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Detuvieron en Uruguay al presunto facilitador de la cocaína detectada en el Puente Internacional
Cayó en Uruguay el presunto transportador de la cocaína secuestrada el sábado 8 de mayo en el puente internacional General San Martín y que constituyó el mayor decomiso en la historia de la jurisdicción.
Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO
El sábado 8 de mayo pasado, en el puente internacional General San Martín, se logró dar uno de los golpes más duros en la historia criminal de la jurisdicción, cuando fueron detectados y secuestrados 215 kilos de cocaína que iban con destino a la República Oriental del Uruguay y –se presume- de ahí hacia Europa.
Desde el Juzgado Federal de Primera Instancia a cargo del juez Hernán Viri, se reconoció que Interpol confirmó la detención del supuesto facilitador de esos estupefacientes: se trata de un eslabón clave para desactivar una de las cadenas del narcotráfico que utiliza Entre Ríos y el vecino país para llevar la droga con destino Europa.
Los investigadores tienen casi la certeza de que esta persona (ahora detenida en el vecino país y a la espera del exhorto remitido –vía diplomática- por el juez Viri) fue quien llevó la cocaína para que sea cargado en el camión que se detectó el sábado 8 de mayo cuando intentaba cruzar hacia el vecino país.
Asimismo, aseguró que deben determinar si esta era una organización o si el camionero había sido contactado eventualmente para la tarea de cruzar la mercancía al vecino país.
La causa
La Justicia Federal tiene casi la certeza que los 215 kilos de cocaína secuestrados el sábado 8 de mayo en el puente internacional, fueron cargados en la ciudad. Ahora hasta ya sabría quién fue el que acercó la droga hasta el camión.
El juez Hernán Viri ya había procesado al ciudadano uruguayo identificado como Wilson Da Rosa (de 54 años), quien permanece detenido en la Unidad Penal N° 2 “General Francisco Ramírez”, acusado de cometer delitos de narcotráfico y tráfico de estupefacientes de acuerdo a lo establecido en la Ley N° 23.737 y cuya causa ya fue elevada a juicio.
Como se ha indicado, todo esto deriva del procedimiento que se registró en horas de la tarde del sábado 8 de mayo, cuando personal de Aduana inspeccionó a cuatro camiones que llevaban como destino la República Oriental del Uruguay y habían partido desde Avellaneda, Provincia de Buenos Aires.
Al inspeccionar al quinto camión, un Ford Cargo 4030, cuya guía de carga indicaba que transportaba bloques de yeso, los agentes aduaneros detectaron entre las placas, ocultos a la simple vista, los “ladrillos” típicos del prensado de estupefacientes y de inmediato se dio intervención a las autoridades judiciales.
La sorpresa en ese procedimiento fue aún mayor cuando la balanza marcó un pesaje de 215 kilos de cocaína y se constituyó en uno de los mayores decomisos registrados en la historia de la jurisdicción, cuyo valor se estima en 2.150.000 dólares, teniendo en cuenta que un gramo de cocaína cuesta diez dólares en el mercado local.
El conductor del camión quedó incomunicado en esas primeras horas en dependencias de Gendarmería Nacional. El lunes 10 de mayo se negó a declarar; el viernes 14 de ese mes se ordenó que quede alojado en la Unidad Penal 2; más tarde se le dictó el procesamiento y finalmente se elevó la causa a juicio.
Desde las primeras horas de la investigación, en el Juzgado Federal de Gualeguaychú se tuvo casi una certeza: la cocaína había llegado a la ciudad en una fecha imprecisa pero cercana al sábado 8 de mayo, día del procedimiento en la zona del puente internacional General San Martín. Ese cargamento de 215 kilos de cocaína estuvo “dormido” en algún lugar de la ciudad o tal vez en algún predio rural cercano. Fue cargado el mismo 8 de mayo, pero de forma apresurada a juzgar en cómo fue estibado dentro del camión Ford Cargo 4030.
Por el momento, Wilson Da Rosa siempre se ha refugiado en un protector silencio: sabe que su silencio es la seguridad de sus seres queridos, en el código de la narco criminalidad. A pesar de su estrategia defensiva, su posicionamiento se fue debilitando día tras día, a la par que avanzaba la investigación judicial y mucho más ahora, que Interpol Uruguay confirmó la detención de quien sería sindicado como el transportista que llevó la droga hasta el camión.
El origen del cargamento como su destino son los otros dos extremos que forman parte de una misma investigación.
Hay dos rutas utilizadas por el narcotráfico que desembocan en Entre Ríos: una proviene de Paraguay-Misiones, continúa hacia Corrientes y Entre Ríos y finalmente llega al Uruguay con destino final Europa. La otra es la droga que llega a Buenos Aires (atravesó todos los controles en el Norte del país), luego es enviada a Entre Ríos, para que a través del vecino país tenga como destino el viejo continente.
Río y aire
Todo esto sin tener en cuenta otras plataformas logísticas como las pistas aéreas y las vías fluviales que hacen de Entre Ríos un territorio propicio por la falta de un adecuado control.
El narcotráfico sabe que en Entre Ríos existen varias pistas clandestinas que están abiertas al tráfico de estupefacientes, ubicados en estratégicos predios agropecuarios. Del mismo modo, el narcotráfico sabe que los ríos Uruguay y Paraná carecen de un eficiente control preventivo. Apenas, las vías terrestres tienen permanentes puestos de vigilancia a través de la labor de Gendarmería Nacional y en algunos puestos camineros de la Policía de Entre Ríos (Paso Telégrafo, por ejemplo).
Por eso el comercio ilegal de drogas tiene a Entre Ríos como uno de sus territorios preferidos, tanto para el tránsito como para el consumo interno.
En cuanto al transporte fluvial, el río Paraná es una de las rutas preferidas por el narcotráfico, aunque los operativos se concentran más en Misiones y Corrientes que en Entre Ríos. Con respecto al río Uruguay, se sabe que es un colador a cielo abierto, donde ya sea por embarcaciones clandestinas o burlando la vigilancia en los tres puentes binacionales, el narcotráfico va y viene entre ambas orillas casi sin ser molestado.
La plataforma de transporte preferida por el narcotráfico en Entre Ríos es la aérea: primero porque la provincia presenta una geografía casi ideal para las pistas de aterrizajes, y segundo por la ausencia de controles y radares.
Gualeguaychú, Uruguay, Concordia, Federal, Feliciano, Islas del Ibicuy y Gualeguay son los Departamentos donde más de observa este fenómeno, aunque no los únicos.
Como se ha dicho en reiteradas oportunidades, Entre Ríos es un territorio estratégico, dado que su ubicación geográfica la ubica como ideal para desarrollar la distribución hacia los grandes centros urbanos como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, para dar un ejemplo vernáculo, pero también ideal para llevar la droga a Europa a través de la República Oriental del Uruguay.
Se estima que en Entre Ríos existen aproximadamente 150 pistas de aterrizajes declaradas, la inmensa mayoría de ellas construidas en establecimientos agropecuarios y que son utilizadas a diario para las fumigaciones y el traslado de sus propietarios.
De esas pistas declaradas legales, 42 están ubicadas en los Departamentos Gualeguaychú, Gualeguay, Uruguay e Islas del Ibicuy. Pero quienes combaten al narcotráfico saben que existen innumerables pistas o superficies preparadas para el aterrizaje que no han sido declaradas y que son ideales para que operen pequeños aviones.
Las pistas aéreas en los campos como los puertos ilegales en el río Uruguay, convierten a la provincia en una formidable plataforma para expandir el mercado ilegal de estupefacientes.