ENTRE RÍOS
Fue condenado el líder narco del clan Castedo, los “delfínes” que caían del cielo como lluvia
Por Nahuel Maciel
La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal -integrada por los jueces Guillermo Yacobucci y Alejandro Slokar y la jueza Angela Ledesma- confirmó el 27 de diciembre pasado las condenas dictadas en 2022 contra Delfín Reinaldo Castedo y otras seis personas por integrar una asociación ilícita dedicada al narcotráfico. Además, en línea con lo planteado a Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) y la Dirección General de Recupero de Activos y Decomiso de Bienes, los magistrados revocaron la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de Salta que había rechazado el decomiso de un tractor y siete topadoras secuestradas en la causa.
El 7 de diciembre de 2022, los jueces Federico Santiago Díaz y Mario Juárez y la jueza Marta Liliana Snopek condenaron a Delfín Reinaldo Castedo, a 16 años de prisión tras considerarlo jefe de una asociación ilícita dedicada al narcotráfico y al lavado de activos provenientes de dicha actividad. Además, fue condenado como partícipe necesario del delito de “falsificación material de documento público” y coautor de “falsedad ideológica de documento público agravada por tratarse de un documento destinado a acreditar la habilitación para circular de vehículos” (1).
Por otra parte, Raúl Amadeo Castedo -hermano del jefe de la organización- y el martillero público Eduardo Torino, fueron condenados a nueve años de prisión como miembros de una asociación ilícita. Por el mismo delito, le impusieron una pena de 7 años a los comerciantes Alberto Yudi y Luis Yudi, mientras que la ex mujer del líder del clan, Melba del Carmen Araujo, recibió 5 años de prisión.
En tanto, Mario Alberto Yudi -hijo de Alberto- fue condenado a tres años de prisión por lavado de activos, pero resultó absuelto por el beneficio de la duda respecto a la imputación como miembro de la organización. Además, se ordenó el pago de multas, de entre 90 mil pesos y 1.200.000 pesos, para todos los condenados.
Contra la condena, las defensas recurrieron a la Cámara Federal de Casación y sostuvieron que el tribunal realizó una errónea aplicación de la ley y una valoración arbitraria de la prueba. Sostuvieron también que durante el debate hubo cercenamiento del ejercicio de la defensa y que la fiscalía realizó una acusación sorpresiva.
La decisión de Casación
En el fallo, los camaristas analizaron la resolución tomada por el TOF y recordaron que quedó acreditado que “los encartados liderados por Delfín Castedo, al menos desde el año 2000 en adelante -e incluso una vez producidas las detenciones de los hermanos Castedo en 2016 integraron una asociación ilícita destinada fundamentalmente al tráfico de estupefacientes -relacionada también al mercado europeo- conformando una organización criminal”.
Marcaron también la participación del fallecido exdiputado provincial Ernesto Aparicio, quien era el propietario de la finca “El Pajeal”. En el fallo del Tribunal se había indicado que “Delfín Castedo lideró una empresa criminal de tamaña envergadura que contrabandeaba droga principalmente desde Bolivia hacia nuestro país mediante un paso internacional, paso privado y sin control ni restricciones, del que se valió a través del dominio territorial sobre la finca El Pajeal, y que intentó extender sobre la finca El Aybal, ejerciendo un señorío absoluto sobre la frontera que ocupaba la finca, punto neurálgico de sus negocios” (2).
En ese sentido, Casación marcó que se encontraba debidamente probada “la pertenencia a una estructura organizativa de un grupo de personas que bajo el liderazgo de Delfín Castedo obraron de común acuerdo, con objetivos comunes y división del trabajo, ejecutando de manera permanente a través del tiempo planes delictivos vinculados a actividades de contrabando y narcotráfico”. Sostuvo además que el eje de la organización se encontraba abocado a lograr el dominio sobre la frontera argentino-boliviana, “a cuyos fines devino central la ubicación estratégica de las fincas El Pajeal y El Aybal”.
