.
La crisis económica se agrava y el kirchnerismo habla de un acuerdo con la oposición
En el ala dura del Gobierno creen que para paliar la suba del dólar es necesario un arreglo con la oposición, pero aclararon que debe ser “arriba”.
Mientras el Presidente relativiza el impacto de la suba del dólar y se mantiene la desconfianza en la gestión nacional, el ala que responde a Cristina Kirchner dice que en el actual contexto se vuelve imperativo un diálogo con Juntos por el Cambio. Hay resistencia en la coalición opositora.
En medio de la crisis cambiaria que hace tambalear al Gobierno, en el kirchnerismo creen que se vuelve imperativo un entendimiento a la oposición, en la línea que inició Cristina Kirchner hace tres semanas durante su discurso conciliador en El Calafate. Y que milita, en la cancha, su principal soldado en la Casa Rosada, Eduardo “Wado” de Pedro, que hace dos semanas convocó públicamente a Horacio Rodríguez Larreta a un acuerdo, durante un almuerzo con empresarios. Fuentes de La Cámpora aseguraron que, en este contexto, se hace imperativo un acercamiento, si bien en Juntos por el Cambio se muestran muy reticentes.
En el ala dura del Gobierno creen que para paliar la suba del dólar es necesario un arreglo con la oposición, pero aclararon que debe ser “arriba”, según un alto funcionario que responde a la Vicepresidenta. Se refería a los máximos dirigentes del oficialismo y de JxC. Aunque en el kirchnerismo saben que hay resistencia en la coalición opositora, circunscriben el rechazo únicamente al grupo “radicalizado”, vinculado a Mauricio Macri, y son más optimistas con respecto a otros líderes.
La idea toma mayor relevancia en el preocupante contexto económico, que se veía venir desde junio. El 8 de julio, minutos antes de la renuncia de Guzmán, Cristina Kirchner había lanzado la primera piedra en ese sentido, durante un discurso donde adelantó la posibilidad de una tregua en el Frente de Todos. Pero el eje, a diferencia de los meses anteriores, dejó de ser la interna oficialista, y la vicepresidenta pasó a referirse al diagnóstico sobre necesidad de llegar a un acuerdo con la oposición para paliar la crisis.
En ese momento, la ex presidenta aludió al gobierno de Macri, pero, sorpresivamente, sin críticas, sino con cierto tono conciliador. Le recordó al ex presidente, que es aún el líder con mayor peso electoral de la coalición opositora, que tanto su gobierno entre 2007 y 2015, como el de Cambiemos, lidiaron con la “formación de activos en el exterior”. “Si no los dejás sacar los dólares, te estallan la economía del país por las malas (...) Sobre esto es que digo que hay que ponerse de acuerdo. Porque así, el año que viene, aunque gane Mandrake, no va a haber solución para haber para este problema estructural”, sostuvo.
Días antes, “Wado” De Pedro, había llamado a Larreta a integrar un acuerdo para el desarrollo productivo durante un encuentro con importantes empresarios, entre ellos el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja. “Escuché el discurso del jefe de Gobierno donde convocaba a discutir metas con todos menos con el kirchnerismo. Pero igual quiero convocar a Larreta, también, a consensuar la estrategia productiva. Porque ese consenso tiene que ser una de las políticas que no se puedan cambiar (a pesar de los cambios de Gobierno). Es el consenso de cómo nos insertamos en el mundo”, lanzó, mientras promediaba su discurso, ante el asombro de los comensales.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en sintonía total con el kirchnerismo desde comienzos del año, se manifestó en la misma dirección. Durante un discurso efusivo en Florencio Varela, el ex ministro volvió a recriminarle a su predecesora, María Eugenia Vidal, el estado en que le dejó el distrito, pero pidió asistencia de Juntos por el Cambio. “Hoy necesitamos ayuda, también de nuestra oposición”, sostuvo, entre manifestaciones contra “el odio y la violencia”.
La postura de Juntos por el Cambio, en conjunto, es de rechazo. Dicen que nadie los llamó formalmente y piden que, en todo caso, los pedidos de acuerdo se impulsen a través del Congreso mientras toman distancia del sondeo.