En este sentido, participaron de la firma el decano de la Facultad, Gustavo Isaack, y en representación del INTA, el director del Centro Regional Entre Ríos, Jorge J. Gvozdenovich; con el fin de sistematizar y fomentar experiencias que permitan contribuir a una mejor transmisión de conocimientos.Estuvieron presentes además para la firma, el presidente del Consejo del Centro Regional e Investigación de Entre Ríos, José Miguel Laurencena y consejeros/as: Oscar Larracochea, Marcelo Fuhr, Gretel Scelzi, Luisina Laporta, Alejandra Altamirano, Yanina Gorelik, Pablo Marsó.&nbsp;Además, como invitados participaron, el presidente de INTA Nacional, Juan Cruz Molina Hafford; la vicepresidenta, María Betriz Giraudo; el consejero directivo, Nicolás Carlino; la directora EEA Concepción del Uruguay, Natalia Villalba, el Director EEA Paraná, Rubén Isaurralde; el Director EEA Concordia, Javier Oberschelp; la Investigadora EEA Paraná, Adriana Salusso y el Jefe de Agencia AER Colón, José Chiossone.Cabe destacar que ambas instituciones tienen como objetivo comprometerse a instrumentar un sistema de Comisión de Estudios, entendiéndolo como la extensión orgánica del sistema educativo a instituciones de carácter público o privado para la realización por parte de los estudiantes de grado, de prácticas relacionadas con la educación y formación; ya sea que se traten de actividades de campo y/o prácticas profesionales.&nbsp;Por tanto, se dará cumplimiento a los preceptos estatuarios de la Facultad de Bromatología UNER, en cuanto disponen la educación, extensión e investigación universitaria.Asimismo, sistematizarán y fomentarán experiencias que permitan contribuir a una mejor transmisión de conocimientos, complementado los conocimientos teóricos y los programas de estudio con las necesidades reales del medio, posibilitando desarrollar las capacidades de análisis, crítica e inserción en la sociedad.De esta manera, desde la Facultad de Bromatología de la Universidad Nacional de Entre Ríos, se trabaja permanentemente en reforzar los lazos y vínculos interinstitucionales, con el compromiso de brindar los conocimientos y recursos; realizando los esfuerzos necesarios para cumplir con los fines y acordar criterios técnicos para actividades conjuntas; en pos del desarrollo regional.

La Facultad de Bromatología UNER firmó un Convenio de Comisión de Estudios con el INTA

Por Mónica Farabello&nbsp;Todos haciendo cuentas y afinando los gastos para hacer que el dinero rinda. Pero hay usos y gastos que se pueden cuidar, pero no prescindir. Tal es el caso del uso de la energía eléctrica.A raíz de la confirmación oficial de la quita de subsidios del gobierno nacional, las boletas volverán a llegar con aumentos para todos los usuarios.EL ARGENTINO accedió al esquema de segmentación para conocer en detalle cuáles son los topes de consumo y quiénes pagarán la tarifa plena.En diálogo con el presidente de la Cooperativa Eléctrica, Nahuel Otero, confirmó que el 44% de los gualeguaychuenses continúa ubicado en la categoría N1, es decir, el escalón de mayores ingresos, y que por lo tanto, pagará la tarifa plena.&nbsp;Pero ¿realmente el 44% de los gualeguaychuenses cuentan con ingresos familiares superiores a $2.706.848,00, tienen embarcaciones y más de dos autos de baja antigüedad? La respuesta no es certera: por un lado, habrá muchos que sí, y otros, que hasta el momento no se han registrado en el padrón para recibir el subsidio correspondiente.Por otra parte, el 42% de los vecinos de la ciudad está inscripto en la categoría N2 que corresponde a ingresos familiares bajos; menores a $773.385,00; mientras que un 14 % fue inscripto en la categoría N3 (Ingresos familiares medios entre $773.385 y $2.706.848).&nbsp;“No sabemos si se han inscriptos o no, ya que la Secretaría de Energía de la Nación te envía el padrón mes a mes. El 10 del mes próximo podremos ver si hubo nuevos cambios”, destacó Otero desde la Cooperativa Eléctrica.