“La empresa se encontraba sustentada sobre rasgos de clan de corte familiar, de manera tal que de ella formaban parte la madre de los hijos de Delfín Castedo Melba del Carmen Araujo, su hermano Raúl Castedo, amigos de toda la vida como Luis y Alberto Yudi y profesionales vinculados al negocio inmobiliario y la explotación agropecuaria como Eduardo Torino, cuya lealtad pudo ser demostrada a partir de la prueba testimonial rendida en el debate, los resultados de las escuchas oportunamente dispuestas, y la prueba documental allegada al proceso, y cuyo eficacia criminal pudo alcanzarse aun encontrándose el líder detenido”, remarcaron los integrantes de la sala II.
Delfín Castedo y su vínculo con Entre Ríos
A los pobladores de la zona de influencia de Santa Anita (Departamento Uruguay) les llamó la atención que en sus campos aparecieran marcas de vehículos, cuando sabían que ningún rodado debía haber transitado por esos surcos.
Luego, observador el ir y venir de camionetas 4x4 y sintieron temor cuando –con sorpresa- se dieron cuenta que en su interior había personas fuertemente armadas. Casi de inmediato, escucharon un sonido casi como a tormenta, pese a que no había señales de mal tiempo: era el ruido de un avión de porte pequeño que sobrevolaba esos campos.
De pronto, comenzó a caer como lluvia innumerables bolsas conteniendo un polvo blanco: en Santa Anita llovía bolsas de cocaína (3).
Esto fue en marzo de 2021. El temor los paralizó, porque recién el 5 de mayo de ese año se hizo la denuncia y de manera anónima a través de una llamada telefónica a la División de Toxicología de la Policía de Entre Ríos.
Nada es casualidad, porque ese mismo 5 de mayo en Colonia Sagastume (también del Departamento Uruguay), un peón de campo encontró “un bolso grande” muy cerca de una cosechadora. De las actas policiales se desprende que esas bolsas conteniendo cocaína llevaban impresas el sello de un delfín. No hubo duda, era la forma que tenía Delfin Castedo para identificar “su producto”.
De ese procedimiento inicial, se encontraron primero casi 50 kilos de cocaína que estaban desparramados un sector del campo, a unos pocos metros de una especie de pista de aterrizaje tan improvisada como clandestina.
El cargamento perdido fue el inicio de un caso que derivaría en una de las detenciones más importantes en materia de narcotráfico: la de Raúl Oscar “Loro” Ferreyra, segundo de Reynaldo “Delfín” Castedo y apodado “El Señor de los Cielos”, en honor al célebre capo mexicano Amado Carrillo Fuentes.
Lo que siguió fue solo una consecuencia: en julio de 2021 en las afueras de Pronunciamiento (Departamento Uruguay y pocos kilómetros del Palacio San José), un vecino denunció que una avioneta había sobrevolado la zona y arrojó grandes bolsas sobre un campo.
Hubo inteligencia en el terreno. Se hicieron seguimiento y se pidieron registros de todos los vehículos “extraños” o no habituales en la zona. Y el 23 de septiembre de ese año, se estuvo a pocos metros de interceptar una avioneta, que alcanzó a elevarse por encima de los techos de los patrulleros policiales (4).
Los que quedaron “indefensos” fueron los narcos que esperaban en tierra. En la huida, dejaron 439 kilos de cocaína y algo valioso para toda investigación: sus teléfonos celulares.
De ese operativo se logró detectar a una camioneta con doble fondo. De esa camioneta y otros datos, derivó en montar otro operativo –esta vez más discreto- en un hotel de Basavilbaso: en una de sus habitaciones estaban alojados los tres hombres que habían escapado en Pronunciamiento.
La investigación llevó incluso a detectar a un tercer vehículo que los narcos habían dejado listo para usarse estacionado en un paraje de Islas del Ibicuy. Lo demás, ya es historia conocida: hubo allanamientos a una cuadra del Obelisco (sobre calle Corrientes), en otro hotel identificaron a una mujer de nacionalidad peruana a la que le secuestraron 55 mil dólares, 2 mil euros y 10 millones de pesos, que estaban casi desparramados en la habitación.
