MUY LEJOS DE LA REALIDAD FUTBOLÍSTICA
Argentina, “… no te lo puedo explicar, porque no vas a entender…”
Estos versos de la canción “Muchachos …” para festejar con júbilo el éxito deportivo de Qatar encajan perfectamente para referenciar el opuesto. El estado decadente - social y económico - de nuestro país.
Por Luis Alberto Dalcol
Las manchas de la indigencia y de la pobreza, de los default, de la desconfianza, del descrédito dificultan explicarse ante la riqueza y los recursos con los que hemos sido agraciados.
Muchos han intentado acercar razones que den cuenta entre ambos límites, la no correspondencia entre la exclusión social y la prodigalidad de sus fuerzas humanas y caudales naturales. Alejada de conflictos sociales, étnicos, migratorios o asimilados.
Siempre existe la posibilidad de enriquecerlas porque es una cuestión muy amplia que admite varias visiones. Es inagotable porque es inconcebible. Fuimos exitosos y dejamos de serlo. El retroceso: ¿Cuándo comenzó? ¿Por qué sucedió?.
Esta nota, consciente de que no logrará su objetivo; aportará - en su brevedad -, apenas dos elementos que pudieran causarla. Lejos de los números de la economía y cerca de lo conceptual. Sin partidismos y en término de generalidad.
EL PODER
La causa que asoma como fundamental, es que en los últimos cien años - aproximadamente - nuestro país estuvo gobernado por el “homo poco sapiens” y por el “homo nada honorabilis”, (paulum et nihil, poco de sabio y nada de honorable).
Conquistado el poder, con los votos y los arreglos, se usó el mismo en interés particular y no de Estado. Se alentaron corporaciones - grupos de poder - en busca del beneficio propio ante los espacios que le brindara el mando constituido para dar continuidad a sus gobiernos. Prebendas y parecidos alejaron la confianza.
LA PALABRA
Por otra parte, deviene de muy importante, la degradación de la palabra. No solo en el sentido del cumplimiento, sino en el abandono de su cuidado. La palabra es el instrumento que facilita la reflexión. Sin palabras, o escasas y deterioradas, se ausenta todo pensamiento. Y fundamentalmente no se cimenta el diálogo respetuoso y conciliador necesario para el enriquecimiento de las ideas y propuestas.
EPÍLOGO
Indudablemente que los motivos expuestos no son los únicos; y, posiblemente se consoliden en la educación. No se agregan más causas para que las mostradas tomen relevancia, porque se consideran básicas y esenciales para el deterioro logrado. Si fueran ellas, u otras, no caben dudas que es viable al regreso de la atención perdida. Solo basta detectarlas y eliminarlas.
La esperanza, aunque no la expectativa, está siempre inalterable y vigente.