&nbsp;Momento de transiciónDesde el Gobierno Nacional confirmaron que desde el 1 de junio comenzó la transición para concretar una quita gradual de subsidios en la energía eléctrica y el gas natural. Esto, claramente, representará un aumento en las facturas mensuales que reciben los consumidores de la ciudad y la provincia.Tras esta restructuración se reducirán los subsidios, con topes en los kilovatios/hora por mes; y se determinan los volúmenes máximos de consumo subsidiable para las categorías N2, que será de 350 kWh por mes, y de 250 kWh por mes para la categoría N3.El gobierno estableció los nuevos topes de consumo para la energía subsidiada de los Niveles 2 y 3. Los sectores de ingresos bajos (N2), que no contaban con límites, ahora &nbsp;tendrán subsidiados hasta 350 kWh por mes.En tanto, los sectores de ingresos medios (N3) tendrán un techo mensual de subsidios de 250 kWh (antes era de 400 kWh por mes).Según informaron, todos los consumos que superen estos topes establecidos, deberán abonar el resto de la tarifa de forma plena; sin importar cuál es el nivel de sus ingresos.&nbsp;Los distintos niveles para los pagosN1: Sin subsidios. Ingresos familiares superiores a $2.706.848,00. Abonan la tarifa plena. No tienen tope de consumo.N2: Ingresos familiares bajos menores a $773.385,00. Escasos recursos. Hasta ahora no tenían topes de consumo de potencia, ahora sí: 350 kWh por mes.N3: Ingresos familiares medios entre $773.385 y $2.706.848,00. Solo se subsidia 250 kWh por mes. Antes era de 400 kWh.Hasta el 31 de julio habrá tiempo para inscribirse y no perder el beneficio del subsidio en las tarifas. El trámite es sencillo y puede realizarse ingresando en <a href="http://www.argentina.gob.ar/subsidios">www.argentina.gob.ar/subsidios</a>&nbsp;¿Cuánto voy a pagar?La Fundadora y Ceo de Mujer Financiera, Sabrina Castelli, brindó información para entender más sobre las nuevas tarifas promedio de luz y gas para julio, con aumentos interanuales de hasta el 465%. En sus redes se preguntó ¿Cómo van a seguir los aumentos?Cabe aclarar que los valores son promedios y estimados:&nbsp;De luz: Los N1 pagarán un promedio de $35.000- N2: $22.000- N3: $26.000De gas: Los N1: $49.551 mensuales.- N2: $35.308- N3: $39.488

Con la quita de subsidios nacionales, el 44% de los gualeguaychuenses pagará la tarifa plena

Con más de 200 participantes que debatirán sobre iniciativas novedosas como la participación de buzos para proteger el mar argentino o el relevamiento de nidos de hornero con una aplicación en el celular, comenzó hoy el primer Encuentro Nacional de Ciencia Ciudadana, en el marco del único programa de Latinoamérica dedicado a este tipo de ciencia colaborativa que ya cuenta con 90 proyectos que involucran a 45.000 personas de todo el país.Organizado por el Programa Nacional de Ciencia Ciudadana del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el encuentro se extenderá hasta mañana en el Centro Cultural de la Ciencia, en el barrio porteño de Palermo, para generar un espacio institucionalizado, abierto y federal de construcción de comunidad entre las personas vinculadas a la ciencia ciudadana."El desarrollo de estas iniciativas tienen que ver con la ciencia y con el fortalecimiento de la democracia. También se trata de la implicación entre la ciencia y la ciudadanía, y con el esfuerzo que se hace para generar conocimiento colectivo", señaló Gabriela Dranovsky, subsecretaria de Evaluación Institucional del Ministerio de Ciencia durante la apertura del evento que tuvo lugar en el auditorio del centro cultural.Bajo el lema "Ciudadanía científica para fortalecer la democracia", se reunieron este lunes investigadores profesionales, y representantes de la sociedad civil como docentes o activistas ambientales que se inscribieron a la convocatoria a través del sitio web de la cartera de Ciencia.En esta primera jornada, representantes de nueve proyectos expusieron los avances y desafíos para llevar adelante iniciativas tan disímiles como una biblioteca bioacústica de murciélagos argentinos; herramientas para cuidar los humedales; o una plataforma online para sistematizar y compartir el conocimiento sobre la Cuenca Matanza Riachuelo.También disertaron los responsables de un sistema de alerta temprana comunitario ante inundaciones urbanas; los impulsores una aplicación móvil para reportar nidos de horneros y entender sus comportamientos; buzos que toman muestras para monitorear la acidificación de los océanos en Mar del Plata; investigadoras que indagan la importancia del Archivo Biográfico Familiar de Abuelas de Plaza de