Y se pudo determinar en principio que la organización narco habría concretado, al menos, ocho envíos entre 400 y 500 kilos de cocaína. Durante todo el 2021 y 2022, la “lluvia de cocaína” continuó cayendo sobre los sembradíos entrerrianos. Y la labor de la División de Toxicología los llevó a las ciudades de Salta y de Salvador Mazza.
Así fue que luego de una extensa y minuciosa investigación, el 10 de marzo de 2023, con apoyo del personal del personal del Escuadrón 45 de Gendarmería Nacional con asiento en Salta, detuvieron al jefe del peligroso “clan Ferreyra” y a otras personas involucradas en los vuelos narcos. Entre ellos, a Verónica Leila Heine, ex pareja de “Loro” y amante de “Delfín” Castedo.
Estructura narco criminal
Esta es la historia superficial de una estructura narco criminal que, si bien no fue desmantelada del todo, al menos hizo crujir parte de su estructura.
Pese a estar condenados y bajo prisión, el tráfico de estupefacientes vía aérea desde el norte hacia Concepción del Uruguay y Gualeguaychú no se ha detenido; como tampoco las que se trasladan con la logística vía terrestre y mucho más vía fluvial utilizando al río Paraná y también al Uruguay.
Tan solo a manera de ejemplo, para tener la dimensión que el narcotráfico nunca se detiene, es oportuno recordar la actuación que realizó la Prefectura Naval Argentina en septiembre del año pasado.
Como resultado de intensas tareas de investigación, personal de esa Fuerza de Seguridad realizó 12 allanamientos en Misiones y en Entre Ríos, y pudo detener a cuatro personas además de incautar estupefacientes (5).
El operativo se originó en junio del año pasado cuando la Fuerza recibió la orden de practicar tareas de análisis de parte de la Fiscalía Federal Concordia, que había tomado intervención en una serie de investigaciones relacionadas con denuncias sobre distintas bandas narco que operaban en esa localidad con ramificaciones en Gualeguaychú.
El Departamento de Investigaciones del Narcotráfico de la Prefectura logró detectar una organización narco-criminal con sede en Concordia que articulaba envíos de cocaína desde Encarnación (Paraguay) hacía Posadas (Misiones), luego regresaba a Concordia y de allí a Gualeguaychú e incluso la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires.
Con la información reunida por la Prefectura, el Juzgado Federal de Concordia ordenó, a pedido de la fiscal Federal, 12 allanamientos en Posadas, Concordia y Gualeguaychú, todos con resultados positivos para la investigación.
Como resultado de los mismos, se detuvo a tres hombres y una mujer y se secuestraron 15 celulares, tres dispositivos electrónicos y almacenamientos, dinero en efectivo en distintas divisas, cocaína, un auto y una moto.
Cabe destacar que, luego del gran operativo, se sumó la detención del principal investigado y su pareja, quienes fueron identificados circulando a bordo de un automóvil en un control vehicular efectuado por la Policía de Entre Ríos en la localidad de La Paz.
Los ejemplos pueden contarse casi hasta el infinito. El ministro de Justicia y Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia–con una extensa experiencia- expresó el viernes 22 de diciembre pasado los lineamientos básicos contra el narcotráfico en la provincia. En esa ocasión felicitó al personal policial que el día anterior había secuestrado en San Jaime de la Frontera -por orden del Juzgado Federal de Concordia-, 38.915 pastillas de Flunitrazepam o Rohypnol de 1 milígramos, valuadas en 7 millones de pesos; además de un celular y dinero en moneda nacional y extranjera. Y explicó que “tenemos cinco jueces federales y vamos a trabajar de la mano con ellos en las cuestiones de narcotráfico, microtráfico y narcomenudeo” (6).
“Vamos a crear dos grupos dentro de la Policía. Uno va a investigar el macrotráfico, de la mano de los cinco jueces federales que tenemos en la provincia. Otro grupo altamente preparado para combatir lo que es el narcomenudeo”.
De ese esquema -en parte- dependerá que estas historias no se repitan.
Referencias
2) Ib.
5) https://www.argentina.gob.ar/noticias/prefectura-realizo-12-allanamientos-por-narcotrafico