ir sumando a los líderes de las religiones monoteístas, para acordar como dice el Dr. Jorge Castro, “las bases de una autoridad política mundial, y fundar desde ahí un nuevo orden”. Francisco se reunió este sábado con el principal líder religioso chiita, el ayatolá Ali Al Sistani, una de las figuras más poderosas del islam. El encuentro fue calificado como histórico entre las dos religiones.
Castro comentó a Infobae que Francisco este año visitará la República Popular China, donde ha establecido las bases a fines que la Santa Sede sea reconocida como tal. Queda claro que cuando el objetivo es superior, el diálogo es el camino. La política debe volver a hacerse carne de aquella definición de Juan Pablo II “la política es el instrumento que tienen los hombres para cambiar lo que duele en la sociedad”.