Barbie humana y otros cambios sociales inesperados
El boom de la ola rosa y la importancia de la publicidad no sexista. Si logramos representaciones sociales más humanas y verosímiles, posiblemente podamos desconstruir los estereotipos sobre las mujeres que funcionan como formas de expresión de la violencia simbólica.
Por María José Nacci
En el último mes una gran ola rosa se ha levantado a alrededor de la nueva película de Barbie y tanto famosos como anónimos se engalanan con el rosa chicle que tiñe las redes sociales, las vidrieras y las calles de ciudades de todo el mundo donde se proyecta la película.
¿De qué se trata esta “ola rosa”? ¿Acaso el rosa chicle es el nuevo color del feminismo reversionado? ¿Reemplazará al violeta asociado al feminismo? ¿Cómo ese color históricamente relacionado con la inocencia, lo femenino y la primera infancia es ahora una forma de reivindicación? ¿Se tratará de una simple moda? ¿O será una nueva bandera que acompaña la mutación de la famosa muñeca de la empresa Mattel que, finalmente, tras más de cincuenta años, descubrió el patriarcado?
Has recorrido un largo camino, muchacha
La creadora de Barbie, Ruth Hatler, fundadora de la empresa Mattel, no hubiera imaginado allá por 1959, que medio siglo más tarde, tras mucho recorrido, su famosa muñeca buscaría tener rasgos humanos y abandonaría su perfección plástica.
Según su creadora, la muñeca Barbie cuyo nombre completo es Bárbara Millicent Robins, transmitía a las niñas de los años cincuenta la idea que podían ser lo que quisieran y no debían decidir si ser madres y esposas o profesionales. Podrían realizarse en ambos mundos y escapar a las celdas limitantes de la división sexual del trabajo. La Barbie médica, azafata, gimnasta, jardinera, cocinera, arquitecta, astronauta o tenista venía a traer la buena nueva del amplio abanico del mundo profesional que se abría ante los ojos estupefactos y deseantes de las niñas de antaño, brindándoles mil opciones. Lo cual, para finales de los cincuenta, era un gran avance.
Sin embargo, el cuerpo de Barbie, ese cuerpo perfectamente plástico, esbelto y delgado, con la juventud eterna garantizada y todos los cánones de la belleza hegemónica representados, más allá de los rasgos de diversidad étnica que con los años se sumaron a la línea de juguetes, no sería alterado ni cuestionado hasta ahora. Hasta que la “propia” Barbie se cansó de la monotonía del mundo plástico sin marcas, ni arrugas, ni celulitis, sin manchas en la piel, sin que el paso del tiempo deje huella y la modifique.
¿Cómo fue entonces que Barbie descubrió, finalmente, el patriarcado y decidió salirse del “plastic world” que ya no le parecía tan fantástico?
En la exitosa película “life action” dirigida por Greta Gerwing y protagonizada por Margot Robi y Ryan Gosling como Barbie y Ken, el universo de Barbie se ve alterado y se cruzan por primera vez los límites del mundo real donde aparecen las contradicciones. Barbie deja de ser una muñeca estereotipada, siempre "perfecta" y se impregna de sentimientos, reflexiones y características humanas.
Movilizaciones que transforman
Los movimientos sociales multiplicados a escala global en la última década a través de movilizaciones masivas como el #niunamenos el #times’up o el #metoo que denuncian, respectivamente, los femicidios, los acosos sexuales y los abusos de poder de la industria cinematográfica y televisiva, han cambiado las reglas de juego. Rompieron con el encasillamiento de las mujeres en lugares objetuales, sometidas a la hipersexualizacion publicitaria o reducidas al rol materno. En ambos casos, como señala el informe de ONU mujeres de Argentina sobre publicidad sexista, las mujeres a través de esos estereotipos están sometidas a diversas formas de violencia simbólica, antesala de la violencia física.
¿Cómo romper los estereotipos?
Las publicidades son interesantes espejos de representación social en los cuales mirar y mirarse que proyectan ideales y formas de entender el mundo.
La publicidad no sexista, interesante ámbito de investigación social en el cual bucear, es un fenómeno emergente en Argentina que apunta hacia otras formas de representación social. Rompe con los cánones de la belleza hegemónica y el racismo estético para dar lugar a la diversidad en múltiples dimensiones: de género, etaria, étnica, religiosa, identitaria, LGBTQ+.
Hay piezas publicitarias actuales que a diferencia de lo enunciado históricamente por ejemplo para los productos de limpieza, permiten salirse de los estereotipos en la representación de las mujeres y propone una distribución equitativa en lo referente a tareas de cuidado.
Abandonar Barbieland
Así como Barbie en la película life action decide abandona el confort plástico de su mundo de fantasía de Barbieland y comienza a tener marcas físicas y subjetivas del paso del tiempo, si logramos representaciones sociales más humanas y verosímiles, posiblemente podamos deconstruir los estereotipos sobre las mujeres que funcionan como formas de expresión de la violencia simbólica.
La publicidad no sexista es, siguiendo la investigación que realizamos en Universidad Kennedy, un modo de combatir la violencia simbólica y prevenir la violencia física.
Una gran ola rosa se levantó a partir de la nueva película de Barbie. Ojalá signifique que, al fin, tanto Barbie como Ken, mujeres, hombres y personas no binarias, puedan vivir en un mundo más equitativo, sin tantos prejuicios y etiquetas.
Fuente: DIARIO UNO