Mayo; creadores de la Red Argentina de Monitoreo de Fauna Atropellada; y biólogos que diagnostican la situación del Tucán Grande en San Salvador de Jujuy.En diálogo con Télam, María Guillermina D'Onofrio, coordinadora del Programa Nacional de Ciencia Ciudadana, el único en su tipo en Latinoamérica, señaló: "tenemos más de 90 proyectos mapeados y hay 45.000 personas trabajando en esas iniciativas en Argentina"."Estamos haciendo punta en nuestra región. La Ciencia Ciudadana ya tiene en el mundo unos diez años de financiamiento sostenido en Europa, en Estados Unidos y en Australia", explicó la funcionaria, y detalló que en nuestro país este tipo de ciencia fue creciendo en la última década "en los márgenes del financiamiento público" hasta que el año pasado se creó el primer programa nacional.Si bien no hay una definición unívoca de qué es la Ciencia Ciudadana por su variedad de iniciativas, D'Onofrio apuntó que la entienden como "una manera de producir conocimiento científico con la participación de la sociedad civil y no necesariamente con personas que participan en instituciones académicas".Por su parte, Guadalupe Díaz Costanzo, directora de Desarrollo de Museos, Exposiciones y Ferias de la cartera de Ciencia, sostuvo que "la Ciencia Ciudadana es una de las formas más eficientes de pensar en las posibilidades de acceso y participación en la construcción de la cultura científica".En otra de las charlas de apertura, Joaquín Cochero, biólogo reconocido como un referente dentro de la ciencia colaborativa con las comunidades, aseguró que necesitamos más Ciencia Ciudadana porque "necesitamos ciudadanos científicos"."El conocimiento científico es demasiado importante para que quede en manos solamente de los científicos académicos", agregó el investigador del Conicet.Durante el panel de "Proyectos en Primera Persona", Carlos Castorina, buzo profesional, contó que junto a más de 40 compañeros se ofrecieron a colaborar con el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) en el proyecto "El Veril del Banco de Afuera" en las costas de Mar del Plata."Los científicos nos enseñaron a tomar las muestras. Nos parece fundamental contribuir a entender por qué el mar está de una forma algunos días y comprender cómo está actuando el cambio climático", aseguró.Por otro lado, Diego Varela, coordinador de la Red Argentina de Monitoreo de Fauna Atropellada en rutas, señaló que el proyecto surgió ante la falta de datos."En el sitio <a href="http://www.fauna-atropellada.org.ar">www.fauna-atropellada.org.ar</a> está toda la información disponible para la sociedad y los tomadores de decisión", remarcó, y explicó que los datos tienen un proceso de curaduría para que sean de la misma calidad que aquellos que se generan a través de la ciencia tradicional.Uno de los proyectos que más adhesión popular logró hasta el momento fue "Hornero", que invita a la ciudadanía a recolectar fotos de nidos del ave nacional con una aplicación móvil."Pensamos en ciencia ciudadana como la mejor forma de colectar la mayor cantidad de datos en el menor tiempo posible", sostuvo el biólogo Nicolás Adreani.A su vez, Lucía Mentesana, otra de las integrantes de "Hornero", remarcó que muchas escuelas desarrollaron distintos proyectos que iban desde medir nidos hasta traducir textos científicos sobre el ave en la clase de Inglés."Los chicos de una escuela de Córdoba dijeron que este proyecto fue lo más lindo de su año escolar", celebró Mentesana y apuntó que estas iniciativas pueden despertar la vocación científica.Durante dos jornadas, el Encuentro ofrecerá capacitaciones, talleres y paneles de discusión, mientras que también buscará promover la participación activa de la ciudadanía y actores políticos en la generación de nuevo conocimiento.Hoy el panel de cierre estará encabezado por el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, y se realizará a las 11 la ceremonia de entrega de distinciones a los proyectos ganadores de la de la Convocatoria "Fortalecimiento y promoción de proyectos de Ciencia Ciudadana".Las actividades se pueden seguir a través del canal de YouTube del Ministerio en la siguiente página web <a href="https://www.youtube.com/@MinisterioDeCiencia">https://www.youtube.com/@MinisterioDeCiencia</a>

