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Biden cerró una Cumbre de las Américas marcada por las diferencias
El presidente estadounidense y sus pares del continente prevén aprobar una serie de declaraciones con compromisos de acción sobre democracia, economía, clima, inmigración y preparación para las pandemias por venir.
Jefes de Estado y de Gobierno cerraron este viernes en Los Ángeles una polémica Cumbre de las Américas pensada para reconectar a Estados Unidos con el hemisferio pero que pronto exhibió abierta discordia entre Washington y una región en pleno viraje político.
El presidente estadounidense, Joe Biden, y sus pares del continente aprobaron ayer por la tarde un comunicado final del encuentro con compromisos sobre democracia, economía, clima y pandemias por venir, así como una declaración con un plan de acción para los países que acogen grandes cantidades de migrantes y refugiados.
Pero la cumbre se acerca a su fin con más pena que gloria tras haber exhibido serias diferencias entre Biden y otros mandatarios, sobre todo tras la decisión de Estados Unidos de excluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela por considerarlos dictaduras.
Esto derivó en la ausencia de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de varios países, entre ellos algunos centroamericanos y de Bolivia.
El tema de las exclusiones, que parecía haber quedado atrás con una serie de anuncios de iniciativas estadounidenses para promover el desarrollo de la región, reapareció ayer en la apertura de las sesiones plenarias luego de que Biden defendiera de manera indirecta la decisión con una abierta defensa de la democracia.
Pero apenas culminó el discurso del anfitrión, el presidente Alberto Fernández y el primer ministro de Belice cuestionaron la decisión de las exclusiones.
El mandatario chileno, Gabriel Boric, joven dirigente de izquierda que asumió este año, retomó la polémica en la reanudación de las sesiones plenarias en el último día de la cumbre.
"Acá debiéramos estar todos y no estamos todos, no me gusta la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua", afirmó, y agregó que la exclusión solo "fomenta el aislamiento y no da resultados".
"Sería distinto sostener en un foro como este, con todos los países presentes (...) la urgente necesidad de la liberación de los presos políticos de Nicaragua, o la importancia moral y práctica de terminar de una vez por todas con el injusto e inaceptable bloqueo de Estados Unidos al pueblo de Cuba", sentenció.
Tras él, el presidente de Colombia, el conservador Iván Duque, un aliado de Estados Unidos, recogió el guante y respaldó la decisión del Gobierno de Biden sobre los invitados a la cumbre, la primera que se hace en suelo estadounidense desde 1994.
"Aquí no hay exclusiones ideológicas, aquí hay un rechazo contundente a cualquier forma de dictadura y de atentado contra la estructura democrática de nuestras naciones", dijo el presidente colombiano, en la que será su última cumbre antes de dejar el cargo.
Pidió también no caer “en las falsas narrativas” porque la región no se “divide entre izquierda y derecha, ni entre progresistas y conservadores”.
“Hay una clara diferenciación entre quienes somos demócratas y quienes son autócratas, entre quienes creemos que en democracia se ventilan diferencias al sentir de las mayorías en las elecciones y no la imposición autoritaria de un querer frente a la población”, apuntó.
La "Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección" quizás sea el mayor logro de la cumbre para Biden, por tratarse de una cuestión continental de alto impacto electoral en su país, cuyo tratamiento en la cita le suma votos al mandatario en un año electoral clave en el que se renueva el Congreso estadounidense.
La declaración incluye una serie de principios e iniciativas que incluyen facilitar el ingreso legal de personas a países de destino, ayudar a poblaciones afectadas por la migración, responder a la emergencia humanitaria en las fronteras de manera coordinada, dijo a periodistas un funcionario estadounidense antes de su firma.
Cada país hará su aporte, dijo el funcionario.
Estados Unidos acogerá a 20.000 refugiados de América Latina en 2023 y 2024, tres veces más que este año y con especial prioridad a los procedentes de Haití, y desembolsará 314 millones de dólares en ayuda para migrantes en la región.
Unos 7.500 migrantes irregulares, en su mayoría de Centroamérica, pero también de Cuba, Nicaragua Venezuela y Haití, intentan cruzar a diario la frontera con Estados Unidos, según datos oficiales del mes de abril.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo este viernes que la cumbre había dejado aspectos "muy positivos", como la declaración sobre inmigración, pese a las ausencias motivadas por las exclusiones, que calificó de "error estratégico" de Estados Unidos.
Ebrard, en sintonía con Fernández, criticó al secretario general de la OEA, Luis Almagro, y abogó por "refundar el orden interamericano".
La cumbre sirvió de plataforma para reuniones bilaterales, como la de Biden con el presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien dijo que estaba "maravillado" con el encuentro y que pudo resolver diferencias que arrastraba con el líder estadounidense.
El mandatario brasileño dijo también ante sus pares que su país defiende el medio ambiente y los bosques y tiene para ello la legislación más completa del mundo, luego de críticas por la deforestación sin control de la Amazonia.