El Papa Francisco recomendó usar menos el teléfono para cuidar la vida interior y “ver la luz en los ojos de los demás”
El pontífice instó a no estar tan pendiente de la apariencia y dijo que lo sabio y correcto es “custodiar el corazón”. Además, urgió a la pacificación de Oriente Próximo y pidió no olvidar otros países en guerra como Ucrania y Sudán.
El papa Francisco recomendó este domingo cuidar la vida interior y no estar tan pendiente de la apariencia y, para ello, animó a separase “un poco” de los teléfonos para escuchar a los demás, en su discurso del Ángelus dominical.
El pontífice se pronunció así al comentar la parábola de las diez vírgenes, reflexionando sobre los conceptos de sabiduría y necedad desde la ventana del Palacio Apostólico, ante unos 20.000 fieles que le escuchaban desde la Plaza de San Pedro.
“Miramos a nosotros mismos y nos percatamos de que nuestra vida corre el mismo riesgo: muchas veces se está muy atento a la apariencia, lo importante es cuidar la propia imagen y quedar bien ante los demás, pero Jesús dice que la sabiduría de la vida es otra cosa”, sostuvo.
Para Francisco, lo sabio y correcto es “proteger lo que no se ve pero que es más importante”, es decir, “custodiar el corazón”.
Esto, explicó, implica “saber detenerse para escuchar al propio corazón y vigilar los propios pensamientos y sentimientos”.
“¿Cuántas veces no sabemos qué ha ocurrido en nuestro corazón, qué ha ocurrido dentro de nosotros? La sabiduría significa saber dar un lugar al silencio para ser capaces de escucharnos a nosotros mismos y a los demás”, dijo.
Y agregó: “Esto quiere decir renunciar a un poco de tiempo pasado delante de la pantalla del teléfono para ver la luz en los ojos de los demás”.
Pacificar Oriente Próximo y pide no olvidar a Ucrania y Sudán
El papa Francisco también urgió a la pacificación de Oriente Próximo, porque “todo ser humano tiene derecho a vivir en paz”, y pidió no olvidar otros países en guerra como Ucrania y Sudán.
“El pensamiento cada día va dirigido a la gravísima situación en Israel y Palestina. Estoy cerca de todos los que sufren, palestinos e israelíes, los abrazo en este momento oscuro”, dijo.
Francisco pidió que “las armas se detengan, pues no llevarán jamás a la paz, y que el conflicto no se amplíe”.
“Basta, hermanos, basta. Que en Gaza se socorran inmediatamente los heridos, se protejan los civiles, se hagan llegar muchas más ayudas humanitarias a esa población exhausta, se liberen los rehenes, entre los que hay muchos niños y ancianos”, solicitó.
Y agregó: “Todo ser humano, ya sea cristiano, hebreo, musulmán, de cualquier pueblo o religión, es sagrado, es precioso a los ojos de Dios y tiene derecho a vivir en paz”.
El pontífice llamó a “no perder la esperanza” y a “trabajar sin descanso para que el sentido de humanidad prevalezca sobre la dureza de los corazones”.
Francisco también pidió “no olvidar a la martirizada Ucrania”, en guerra para defenderse de la invasión rusa.
Habló de la guerra civil que atraviesa Sudán desde hace meses, un conflicto, dijo el pontífice, que “no acaba y que está provocando numerosas víctimas, millones de desplazados internos, refugiados en los países limítrofes y una gravísima situación humanitaria”.
“Estoy cercano a los sufrimientos a esas queridas poblaciones del Sudan y lanzo un llamamiento encendido a los responsables locales para que favorezcan la entrada de ayuda humanitaria y con la ayuda de la comunidad internacional, trabajen en la búsqueda de soluciones pacíficas”, emplazó