Comenzó el primer Encuentro Nacional de Ciencia Ciudadana con más de 200 participantes

¿Cómo evolucionan las galaxias?&nbsp;¿Siempre han sido enormes masas de estrellas en forma de espiral?&nbsp;¿Cómo interaccionan cuando se juntan o chocan?Muchas son las preguntas que nos podemos hacer sobre estos monstruos del espacio, en donde nuestra&nbsp;Vía Láctea&nbsp;también tiene respuestas que brindarnos a las preguntas que la comunidad científica se hace desde hace más de 100 años.En pos de ir contestándolas, esta semana,&nbsp;un astrónomo australiano ha resuelto un misterio centenario&nbsp;sobre cómo evolucionan las galaxias de un tipo a otro y lo ha publicado en una revista científica de primer nivel internacional.El mismo estudio demuestra que la Vía Láctea, la galaxia en la que vivimos, no siempre fue una espiral. Se trata del trabajo del profesor Alister Graham,&nbsp;<a href="https://ras.ac.uk/news-and-press/news/galaxy-mergers-shed-light-galactic-evolution-model">publicado&nbsp;</a>en&nbsp;Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, que utilizó conocimientos y observaciones nuevas y antiguas para revelar cómo evolucionan las galaxias en un proceso conocido en la comunidad científica como especiación.La investigación muestra que&nbsp;los choques y posteriores fusiones entre galaxias son una forma de “selección natural”&nbsp;que impulsa el proceso de evolución cósmica. Algo común en todas las galaxias que también involucra a la nuestra, la Vía Láctea.“Es la supervivencia del más apto. La astronomía ahora tiene una nueva secuencia anatómica y, finalmente, una secuencia evolutiva en la que se ve que ocurre la especiación de galaxias a través del inevitable matrimonio de galaxias ordenado por la gravedad”, precisó el astrofísico.&nbsp;El telescopio James Webb capta una gran imagen de la galaxia TarántulaEn las décadas&nbsp;de 1920 y 1930, el astrónomo Edwin Hubble&nbsp;y otros establecieron una secuencia de diferentes anatomías de galaxias, ahora conocida como secuencia de Hubble o diagrama de diapasón de Hubble.Las galaxias espirales como la nuestra, compuesta de “brazos”,&nbsp;bien ordenadas, que giran en forma de espiral alrededor de una concentración central o “protuberancia” de cuerpos estelares, se ubican en un extremo de esta secuencia.Mientras que las&nbsp;galaxias elípticas como M87,&nbsp;compuestas por una elipse de miles de millones de estrellas que zumban caóticamente alrededor de una concentración central desordenada, se ubican en el otro. Cerrando la brecha entre los dos hay galaxias alargadas en forma de esfera, que carecen de brazos espirales, llamadas&nbsp;galaxias lenticulares.&nbsp;Pero lo que le ha faltado a este sistema ampliamente utilizado hasta ahora son los caminos evolutivos que vinculan una forma de galaxia con otra.&nbsp;“Lo que gobierna la organización de la materia en el universo, en la microescala, es la gravedad. La materia se acreta, se condensa, forma nubes de material interestelar, de ellas, estrellas.&nbsp;En el nuevo estudio, el profesor Graham analizó imágenes ópticas del Telescopio Espacial Hubble e imágenes infrarrojas del Telescopio Espacial Spitzer&nbsp;de 100 galaxias cercanas. Al comparar su masa estelar y de agujero negro central, descubrió dos tipos de galaxias lenticulares: viejas y pobres en polvo y ricas en polvo.Según sus investigaciones, las galaxias lenticulares ricas en polvo se construyen a partir de fusiones de galaxias espirales. Las galaxias espirales pueden tener un pequeño esferoide central más un disco que contiene brazos espirales de estrellas, gas y polvo saliendo del centro. Las galaxias lenticulares polvorientas tienen esferoides y agujeros negros notablemente más prominentes que las galaxias espirales y las galaxias lenticulares pobres en polvo.&nbsp;

La Vía Láctea no fue siempre una galaxia espiral

