Jóvenes de la Parroquia San Nicolás de Bari están misionando desde ayer en Gualeguaychú
El contingente de 198 adolescentes que, aprovechando su primera semana de receso escolar, vinieron a misionar a Gualeguaychú, tuvo su Misa de bienvenida este sábado a la noche en la Parroquia Cristo Rey.
En la charla con EL ARGENTINO, el sacerdote Eduardo -Cacho para todos- Casabal contó que estos chicos tienen entre 15 y 17 años, sus dirigentes 19 ó 20, pertenecen a la Parroquia San Nicolás de Bari -CABA- y están a su cargo.
“Ellos se reúnen durante el año en la Parroquia”, agregó, dando la pauta que de estos encuentros surgieron las misiones que han hecho en Gualeguaychú.
El invierno pasado fueron hospedados en la Parroquia Cristo Rey, luego -en el verano- en la Escuela N° 88 Los Fundadores y ahora están en la Capilla San Cayetano.
“Y con cada misión, el grupo ha ido creciendo. Estaremos una semana aquí, la primera de este tiempo que tienen de vacaciones en el colegio, para compartir esta misión”.
Respecto de la misión en sí, Casabal señaló “la Misión es compartir nuestra fe con las familias de los alrededores de la Capilla San Cayetano. Para esto, nos dividimos en grupos de tres o cuatro y vamos visitando las familias que viven en la zona para compartir un poco la fe”.
Lo que se comparte no necesariamente es un texto del Evangelio, ya que como explicó, “la idea es el encuentro, conocerse y si se da la oportunidad, como vamos con la imagen de la Virgen, se reza o se hace una oración. A veces, la gente no es creyente, no obstante las visitas son muy lindas y se comparten otras cosas”.
Aquí le recordamos la parte de la Oración del Remanso de Jorge Fandermole, que le dice al Cristo de las redes “no pienses que nos perdiste, es que la pobreza nos pone tristes...” y preguntamos ¿se encuentran con tristeza en estos hogares?
El sacerdote dijo “es mi primera vez aquí. Estoy ahora en San Nicolás de Bari -Av. Santa Fe 1352- pero estuve tres años en la Villa 1114, del Bajo Flores. La pobreza pone tristes..., puede ser. La verdad es que la gente que vive en situación de pobreza, testimonia alegría. La tristeza, me parece, también está en los lugares que lo tienen todo pero les falta tanto...”
Además, apuntamos, el pobre sabe compartir porque sabe que puede no haber...
“Por supuesto”, respondió, para agregar enseguida “para nosotros, ver doscientos jóvenes a los que no les falta nada y deciden vivir una semana todos juntos (hacinados, dijo) también es un lindo testimonio de que todo no es lo material, sino que lo importante pasa por otro lado...”
“Es bueno que vean otras realidades. Esto les hace bien., por eso decimos siempre que cuando uno va a misionar, es misionado, porque es mucho más lo que se recibe que lo que se da”.
“Cuando se critica tanto a la juventud, estar con 200 chicos que libremente dejan de lado sus comodidades y vacaciones, poniendo su tiempo y dinero para venir a compartir con otros, para todos nosotros es un signo de esperanza. Eso da mucha alegría”, afirmó.
El grupo se quedará toda la semana y al tener en el sacerdote Maximiliano Zanardi, párroco de Cristo Rey como referente, Casabal contará con su apoyo para trazar la agenda de actividades.