Mujeres que hacen cosas: Son hermanas, artesanas y prefieren arremeter a quejarse

Silvina Esnaola

 

Y si bien hasta ahora cada una lo hizo por cu cuenta, el último octubre hicieron la experiencia de juntarse para una feria en casa y el resultado las convenció de encarar un emprendimiento juntas.

“Todas tenemos familia y trabajo”, aclararon cuando charlamos.

Y esto implica que a todo lo que supone llevar adelante una casa, le suman los horarios en que atienden una fiambrería, una peluquería o una pescadería.

Y en los ratos libres, dan rienda suelta a la creatividad.

“Desde chiquitas aprendimos, porque mamá nos enseñó a hacer de todo: arreglos para casa, coser, bordar, tejer...” apuntaron.

“Lorena, la mayor, no incursionaba en las artesanías, hasta que probó y se copó. Pinta mates, cuencos y tablas para las picadas. Y según sus hermanas, “es muy perfeccionista...”

Rocío estudió pintura. Tuvo un negocio donde vendía artesanías y elementos decorativos pintados por ella. Aquí está quizá el origen de lo que hoy las tiene como socias. Con Lorena trabajan elementos de madera y yeso.

Magalí estudió peluquería y está al frente de la suya. Y ahora ella aporta aromas, tejidos al crochet y elementos en tela.

“Nuestros maridos nos acompañan al Tigre, de donde traemos todo el material crudo, que lijamos y hervimos para que la madera no sangre, pintamos y procesamos  para que la pintura no se salga”.

Aquí vale que ahondemos un poco en este grupo familiar, porque aunque las veamos a ellas al frente del negocio, hay mucha gente que las acompaña.

Lorena está casada con Walter y tienen a  Ana y Luna; Rocío, con Mauricio y tienen a Alex, Dylan, Santino y Juan Francisco. Magalí está casada con Cristian y tienen a Juan Ignacio.

El día a día de las hermanas es movido, como dijimos, los domingos, si hay feria, allá van. Si no es así, tienen mucho para hacer cada una en su casa.

Hoy es uno de esos domingos que hay feria de artesanos en Plaza San Martín y ellas van a estar sobre la calle central -Belgrano-  desde las siete de la tarde.  

 

-¿Cuándo decidieron asociarse?, preguntamos y la respuesta llegó enseguida.

“Tuve un negocio -comenzó Rocío- y me quedaron cosas. Hicimos una feria para el día de la madre, en la que además de lo que yo tenía, cada una puso algo de lo que hacía (para regalar, para sí misma, para su casa) y vino mucha gente. Como gustaron nuestras cosas y vendimos muy bien, comenzamos a barajar la idea de asociarnos para un emprendimiento”.

“Pensamos anotarnos en alguna feria para poner nuestro gazebo (que también decoran) para exponer y vender”, agregaron.

Así empezaron y ahora exponen en ferias, como la de hoy, en la Plaza San Martín, que comenzará a las siete de la tarde, con puestos de artesanos como ellas y números artísticos.

 

 

 

-El hecho de ser socias, ¿ha traído inconvenientes? esto, por el compromiso de trabajo de cada una hacia las otras dos...

“No”, dijeron a la vez, “porque es una sociedad para hacer lo que nos gusta. Es independiente de los maridos. Es nuestra manera de poder hacer lo que nos divierte, como pintar, tejer, bordados en general, colgantes, preparar perfuminas, participar de las movidas de las exposiciones...”

Este cable a tierra incluye también confeccionar los trajes para el entierro del carnaval, del que participan con el grupo de amigos, y en el que han sacado premios.

Como es de suponer, las hermanas hicieron los trajes, decoraron la carroza, se ocuparon del maquillaje y los peinados...  

Mientras charlábamos, contaron que todavía no tienen el tema para este carnaval, pero tienen claro que van a participar y que  “vamos por el primer premio”, como dijeron entusiasmadas.

Antes de eso, esta tarde, como ya dijimos, estarán con su gazebo donde llevarán todo lo que tienen, porque quieren renovar la mercadería.

“Vamos a hacer un 2x1 porque queremos renovar el stock, para estar en la próxima edición del Paseo Alem con mercadería recién hecha”:

“No nos gusta exponer siempre lo mismo. Ahora vamos a apuntar a las cosas que salen más, las relacionadas con las energías, porque la gente busca este tipo de productos....”

Y como son socias, comparten los materiales que compran aunque cada una pone el precio a su trabajo

“Y se cobra menos de lo que deberíamos. No cobramos el tiempo que nos lleva hacer las pinturas, porque nos gusta lo que hacemos, es un hobby, no vivimos de esto y no podemos dejar de acomodarnos a la economía de quienes quieren comprar”, explicaron.

Las tres contaron que lo que hacen surge de lo aprendido en casa desde chiquitas, cuando se aburrían y preguntaban a su mamá “¿qué podemos hacer?”  y que por eso les sorprende que haya gente que dice no saber hacer nada.

“Para nosotras, hay que probar para saber qué tanto se sabe” y esto lo tiene claro cada integrante de sus familias.

Hace un año se decidieron a viajar (todos juntos, con mamá incluida, para una vacaciones de julio) al Tigre y disfrutaron esa jornada a más no dar.

De manera que fue un viaje de trabajo, pero también, un paseo.

Y escucharlas despierta admiración, porque cada una hace lo suyo y lo que debe aportar para que siempre tengan un stock variado. Y afirman no cansarse y estar chochas con ser socias, que si no se llevaran tan bien, sería imposible que lo fueran  ellas y por transitiva, sus maridos y sus hijos.

“Está claro para todos que esto a nosotros nos gusta y por eso, cuando estamos haciendo algo, no molestan. Incluso venden o nos hacen propaganda...” 

Hacen de todo las hermanas Villarreal. También tortas, flan casero, cortado del pasto y más...

“Siempre buscamos la superación. No nos estancamos. Siempre hay que hacer, porque si te quedás en el círculo de la queja, no avanzás.  La situación económica no está buena, pero no nos quedamos en lamentos, sino que tratamos de meterle...” dijeron seguras, y parece que con esta fórmula les va muy bien.