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT), Daniel Filmus, y la presidenta del Conicet, Ana Franchi, inauguraron hoy en Bahía Blanca un nuevo edificio que construyó la Universidad Nacional del Sur (UNS) para el desarrollo de investigación científica y firmaron un convenio para la ampliación del Instituto de Química del Sur (Inquisur).Se trata de un centro de última generación desde el cual se fortalecerá el apoyo a las áreas de investigación en biomedicina y se implementarán nuevas capacidades de transferencia de servicios de biotecnología, bromatología y ensayos preclínicos ubicado en el predio que el Conicet de Bahía Blanca posee en el camino La Carrindanga, en las afueras de la ciudad.Además los funcionarios firmaron un convenio para la realización de obras de ampliación del Inquisur que depende de la Universidad del Sur y el Conicet con un presupuesto de 900 millones de pesos financiados con fondos del BID a través del programa "Construir Ciencia".Al respecto Filmus sostuvo que "las universidades tienen varias responsabilidades, por supuesto la de formar profesionales y tener egresados que sirvan a la sociedad, pero otro no podría ser sino no hay investigación y no hay preocupación respecto del avance del conocimiento"."Para que tengan una verdadera presencia regional tienen que tener no solo formación de profesionales sino investigación", explicó, y agregó que esto permite "transferirla al medio, al territorio y a la comunidad que la necesita"."La Universidad del Sur está siendo eso, y para nosotros es un orgullo, un honor", agregó el ministro durante una conferencia de prensa.Al ser consultado sobre la situación en ciencia y tecnología, Filmus sostuvo que "nuestra inversión se está multiplicando por cuatro en los próximos años porque hay una ley que se votó que va a llevar el 0,22 lo que heredamos en el 2019 al 1% del PBI (Producto Bruto Interno). Ya tiene aprobación unánime en el Senado, estamos esperando que se apruebe en la Cámara de Diputados", agregó al indicar que "sería una lástima que eso no suceda porque hay un consenso muy grande respecto de todos los organismos de ciencia, de todas las universidades, de la UIA y de la CGT".El ministro sostuvo que "es fundamental que Argentina cambie un modelo en el que estamos acostumbrados a cortar materias primas casi sin agregar valor. Pero sería mucho mejor poder agregar valor a partir del trabajo de otra gente", explicó.En otro orden y consultado sobre un presunto cambio de rumbo político en el país tras las elecciones, cuando muchos de los proyectos a largo plazo podrían verse truncados, Filmus recalcó que "por eso trabajamos tanto en el Congreso"."No solo trabajamos sobre la Ley del Financiamiento, la de Nano y Biotecnología sino que con el ministro de Economía (Sergio Massa) estuvimos presentando otro proyecto que tiene que ver con inversión privada de exención impositiva para las empresas", agregó como la Ley de Economía del Conocimiento "que permite inversión privada en investigación, ciencia y tecnología".Filmus consideró que las citadas leyes "son políticas de Estado, para que no tengamos ese miedo, nuestro país avanzó siempre con políticas pendulares, tuvimos épocas de gran inversión en ciencia y tecnología y se podría marcar a la noche de los Bastones Largos como un momento en que se rompe esa continuidad".Por su parte la presidenta del Conicet, Ana Franchi, reportó que duplicaron "el ingreso de investigadores e investigadoras, tenemos ya 2.400 ingresados y entre julio y octubre formamos un nuevo ingreso de 850" personas."Pero creo que además de la cantidad (de investigadores) también estamos trabajando en la federalización de los ingresos, que en parte estén orientados a temáticas que en la Argentina son absolutamente necesarias", sostuvo en referencia a las especialidades de Ciencias del Mar, Forestales, Tecnología de Alimentos y Cannabis.Por su parte, el rector de la Universidad Nacional del Sur (UNS), Daniel Vega, dijo que "este es un proyecto que data del 2009, quedó arrumbado durante muchísimos años y se reflotó en el 2013 cuando se logró una primera financiación que permitió comprar todo el equipamiento que permaneció en cajas cerradas durante muchísimos años".Según remarcaron, a través del Programa Federal “Equipar Ciencia”, la UNS y el Conicet Bahía Blanca fueron beneficiarios de equipamiento por más de 5 millones de dólares.Recientemente el programa adjudicó a instituciones de esa ciudad siete equipos de mediano y gran porte con una inversión superior a 1.800.000 dólares.Entre ellos, un espectrómetro de fotoelectrones de rayos X, valuado en casi 1,2 millones, prácticamente único en Argentina, y con el que trabajarán más de 20 grupos de todo el país.

