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Y el Sol del 25 asomó
Por Waldemar Oscar von Hof (*) Especial para EL ARGENTINO
El lunes 22, escuelas, instituciones y la población toda, recibió con mucha angustia la noticia de la postergación de la fiesta del 25. A pesar de la lluvia y el frío, el miércoles muchas instituciones realizaron la venta de los productos porque había una ineludible preparación previa y la posibilidad de guardar los componentes hasta el domingo 29 era imposible.
Esto nos sucedió como Congregación, tuvimos que abocarnos a la realización de los “Kreppel”, ya que la receta lleva ingredientes que no se podían conservar. Agradecemos en este espacio a las empleadas del geriátrico de San Antonio que han puesto su tiempo y sus ganas para preparar la masa con la ayuda de personas de la aldea. El miércoles se realizó la elaboración, el freído y la venta de las 258 docenas; con la colaboración, el compromiso y empeño de muchísimas personas de las comunidades de Gualeguaychú, Urdinarrain y de las aldeas.
El éxito en esta venta se dio, como nos tiene acostumbrados, por tres cosas. Primero, por la calidad de los productos ofrecidos. Segundo, por el esmero en la elaboración; y, en tercer lugar, por el afán de colaborar de muchísimas personas.
El beneficio de esta venta fue para las cuatro obras diacónicas que lleva adelante la Congregación. Es un pasamanos de ayuda solidaria para la Caja de Emergencia, para el Hogar de Adolescentes en Urdinarrain, que trabaja con la infancia, al igual que el proyecto de La Cigarra, aquí en Gualeguaychú; y nuestro geriátrico, la Colonia San Antonio. Todas estas instituciones salen al encuentro de las necesidades que estamos sufriendo en la sociedad toda.
Pero, al fin, el domingo 29 el sol brilló y el evento se pudo realizar en la Costanera del Puerto. Los encuentros, la algarabía, las demostraciones de solidaridad y el compromiso de estar compartiendo, se hicieron realidad. Cuarenta mil personas, entre los chicos, los colaboradores y el público en general pudieron disfrutar del “Sol del 25”, de la danza del Gato que, junto al pericón, al vals a Gualeguaychú y el chamamé, resonaron en los puestos una y otra vez.
Una de las palabras más repetidas, en los testimonios escuchados, fue “creatividad”. Una definición que resume la presentación de los puestos, la espontaneidad y los recursos de los alumnos, a la hora de vender los productos.
Institutos, asociaciones y colegios trabajaron en conjunto y en equipo, algunos circunstancialmente y otros con una larga trayectoria.
Una madre de una alumna que ha estado trabajando en el puesto armado testimonia: “Sí, la experiencia de trabajar juntos fue muy buena entre los padres, que es lo primero que compartimos desde que arrancaron los chicos en primer año, hasta ahora”. Otra persona testimonió que “el espíritu que se respiraba era de solidaridad y de alegría”.
En las iglesias estaremos celebrando precisamente esto, en nuestras liturgias. Recordaremos, el domingo, el nacimiento de la iglesia como tal, donde al principio también se respiraba un “espíritu de solidaridad y de alegría”.
En los actos y en los discursos, de este 25 de Mayo, una vez más se rescataron los ejes que han dado lugar a la Revolución a decir, Libertad, Independencia y la posibilidad de una Autonomía en las decisiones como país.
Que las características vividas en esta fiesta, la de la solidaridad, la de la colaboración y de compartir las cosas simples de la vida, con alegría, no las perdamos. Que sea este “espíritu” el que sople en nuestras iglesias y en la sociedad toda, y que el sol del 25 vuelva a alumbrar en el próximo año.
(*) Waldemar Oscar von Hof es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y escritor.