UNA JORNADA DEMOCRÁTICA
Bienvenida la alternancia y la alternativa a los gobiernos
El denominado régimen republicano, entre tantos caracteres que lo definen, desde su concepción original a la contemporánea, tuvo criterios que tuvieron un común desarrollo histórico: la división del poder y el horror al monopolio y a la dependencia del buen humor, de parte de un solo decisor, para la obtención de bienes y servicios demandados por la población.
Por Javier Cubillas*
Esta división del poder, con el correr del tiempo y la complejidad del paso de la idea de comunidad a la idea de sociedad y la emergencia del espacio público como espacio de debate libre de expresiones, llevó a que esa idea de división del poder se comience a subdividir en otras instancias.
Así, la división del poder se transformó primariamente en la división de los asuntos mundanos y los asuntos del señor, con el tiempo, la división del poder se dio también en la publicidad de la información, compartiendo el poder con la ciudadanía sobre que ocurría en la administración.
Después, la división del poder se transformó en la división de funciones para que el poder no recaiga en una sola persona y haya un ejecutivo, un legislativo, pero principalmente un poder judicial para controlar a los restantes poderes y todo acto de injusticia del Estado sobre el ciudadano.
Con el tiempo, la división del poder pasó a convertirse en la necesidad de que haya la menor cantidad de personas en un mismo cargo por tanto tiempo y entonces el poder ya no solo se dividía en funciones, sino que establece una división temporal, exigiendo el recambio estos para que no se dé el efecto no querido de monopolio de información y poder dentro de un ámbito de acciones y funciones específicas.
Finalmente, llegamos a la instancia de la división del poder electivo temporal, nada más ni nada menos, de las más importantes figuras del régimen representativo presidencialista: presidente, gobernadores e intendentes. Aunque no se da en todas las provincias y en esos casos los resultados de bajo desarrollo social son evidentes.
Hoy, 10 de diciembre de 2023, estamos inmerso en ese momento de división de funciones temporales en su máxima expresión. Como pocas veces hay tantos cambios en los tres niveles de gobierno y esto hay que tomarlo como un acto de reconocimiento y fortalecimiento de la democracia.
¿Cómo se fortalece la democracia? Mediante la alternancia que obliga al debate entre contendientes electorales hasta hace pocas semanas. Se evidencia en la obligación de negociar con oponentes que hasta hace dos minutos ocupaban la misma función, pero que ahora la asumen los noveles funcionarios. Además, en este ejercicio se desarrollan dos valores liberales claves: la tolerancia y la pluralidad de poderes sociales con los cuales se acrecienta el régimen deliberativo dentro de la democracia.
Así se explica el sentido del título. No solo es importante la alternancia de grupos de poder (partidos-coaliciones), sino que aun dentro de un mismo grupo de poder, asuman distintos liderazgos (perfiles) con programas e idearios que no sean necesariamente equivalentes a los de sus antecesores.
Por todo esto, es de esperar que las nuevas administraciones asuman y les lleve un tiempo acomodarse y conducir al elefante blanco, pesado y reglamentario. Pero por esto mismo, también es esperable que la ciudadanía tenga la paciencia y haga el ejercicio de reconocer y esperar las decisiones ejecutivas y legislativas de los nuevos cuerpos políticos, en tanto eso fue lo que votó.
No hay automatismos en democracia ni en política que tenga perspectiva plural, nunca. Creer eso es no haber aprendido y todavía sostener un pensamiento mágico. Todo refiere a un proceso agregativo con efecto acumulativo cuando hablamos de formulación y control de políticas públicas. Estos procesos necesitan de tiempos propios, legales, aun cuando las decisiones deban darse de modo acelerado y en contextos de crisis como el actual. No hacerlo, es habilitar a los nuevos gobernantes al incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Máxime cuando estamos ante las noticias de que a nivel nacional se enviarán una o varias leyes marco para habilitar, ampliamente, al Poder Ejecutivo potestades temporales para la emergencia pública en materia social, económica, financiera, tributaria, fiscal, administrativa, cambiaria, monetaria y de rediseño de ministerios, etc.
Por todo lo anterior, nos corresponde acompañar también a nosotros como ciudadanos en esta instancia, a efectos de sostener, repito, los mismos procesos de cambios políticos que la sociedad validó con el voto durante el año 2023, pero no perdiendo de vista que nunca se renuncia a pedir rendición de cuentas a todos los nuevos funcionarios.
*Analista de Asuntos Públicos.