Filmus y la presidenta del Conicet inauguraron un edificio en Bahía Blanca para hacer investigación

Por Camil Straschnoy&nbsp;Aunque está lejos de los distintos focos de tensión geopolítica que elevan otra vez los temores de una guerra atómica, Argentina mantiene un rol activo en el monitoreo para que no se realicen pruebas nucleares a través de ocho estaciones y un laboratorio de radionucleidos (átomos radiactivos), que forman parte del sistema internacional de vigilancia, a lo que se sumó recientemente un Centro Nacional de Datos para analizar la información que se genera localmente.Tres estaciones sísmicas, tres de radionucleidos y dos de infrasonido ubicadas en puntos tan diversos como Tierra del Fuego, Salta, Río Negro o Buenos Aires observan sin parar la tierra y la atmósfera para verificar que se cumpla el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBT por su sigla en inglés), firmado en 1996 pero aún no vigente, ya que falta la ratificación de ocho países (China, Egipto, India, Irán, Israel, Corea del Norte, Pakistán y Estados Unidos).El Congreso de la Nación sí confirmó su validez en 1998 y designó como organismo con competencia a la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), dedicado a la regulación y fiscalización de la actividad nuclear, salvaguardias y no proliferación.Télam entrevistó a Pablo Zunino, Marcelo Fernández y Andrés Pantin de ese ente, quienes destacaron el "entusiasmo" y el ingenio con los que se realiza el monitoreo, la "rica historia de más de 70 años que tiene Argentina en el área nuclear" y el liderazgo de América Latina y el Caribe en el proceso de desnuclearización.Todos temas que serán parte, junto a otros vinculados a las 321 estaciones de monitoreo que existen en el planeta, de una conferencia que empieza el lunes en Viena, ciudad donde tiene su sede central el organismo que se encarga de verificar que se obedezca el tratado que prohíbe los ensayos nucleares y trabajar diplomáticamente para que entre en vigor.&nbsp;Télam-Confiar: ¿Cuántas estaciones de monitoreo tiene el país en el marco del tratado CTBT?Pablo Zunino (gerente de Políticas de No Proliferación y Asuntos Institucionales): El tratado establece una red internacional de monitoreo para verificar su cumplimiento y allí quedaron pactadas todas las estaciones. En nuestro país corresponden ocho. Tres sísmicas que están a cargo del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, tres de radionucleidos y dos de infrasonido. Hay una explicación técnica: la red busca cubrir todo el globo y posibles explosiones en la atmósfera, a nivel de la Tierra, subterráneas o bajo el agua. Hay otra tecnología que contempla el tratado que es la hidroacústica, aunque Argentina no tiene estaciones de ese tipo.&nbsp;T-C: Más allá de este mandato original de verificar posibles pruebas nucleares, ¿qué otros datos aporta esta red mundial?PZ: Los usuarios y los científicos fuera de la red empezaron a darse cuenta de que toda esa inmensa cantidad de información en tiempo real, disponible 24 horas los siete días de la semana, podía tener otros usos como detectar tempranamente tsunamis o en las erupciones volcánicas trazar dónde va la ceniza y cómo afecta a las distintas zonas, tanto desde un punto ambiental o al tráfico aéreo. En Argentina, la Armada pidió datos porque les interesa usarlo, sobre todo en la campaña Antártica, y había por ejemplo un especialista de la Comisión Nacional de Energía Atómica que tenía la idea de que se podía prevenir una erupción volcánica con algunos de estos datos.&nbsp;T-C: ¿Qué sensibilidad tiene el sistema? La estación de radionucleidos debe detectar en la atmósfera partículas radioactivas que no están vinculadas a una prueba nuclear.Andrés Pantin (responsable de la Actividad CTBT): Son muy sensibles. La estación en Buenos Aires es bastante única en líneas generales por estar en una gran ciudad. Detecta la actividad de medicina nuclear en clínicas, al Centro Atómico Constituyentes y Atucha, por ejemplo.PZ: En general, las estaciones no están en grandes ciudades. La de Bariloche y Salta están en el aeropuerto, en las afueras. La de Buenos Aires fue la primera de América en ser certificada y la primera experiencia sobre la cual la CTBTO aprendió algunas cosas. Al principio los datos eran una sorpresa, después quedó que detectaba los usos de material radiactivo que tiene cualquier ciudad.