MEDIANTE RETIROS “VOLUNTARIOS”
Ferrocarriles buscará achicar la planta de 30 mil empleados
Las compañías estatales ferroviarias suman 30.092 empleados y la más grande la operadora OFSEO, con 23.800, abre un retiro voluntario; además, ya iniciaron los trámites para dejar de ser sociedades del Estado y convertirse en “anónimas”.
“La empleadora más grande del país empieza a poner el foco en la reducción de personal. La Operadora Ferroviaria, principal empresa del conglomerado estatal Ferrocarriles Argentinos, pondrá en marcha un plan de retiros voluntarios, que provocará conflictos. Además, la empresa ya inició los trámites para que las compañías dejen de ser sociedades del Estado y se conviertan en anónimas. Se trata del inicio del “plan motosierra” pero aplicada a los rieles”, asegura Diego Cabot, en un informe para La Nación.
Cabot explica que los abogados de las empresas ferroviarias ya presentaron los primeros papeles para reencuadrar el tipo societario de las empresas: pasaran de ser sociedades estatales a sociedades anónimas.
Esta medida, que está en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) con el que el presidente Javier Milei intenta desregular la economía, es una estación previa para avanzar con la privatización de las empresas. De ahí la importancia del asunto. “Si, ya se presentó en la IGJ [Inspección General de Justicia]”, confirmó una fuente de la Operadora Ferroviaria (OFSE), la principal de todas las empresas del grupo.
El mundo Ferrocarriles Argentinos, está compuesto por varias compañías. La OFSE es el principal empleador del país, supera a Personal, YPF, la AFIP y Cencosud. De acuerdo a datos oficiales que publica el Indec, en febrero tenía una planta de 23.675 empleados. “Acá no hay muchos contratados, salvo algunas excepciones. Son todos empleados en relación de dependencia”, aclaró uno de los principales ejecutivos. Para ese universo se abrirá el retiro voluntario.
El punto es que la oferta no tendrá un atractivo extra como suele suceder muchas veces en el mercado laboral. Será a valores de mercado, es decir, un mes de indemnización por cada año trabajado, más los meses que corresponden por vacaciones, entre otros ítems. Esta modalidad no parece ser la más seductora. Pero habrá que esperar. Lo que sucede muchas veces es que quienes se presentan en estos planes suelen ser dos extremos. Por un lado, los buenos que pueden conseguir trabajo en el sector privado, con lo cual pierde capital humano la compañía; por el otro, los que llegaron de la mano de la política y ni siquiera van a trabajar o tienen funciones. Para estos últimos, el premio de una salida con plata es un premio grandioso.
Hay un dato no menor. Los gremios del sector, principalmente La Fraternidad, que tiene a todos los maquinistas; los señaleros y la poderosa Unión Ferroviaria, no están de acuerdo con que se achique su masa de afiliados. Parece una obviedad decirlo, pero seguramente vendrán tiempos de conflictividad en materia ferroviaria.
Ferrocarriles Argentinos, empresa que tiene bajo su órbita a todas las demás, era una suerte de repartición sin ninguna función operativa, al punto que en épocas de Mauricio Macri en la Casa Rosada, llegó a tener un puñado de empleados, entre el presidente y el directorio.
En julio de 2022, cuando empezó la serie del Indec que informa mensualmente la cantidad de empleados públicos, contaba con 17 burócratas ferroviarios sin demasiadas tareas en la operación de los trenes. Pero ese lucrativo trabajo benefició a muchos más durante los dos últimos 2 años. De aquellos 17 de 2022 se pasó a los actuales 76. Es decir, en la gestión Massa la burocrática Ferrocarriles Argentinos creció un 347%.
Nadie renunció cuando asumió Milei. Todos esperan el tiempo de las indemnizaciones en los cómodos sillones ferroviarios.
Belgrano Cargas y Logística, que ya es una sociedad anónima, es la segunda en cantidad de empleados, con una nómina de 4624. Ahí también se espera que se avance con un retiro voluntario por un mes, similar al que estuvo abierto en marzo en Aerolíneas Argentinas.
La Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), que es la firma estatal que maneja la infraestructura del sistema de trenes, tenía en diciembre de 2019 exactamente 565 empleados; el Indec informó que en febrero esa plantilla es de 656. Las incógnitas en la empresa son mayores ya que con la obra pública frenada, se dice que solo se van a mantener sólo las que tienen relación con la seguridad operacional, el destino de sus trabajadores es incierto.
Una incógnita ferroviaria
Una de las compañías más particulares del entramado de los trenes argentinos es Desarrollo del Capital Humano Ferroviario Sociedad Anónima de Participación Estatal Mayoritaria, la sucesora de la empresa Administradora de Recursos Humanos Ferroviarios. De acuerdo a su página, “fue creada con el objeto de diseñar, organizar, promover y realizar actividades de asistencia técnica, asesoría, capacitación, complementación, entrenamiento, especialización, formación y recalificación y gestión de recursos humanos, fortalecimiento organizacional y resguardo documental en materia ferroviaria”. Para esta tarea cuenta con 1.048 dependientes.
La firma es el departamento de recursos humanos más importante del país, dado que maneja la dotación del principal empleador de la Argentina. Entre la OFSE –el uno del mercado laboral, ya que superó a Personal (23.000), YPF (21.320), la AFIP (21.000) y Cencosud (20.915)– y las otras empresas estatales confeccionarán a fin de año 30.092 recibos de sueldo por mes.
El retiro voluntario que se inicia, se sabe, no generará un aluvión de empleados en busca de adherirse. Traerá conflictividad en el transporte, eso sí. Se trata de un mojón necesario que trazó el Gobierno antes de lo que ellos llaman “fuerte reestructuración”. En ese territorio no existe la palabra “voluntario”.