EN EL SENADO
Ariel Lijo defendió su postulación para ser juez de la Corte Suprema
Se presentó ante la Comisión de Acuerdos del Senado. Como representante de la justicia federal de todo el país, de la que ya recibió un fuerte aval, destacó la necesidad de fijar políticas de Estado para el Poder Judicial, como así también mejorar la modernización de la justicia. Resaltó la necesidad de trabajar con los otros poderes del Estado.
El titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°4, Ariel Lijo, se presentó hoy ante la Comisión de Acuerdos del Senado para defender su postulación a la Corte Suprema, y compartió su visión sobre el estado de la Justicia y sus propuestas para el máximo tribunal. El magistrado es uno de los candidatos propuestos por el presidente Javier Milei para ocupar una vacante en la cabeza del Poder Judicial.
El juez llegó acompañado por su madre y su hijo y empezó, minutos después de las 10, una presentación personal, en la que detalló sus antecedentes, que se remontan a más de treinta años trabajando en el Poder Judicial. En el principio de su exposición destacó que la función de los magistrados no se agota en intervenir en los casos que le tocan, ya que hay según su perspectiva otras dimensiones a abordar, entre ellas, establecer políticas judiciales que irradien a todos los integrantes del Poder Judicial.
Ariel Lijo remarcó la cuestión del acceso a la justicia. “La Corte Suprema como cabeza del Poder Judicial debe enfocarse en garantizar el acceso a la justicia eliminando las barreras que hoy en día existen y de este modo hacer que la sociedad pueda gozar de manera efectiva de todos los derechos que la asisten.”, aseveró. Y al describir esta problemática mencionó como factores clave la barrera cultural y social -personas que no se animan a presentarse en Tribunales o no saben cómo acudir a la justicia, a donde denunciar ni cómo hacerlo- y, también, que los diseños administrativos son complejos y a veces las personas cometen errores en ese proceso de admisión por no conocerlos. “Debe existir sensibilización del sistema para develar los problemas reales que existen detrás de un conflicto”, propuso.
Además, Lijo destacó que “la Corte Suprema debe tener una política que implique una tutela efectiva de los casos de violencia doméstica, de género, laboral, de menores y adicciones”, y en este punto remarca la creación de la Oficina de Violencia Doméstica. “Se trata de dar respuestas efectivas que resuelvan los problemas de las personas y no quedar en meros discursos o puestas en escena. Este enfoque permite establecer políticas efectivas que marquen el camino a todos los integrantes del Poder Judicial, y las que ya existen mejorarlas para que sean herramientas útiles”.