Sería el de una joven desaparecida en Benavídez el cuerpo encontrado en Brazo Largo
Tatuajes en un hombro que se habrían querido disimular con cortes, un mechón de cabellos y otros indicios importantes, serían reveladores en altísimo porcentaje de la identidad de la mujer asesinada, sin cabeza y con las falanges cortadas, cuyo cadáver se encontró el sábado. Será decisivo el estudio de ADN
Luego de la autopsia practicada en el cadáver de la mujer encontrado semienterrado cerca de la costa de un arroyo en la zona de Brazo Largo el sábado último, han surgido indicadores muy importantes como para establecer que se trataría de una joven de unos 30 años que desde el miércoles desapareció en su hogar en Benavídez, en el norte del Gran Buenos Aires, por lo que era intensamente buscada por familiares y autoridades bonaerenses.
Si bien no existía hasta anoche ninguna precisión oficial al respecto, trascendió que tras la intervención de los forenses ordenada por el juez de Instrucción N° 2, doctor Arturo Ezequiel Dumón, y que en la Morgue Judicial de nuestra ciudad realizaran los médicos Oscar Chiapetti y Mauricio Godoy y la médica policial de Villa Paranacito, doctora María Gatti, se lograron obtener muchos datos que llevan en el sentido identificatorio antes mencionado.
Aunque al cuerpo le faltaban la cabeza (buzos de Prefectura buscaban en los cursos de agua cercanos al macabro hallazgo) y las falanges de los dedos, la existencia de marcas de tatuajes en uno de los hombros de la occisa que habrían sido disimulados con cortes de un arma blanca, restos de un mechón de cabellos rubios -color que coincide con el pelo de la desaparecida- y algunos otros detalles vitales aportados por la familia, y que serán parte del informe que se elevará al magistrado actuante, llevan a suponer que se estaría a un paso de establecer con precisión la identidad de la mujer, que fue muerta pocas horas antes de que su cuerpo fuera hallado por cuatro pescadores paraguayos en una zanja, en un paraje cercano a un arroyo, a unos mil quinientos metros al este de la Autovía RN 12, cerca de un camino que lleva a la zona de complejos turísticos, en proximidades del Puente “General Urquiza” del complejo Zárate-Brazo Largo.
Lo que quedó evidente es que hubo burdos intentos del homicida por borrar huellas para impedir la identificación, como también que no se supo ocultarlo como pretendía, ya que una parte del cuerpo quedó al descubierto luego de que la intensa lluvia retirara algo de la tierra que lo tapaba.
Además, los mismos pescadores dijeron que habían visto al menos dos individuos que estaban en la zona del macabro hallazgo, pocas horas antes, aunque no se sabe si pudieron aportar otros datos sobre los mismos.
La joven desaparecida
La joven mujer (madre de dos niños de corta edad, una nena y un varón) cuya desaparición se denunció la semana pasada en la Policía de Benavídez, se llama Solange Aguirre, quien fue vista por última vez el miércoles por la tarde en la ex ruta 9, vistiendo calzas y botas negras, y un saco azul marino.
Según lo que sus propios familiares mencionaron por la Radio Máxima de nuestra ciudad, Solange salió de su casa a realizar algunas compras y nunca volvió.
Los últimos pasos que se le conocen fue en un supermercado chino y en un negocio de venta de pollos, que pertenece a un hombre que es el padre de la hijita.
Este hombre habría reconocido que estuvo con la joven, pero que se fue después de una discusión que mantuvieron.
Solange Aguirre tiene ojos color miel, pelo rubio, mide poco más de un metro y medio, tiene un piercing en la ceja y otro en la boca, dos tatuajes en uno de sus hombros.
El cuerpo encontrado tendría varias coincidencias con el de la mujer.
El juez Dumón ordenó el estudio de ADN, lo que será decisivo para obtener la identidad.
Todo lo demás queda en manos de la investigación policial, especialmente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Si bien no existía hasta anoche ninguna precisión oficial al respecto, trascendió que tras la intervención de los forenses ordenada por el juez de Instrucción N° 2, doctor Arturo Ezequiel Dumón, y que en la Morgue Judicial de nuestra ciudad realizaran los médicos Oscar Chiapetti y Mauricio Godoy y la médica policial de Villa Paranacito, doctora María Gatti, se lograron obtener muchos datos que llevan en el sentido identificatorio antes mencionado.
Aunque al cuerpo le faltaban la cabeza (buzos de Prefectura buscaban en los cursos de agua cercanos al macabro hallazgo) y las falanges de los dedos, la existencia de marcas de tatuajes en uno de los hombros de la occisa que habrían sido disimulados con cortes de un arma blanca, restos de un mechón de cabellos rubios -color que coincide con el pelo de la desaparecida- y algunos otros detalles vitales aportados por la familia, y que serán parte del informe que se elevará al magistrado actuante, llevan a suponer que se estaría a un paso de establecer con precisión la identidad de la mujer, que fue muerta pocas horas antes de que su cuerpo fuera hallado por cuatro pescadores paraguayos en una zanja, en un paraje cercano a un arroyo, a unos mil quinientos metros al este de la Autovía RN 12, cerca de un camino que lleva a la zona de complejos turísticos, en proximidades del Puente “General Urquiza” del complejo Zárate-Brazo Largo.
Lo que quedó evidente es que hubo burdos intentos del homicida por borrar huellas para impedir la identificación, como también que no se supo ocultarlo como pretendía, ya que una parte del cuerpo quedó al descubierto luego de que la intensa lluvia retirara algo de la tierra que lo tapaba.
Además, los mismos pescadores dijeron que habían visto al menos dos individuos que estaban en la zona del macabro hallazgo, pocas horas antes, aunque no se sabe si pudieron aportar otros datos sobre los mismos.
La joven desaparecida
La joven mujer (madre de dos niños de corta edad, una nena y un varón) cuya desaparición se denunció la semana pasada en la Policía de Benavídez, se llama Solange Aguirre, quien fue vista por última vez el miércoles por la tarde en la ex ruta 9, vistiendo calzas y botas negras, y un saco azul marino.
Según lo que sus propios familiares mencionaron por la Radio Máxima de nuestra ciudad, Solange salió de su casa a realizar algunas compras y nunca volvió.
Los últimos pasos que se le conocen fue en un supermercado chino y en un negocio de venta de pollos, que pertenece a un hombre que es el padre de la hijita.
Este hombre habría reconocido que estuvo con la joven, pero que se fue después de una discusión que mantuvieron.
Solange Aguirre tiene ojos color miel, pelo rubio, mide poco más de un metro y medio, tiene un piercing en la ceja y otro en la boca, dos tatuajes en uno de sus hombros.
El cuerpo encontrado tendría varias coincidencias con el de la mujer.
El juez Dumón ordenó el estudio de ADN, lo que será decisivo para obtener la identidad.
Todo lo demás queda en manos de la investigación policial, especialmente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
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