Reconocimiento a Raquel Liberman, pionera contra la trata de personas
Desde la ONG Raquel Liberman de Gualeguaychú se destacó la iniciativa de las Diputadas Silvia Vázquez y María Luisa Storani, que proponen un reconocimiento a Liberman, “víctima y primera luchadora contra la trata de personas”.
“El proyecto que impulsamos desde nuestra ONG va tomando forma: Raquel Liberman debe ser reconocida como la primer mujer que denunció (y ratificó su denuncia) y se enfrentó a la mafia: la Zwi Migdal”, dice el informe enviado que refiere que Liberman fue una inmigrante polaca que, como otras miles, fue captada ni bien arribó a la Argentina”.
Las Diputadas Nacionales quieren que la Cámara baja reconozca a Raquel Liberman, quien siendo víctima de este flagelo “tuvo el coraje de denunciar y llevar a juicio a los responsables de una de las organizaciones históricas que operaron en materia de trata con fines de explotación sexual” en Argentina.
Silvia Vázquez (Concertación FORJA) y María Luisa Storani (UCR), impulsan mediante una iniciativa el reconocimiento a la “primera luchadora contra la trata de personas”. Se trata de Raquel Liberman, inmigrante polaca, quien denunció en el año 1929 la esclavitud a la que fuera sometida por la organización Zwi Migdal junto a muchas otras mujeres que arribaron a Argentina.
Las diputadas señalaron que “el tráfico de mujeres desde Europa Oriental hacia el Río de la Plata comenzó en los últimos años del siglo XIX”, cuando “un agente de ‘La Varsovia’ viajaba hasta las miserables aldeas del este de Europa y allí, guiado por alcahuetas a sueldo, ofrecía trabajo en Sudamérica”.
“Eran años de hambre y muchos padres se alegraban de desprenderse de una boca más a la mesa. A su llegada a Buenos Aires, la mujer ‘se casaba’ en la sinagoga de la organización y a los pocos días comenzaba a ejercer la prostitución. En general, la mayoría de las inquilinas no podían protestar por su suerte. Desconociendo el castellano y recién llegadas de un ambiente rural y miserable, sus posibilidades de rebeldía eran -en la práctica- inexistentes”, remarcaron las legisladoras.
En este sentido, Vázquez y Storani indicaron que “el ansia de libertad de Raquel la llevó a ahorrar peso sobre peso durante diez años de ejercer obligada la prostitución y sabiendo que muchos rufianes vendían a sus mujeres a otros prostíbulos convenció a un cliente amigo suyo para que efectuara una oferta por su persona. Raquel compró su libertad con su propio dinero”, remarcaron.
Sin embargo, “la organización apeló a la astucia para volver a recuperar a esa mujer que había osado desafiarla y esto la llenó de ira. Entonces recurrió al comisario Julio Alsogaray, un policía con fama de incorruptible que le recibe la denuncia”.
Las diputadas relataron: “El comisario le preguntó si estaba dispuesta a testificar ante un juez y su respuesta fue afirmativa. La organización empleó de nuevo los halagos, las promesas y al fin amenazas de muerte. La polaca se mantuvo firme en sus convicciones. “Sólo se muere una vez, la denuncia no la retiro”, dicen que dijo.
Así las cosas, el 20 de mayo de 1930 el juez Rodríguez Ocampo ordenó el procesamiento y la captura de 108 miembros de la Migdal. “Es la primera investigación contra los explotadores. Raquel Liberman les había arruinado el negocio. El imperio de los tres mil burdeles se desplomó como un castillo de naipes”, concluyeron las legisladoras.
Para las legisladoras, la historia Raquel Liberman “se revela tan actual de no ser por los 79 años transcurridos”. “El poder del dinero que generan los burdeles sigue, como ahora, declamando la misma fortaleza e impunidad y esto, bajo un sistema democrático, constituye una afrenta a la madurez de nuestra sociedad”, sostienen entre los fundamentos de la iniciativa.
Las Diputadas Nacionales quieren que la Cámara baja reconozca a Raquel Liberman, quien siendo víctima de este flagelo “tuvo el coraje de denunciar y llevar a juicio a los responsables de una de las organizaciones históricas que operaron en materia de trata con fines de explotación sexual” en Argentina.
Silvia Vázquez (Concertación FORJA) y María Luisa Storani (UCR), impulsan mediante una iniciativa el reconocimiento a la “primera luchadora contra la trata de personas”. Se trata de Raquel Liberman, inmigrante polaca, quien denunció en el año 1929 la esclavitud a la que fuera sometida por la organización Zwi Migdal junto a muchas otras mujeres que arribaron a Argentina.
Las diputadas señalaron que “el tráfico de mujeres desde Europa Oriental hacia el Río de la Plata comenzó en los últimos años del siglo XIX”, cuando “un agente de ‘La Varsovia’ viajaba hasta las miserables aldeas del este de Europa y allí, guiado por alcahuetas a sueldo, ofrecía trabajo en Sudamérica”.
“Eran años de hambre y muchos padres se alegraban de desprenderse de una boca más a la mesa. A su llegada a Buenos Aires, la mujer ‘se casaba’ en la sinagoga de la organización y a los pocos días comenzaba a ejercer la prostitución. En general, la mayoría de las inquilinas no podían protestar por su suerte. Desconociendo el castellano y recién llegadas de un ambiente rural y miserable, sus posibilidades de rebeldía eran -en la práctica- inexistentes”, remarcaron las legisladoras.
En este sentido, Vázquez y Storani indicaron que “el ansia de libertad de Raquel la llevó a ahorrar peso sobre peso durante diez años de ejercer obligada la prostitución y sabiendo que muchos rufianes vendían a sus mujeres a otros prostíbulos convenció a un cliente amigo suyo para que efectuara una oferta por su persona. Raquel compró su libertad con su propio dinero”, remarcaron.
Sin embargo, “la organización apeló a la astucia para volver a recuperar a esa mujer que había osado desafiarla y esto la llenó de ira. Entonces recurrió al comisario Julio Alsogaray, un policía con fama de incorruptible que le recibe la denuncia”.
Las diputadas relataron: “El comisario le preguntó si estaba dispuesta a testificar ante un juez y su respuesta fue afirmativa. La organización empleó de nuevo los halagos, las promesas y al fin amenazas de muerte. La polaca se mantuvo firme en sus convicciones. “Sólo se muere una vez, la denuncia no la retiro”, dicen que dijo.
Así las cosas, el 20 de mayo de 1930 el juez Rodríguez Ocampo ordenó el procesamiento y la captura de 108 miembros de la Migdal. “Es la primera investigación contra los explotadores. Raquel Liberman les había arruinado el negocio. El imperio de los tres mil burdeles se desplomó como un castillo de naipes”, concluyeron las legisladoras.
Para las legisladoras, la historia Raquel Liberman “se revela tan actual de no ser por los 79 años transcurridos”. “El poder del dinero que generan los burdeles sigue, como ahora, declamando la misma fortaleza e impunidad y esto, bajo un sistema democrático, constituye una afrenta a la madurez de nuestra sociedad”, sostienen entre los fundamentos de la iniciativa.
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