&nbsp;T-C: En la conferencia en Viena se van a presentar los resultados del Centro Nacional de Datos, ¿qué trabajo realiza?Marcelo Fernández (coordinador de las estaciones de monitoreo): Las estaciones mandan la información a Viena, al Centro Internacional de Datos. Cuando un país quiere utilizarlos, los puede descargar desde ahí y hacer investigación científica en base a los datos conseguidos por ellos. O se pueden analizar tus propios datos en crudo y generar uno mismo un revisado por el analista. Para esto último sirven los Centros Nacionales de Datos, que acá tenemos hace un año, todavía en construcción, y por ahora haciendo un reanálisis de los datos ya analizados por el Centro Internacional para ver si podemos equiparar su capacidad.PZ: El Centro Nacional de Datos es optativo para cada país, porque de hecho ya recibís información procesada desde Viena. Si querés y tenés la capacidad técnica y el recurso humano, podés ir un poco más allá.AP: Es una opción que puede tomar el país y es financiado localmente. En el caso de las estaciones del sistema internacional, todo el equipamiento, entrenamiento y costos los cubre la CTBTO. El Centro Nacional de Datos es una inversión directamente del Estado.&nbsp;T-C: Trabajan con científicos e instituciones a nivel mundial, ¿cómo está vista Argentina en lo que respecta a ciencia e investigación nuclear?PZ: Argentina tiene una historia rica de más de 70 años en el área nuclear. En la región tal vez está a la par de Brasil en cuanto a programa nuclear e instalaciones, que al fin y al cabo es lo que impulsa también el recurso humano. Podés entrenar a gente, pero si después no tienen un reactor para meter mano y hacer algo, va a ser difícil sostenerlo en el tiempo.&nbsp;Argentina tiene un lugar en el ámbito internacional en lo que respecta a lo nuclear que no suele tener en otras áreas. En esa tradición se construyó la ARN como organismo independiente y con una tarea muy específica vinculada a la regulación y el control de los usos en material radiactivo y nuclear en el país, y que tiene un rama de no proliferación que es donde entra el CTBT como tratado internacional.&nbsp;T-C: En septiembre del año pasado el secretario ejecutivo de la CTBTO, Robert Floyd, estuvo en la ARN, ¿qué dejó esa visita?PZ: En general hace visitas más protocolares. Al venir al ARN, que es básicamente el organismo que opera las estaciones y visitar una estación de las más antiguas, que implica más trabajo para mantenerla funcionando, se fue impresionado con el entusiasmo que hay.AP: Entusiasmado con eso de lo atamos con alambre, pero lo atamos y lo arreglamos. Y si se desata, lo atamos de vuelta y somos persistentes y tratamos que las cosas funcionen. Y creo que se llevó esa impresión de nosotros, de gente que se preocupa por su responsabilidad a nivel internacional con respecto al cumplimiento del tratado.&nbsp;T-C: ¿Ven un liderazgo regional en cuánto a la no proliferación? Toda América Latina y el Caribe ratificó el tratado CTBT o tenemos el Tratado de Tlatelolco para la proscripción de las armas nucleares firmado en 1967, cuando en Guerra Fría existía la amenaza de un apocalipsis atómico.PZ: Sí. Tlatelolco fue el primer tratado de zona libre en un área densamente poblada y eso fue parte del liderazgo de la región, que se mantiene con la adhesión al CTBT. Y hay otro punto importante también en esta línea que es la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC).Brasil y Argentina, los dos países más desarrollados de la región en el área nuclear, firmaron a principios de los 90 un acuerdo bilateral de uso pacífico que es la ABACC, un mecanismo único en el mundo que permite las inspecciones cruzadas. Es una medida de construcción de confianza entre Brasil y Argentina, pero también para los países vecinos.

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La Facultad de Bromatología UNER firmó un Convenio de Comisión de Estudios con el INTA

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En un mundo más conflictivo, Argentina suma ciencia a la vigilancia contra ensayos nucleares