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Informe especial: las sectas y el mercado espiritual

La estafa de la Iglesia Universal del Reino de Dios

La estafa de la Iglesia Universal del Reino de Dios

El accionar de la Iglesia Universal del Reino de Dios en Gualeguaychú y en varios países debería despertar más celo en las autoridades del Estado para evitar que los fieles sean estafados en su buena fe.


Los lectores de EL ARGENTINO recordarán que no hace mucho tiempo, sobre la calle Urquiza, entre Pte. Perón y Montevideo, la Iglesia Universal del Reino de Dios, prometía la cura del cáncer.
Una estafa. Un abuso frente a la necesidad espiritual de encontrar confortación ante un padecimiento.
La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) tiene sede en distintos países de la región, es propietaria de cadenas de televisión y radios, logra la atención del público que está ávido de encontrar un mensaje que le prometa una vida mejor, de conseguir “un lugar en el cielo”, de sanar sus enfermedades incurables, de conseguir trabajo, de superar sus dificultades económicas o familiares… en fin… de vivir el milagro. Eso sí, cuando el milagro requerido es más difícil, sale más caro.
Esta Iglesia es nueva. Fue fundada en Brasil en 1977 y desde entonces no ha parado de crecer económicamente y se ha expandido en casi doscientos países de todo el mundo. Lo que poco se difunde es que sus cuatro líderes jerárquicos más importantes están acusados por varios delitos financieros y penales.
Quien se hace llamar obispo Edir Macedo, fundador de esta Iglesia, junto con el ex diputado Joao Batista da Silva, el dirigente religioso Paulo Roberto Gomes y la responsable de la ingeniería financiera de la organización, Alba María Silva da Costa, deben rendir respuestas ante la Justicia brasileña por estafa, evasión e incluso lavado de dinero, de acuerdo a la denuncia que sostiene el fiscal Silvio Luis Martins de Oliveira.
Se calcula que tan sólo en Gualeguaychú la recaudación mensual que giran a Buenos Aires y luego a Brasil, supera los cientos de miles de pesos y que esos fondos los aportan los cientos y cientos de fieles.
El dinero llega al Brasil donde es invertido principalmente en medios de comunicación como radios, cadenas de televisión y revistas varias, todas registradas a nombre de los miembros más encumbrados de esta Iglesia y la mayoría sin declarar al fisco.
Macedo dirige a esta Iglesia desde Nueva York, dado que así evade los varios procesos judiciales que tiene abierto en el Brasil.
Ex fieles, que por razones de seguridad pidieron que su identidad quede en el anonimato, dieron cuenta a EL ARGENTINO que al principio aportaban recursos como cualquier devoto. Pero con el correr del tiempo, las presiones que recibían fueron casi extorsivas, dado que a mayor aporte mayores posibilidades de ingresar al Reino de los Cielos.
En Argentina, en la provincia y en la ciudad ningún organismo del Estado tiene registros sobre la cantidad de donaciones que recibe esta Iglesia, un despropósito por donde se lo mire. Ahí hay una pauta clara de cómo se podría desmantelar este mercado disfrazado de espiritualismo.
No hay que olvidarse que la mayoría de sus donantes son familias humildes, pero que quedan atrapados en esta ingeniería “espiritual” que se vale de su propia desesperación.
Hay que dimensionar. La propia Iglesia Universal del Reino de Dios reconoció que entre 2003 y 2006 recibió donaciones del mundo entero por casi tres mil millones de dólares. Eso fue lo declarado, que “leído” a la luz de las acusaciones por evasión que tiene, la cifra sería holgadamente superior.

