Massa prepara más restricciones para evitar la salida de dólares y apunta al turismo en el exterior
La negociación entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional volverá a tomar protagonismo en la agenda de política económica en los próximos días, luego del visto bueno del directorio del organismo para enviar un desembolso de USD 5.400 millones y para recortar las metas de acumulación de reservas. El Ministerio de Economía acordó, en paralelo, tomar una serie de medidas para evitar la salida de dólares, con el pago de turismo y transporte al exterior en la mira, mientras que Sergio Massa prepara otro viaje a Washington para una cumbre del FMI y el Banco Mundial.
El organismo no había publicado, este lunes por la tarde, el staff report que corresponde a la cuarta revisión de metas, y que explicitaría cuáles serían desde ahora las nuevas metas de acopio de divisas en el Banco Central a lo largo del 2023. Desde el Palacio de Hacienda dejaron saber en las últimas horas que el objetivo de acumulación de reservas fue recortado en USD 3.600 millones para el primer trimestre y en USD 2.000 millones a lo largo del año.
El equipo económico y el staff técnico del Fondo Monetario mantuvieron negociaciones en los últimos dos meses para darle paso a la habilitación de la cuarta revisión y el desembolso que llegó el viernes, pero la columna vertebral de la discusión tuvo que ver con medidas hacia adelante para, fundamentalmente evitar que se profundice la salida de divisas del BCRA. Para eso, según fuentes oficiales, habrá una serie de medidas que Massa analiza para el corto plazo.
El consenso alcanzado con los funcionario del FMI incluirá medidas para sumar divisas y también para evitar perderlas. Como fue anticipado por el Ministerio de Economía y que fue reforzado en el comunicado del staff del organismo, habrá una nueva ventana de dólar soja durante 30 días, junto a otra de tres meses para las economías regionales, que tendrá como meta “continuar promoviendo las exportaciones y fortaleciendo la balanza comercial”.
En simultáneo, desde el equipo económico adelantaron que podría haber medidas para el gasto en dólares que se realiza por turismo, y que representaron, se proyecta, un gasto de alrededor de USD 6.000 millones. Hasta octubre, de acuerdo a la base de datos del Banco Central, el egreso de divisas por esta vía superaba los USD 5.100 millones. “Este tipo de cambio también se aplicará a una parte de las importaciones, incluidos los servicios de turismo y transporte”, mencionaron desde Economía.
No hubo por el momento precisiones sobre cómo podría reajustar el Gobierno la cuenta de salida de divisas por turismo. Por el momento, conviven dos esquemas de dólar turista: para los consumos menores a 300 dólares por mes, se paga el valor de la divisa oficial (hoy $216,50 en el Banco Nación) más el 30% de impuesto PAIS y el 35% de anticipo de Ganancias o Bienes Personales.
Para los consumos superiores a los 300 dólares, la percepción es de 45% a cuenta de Ganancias y un 25% a cuenta de bienes personales, lo que da una cotización, a precios de hoy, de $433, lo que se conoce como dólar Qatar. En el equipo económico destacaron, en su momento, que la aplicación del recargo impositivo más reciente sobre el consumo en dólares correspondía a una porción menor de los viajeros (el 7% de las personas, que consumían poco más del 80% de las divisas afuera) por lo que existiría un espacio para hacer más amplio el dólar Qatar.
La cuestión del uso de reservas para el pago de servicios es un tema que busca reajustar el equipo económico desde hace meses. Datos del BCRA -hasta octubre- dan cuenta que, además de la cuenta de turismo, en 2022 el uso de divisas por fletes superó los USD 3.700 millones, por transporte de pasajeros le insumió USD 1.200 millones a la entidad monetaria, el pago de servicios empresariales, profesionales y técnicos otros USD 1.400 millones. En total, la cuenta de servicios demandó en diez meses de 2022 más de USD 15.000 millones.
Por otra parte, en el plano cambiario, fuentes oficiales remarcaron que parte de la conversación con el FMI incluyó “comenzar a simplificar el régimen cambiario actual, mediante la racionalización de los diversos impuestos que actualmente se cobran sobre las importaciones de bienes y servicios” y además “seguir mejorando el control aduanero para limitar la sobre facturación, el almacenamiento y otras irregularidades, especialmente en materia de servicios”.
En términos fiscales, el resultado del tira y afloje con el staff del organismo dejó como lineamientos que la meta de reducción del déficit fiscal hasta el 1,9% del PBI será sostenida, a pesar del fuerte recorte de ingresos fiscales por la caía de la recaudación de derechos de exportación que tiene lugar por la sequía.