En Gualeguaychú

“El cáncer tiene cura, tráigame enfermos para que sean sanados”. Así rezaba un cartel puesto a la entrada del gigantesco local ubicado en calle Urquiza, al lado del Teatro Gualeguaychú.
Y muchos asistieron, porque saben que Dios hace imposibles.
Cuando ese cartel fue cuestionado por varios medios de comunicación y especialmente por la comunidad médica, se lo sacó. Pero el negocio solo se transformó para seguir siendo el mismo.
Casi desesperados, los médicos dijeron que los pacientes que tienen fe, que encuentren en su religión la fuerza necesaria para continuar con los tratamientos, pero que no abandonen el tratamiento.
Además de los diezmos, las donaciones y otros ingresos, la Iglesia Universal del Reino de Dios tiene “objetos milagrosos” por precios que ascienden según el mal que tienen que extirpar. Según ellos, estos objetos están consagrados y pueden sanar lo incurable, generar ganancias económicas importantes para salir de la pobreza, también tienen objetos para retener al ser amado o expulsar a los demonios internos que supuestamente cada persona tiene.
Aceite de olivo bendito del huerto de Getsemaní (donde oraba Jesús), agua bendita traída del mismísimo río Jordán, hasta partes pequeñas del manto sagrado traído de Jerusalén, son objetos que se adquieren ya no a fuerza de fe sino de billetera y donaciones. Después de todo, el propio fundador de la Iglesia, el obispo Macedo, enseña: “El dinero es para la iglesia lo mismo que la sangre es para el cuerpo físico”.
En 2009, los diarios La Nación (Argentina); O Globo (Brasil); El Tiempo (Colombia); La Nación (Costa Rica); El Comercio (Ecuador); El Universal (México); El Nuevo Día (Puerto Rico); El País (Uruguay); y El Nacional (Venezuela) elaboraron un informe conjunto que se llamó “El negocio de la fe”, con los ojos puestos en el desarrollo exponencial de la IURD.
El jueves 13 de agosto de 2009, el diario peruano La República, dio cuenta del pedido del Ministerio Público de Brasil para reunir elementos de fraude, falsificación y lavado de dinero contra Edir Macedo.
Este líder espiritual -que institucionalizó el programa “Pare de sufrir”- está acusado por las autoridades de Brasil de lavado de dinero, fraude y falsificación y por haber desviado a beneficio propio más de 765 millones de dólares recaudados gracias a los diezmos y el aporte de sus fieles.
Según el matutino O Estado de Sao Paulo, la Oficina de Control de Actividades Financieras (COAF) demostró que el dinero de los feligreses, destinado para el mantenimiento de la iglesia y el trabajo social, se desvió a la compra de las empresas de comunicación de Macedo.
El informe revela que “ocho empresas de comunicación (entre radios y televisión) se encuentran entre los diez principales receptores de las transferencias electrónicas o depósitos bancarios que dejó la IURD. Las primeras investigaciones mostraron que parte de los más de 700 millones de dólares fueron desviados a México, Venezuela, Estados Unidos, Sudáfrica y Chile. No obstante, podría haberse destinado a otros países”.
A diferencia de otros cultos pentecostales que prometen a sus fieles la felicidad en el Cielo, la fórmula de Macedo es que asegura que Dios dará toda su bondad aquí en la Tierra, pero a medida también del aporte o diezmo que cada fiel sea capaz de compartir con él. Es la teología de la prosperidad en su grado más intenso.
Otra de las obsesiones de Macedo es ser el dueño más importante de medios de comunicación. Efectivamente es el propietario de dos periódicos con más de un millón de ejemplares, de 30 emisoras de radio y de la segunda red de televisión más importante del Brasil.
En 1989 compró la tradicional cadena de televisión TV Récord con 25 repetidoras en todo el país e incluso obtuvo los derechos para televisar los partidos del club San Pablo, uno de los más populares. La compra de la TV Récord la hizo en parte con aportes “anónimos” provenientes de Colombia.
Otra de las áreas de interés de Macedo se encuentra en la política partidaria. Esto comenzó en 1986 a través del patrocinio de varios candidatos a diputados que le prometieron beneficios para la Iglesia. Actualmente la iglesia universal presenta sus propios candidatos y hoy tiene 35 legisladores leales y fieles y forma parte de la alianza con el poderoso Partido de los Trabajadores del Brasil.
En 1990 llegaron a la Argentina. Hoy se han expandido por casi todas las provincias y es en Entre Ríos y especialmente en Gualeguaychú, donde tienen a uno de sus templos que mejor recauda. Frente a este cuadro de situación se espera que las autoridades del Estado puedan reaccionar y evitar así que miles y miles de entrerrianos sean timados en su buena fe.

Por N. M.
EL ARGENTINO




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