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Premiaron a los periodistas Maria Ressa y Dmitry Muratov con el Nobel de la Paz 2021
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El Comité Noruego ha anunciado este viernes en Oslo el Nobel de la Paz, que este año ha recaído en los periodistas Maria Ressa y Dimitry Muratov por su trabajo por la libertad de prensa y para denunciar los abusos de poder en Filipinas y Rusia. El jurado ha reconocido su “lucha valiente” para “defender los derechos humanos” y “la libertad de expresión” en sus países, expresó la presidenta del Comité, Berit Reiss-Andersen.
“La señora Ressa y el señor Muratov representan a todos los periodistas que defienden esos ideales en un mundo en el que la democracia y la libertad de prensa se enfrentan a condiciones cada vez más adversas”, recalcó la presidenta de la institución. “El periodismo libre, independiente y basado en hechos sirve para proteger contra el abuso de poder, la mentira y la propaganda de guerra”, añadió Reiss-Andersen. La edición de este año es la primera que se concede a un periodista desde que el alemán Carl von Ossietzky lo ganara en 1935 por sus reportajes sobre un programa de rearme que Alemania mantuvo en secreto entre las dos guerras mundiales violando el Tratado de Versalles.
María Ressa
Maria Ressa (Manila, 1963) es la cofundadora de Rappler, el medio filipino creado en 2012 que se ha distinguido por su denuncia de las graves violaciones de derechos humanos del régimen del presidente filipino, Rodrigo Duterte, en el marco de la conocida como “guerra contra las drogas”. El Comité noruego alabó cómo el medio fundado por esta profesional “utiliza la libertad de expresión para exponer el abuso de poder, el uso de la violencia y el creciente autoritarismo en su país natal, Filipinas”. Ressa ha demostrado, según el Comité, ser “una valiente defensora de la libertad de expresión” y su medio ha dedicado una atención “crítica” a la “asesina campaña antidrogas del régimen de Duterte”.
Dimitry Muratov
Dimitry Muratov (Samara, 1961) es el redactor jefe y cofundador del periódico ruso Novaya Gazeta, considerado el último baluarte del periodismo independiente en Rusia, especializado en reportajes de investigación que han puesto de relieve la corrupción y los abusos de poder del Gobierno presidido por Vladímir Putin. Muratov fundó en 1993 este medio de comunicación del que el Comité de los Nobel ha destacado sus reportajes sobre temas “que raramente son mencionados por otros medios”. El Comité Noruego recordó que seis de sus periodistas han sido asesinados por su labor informativa. Una de ellas era la reportera Anna Politkóvskaya, de cuya muerte a tiros por sus reportajes sobre la guerra de Chechenia se cumplieron precisamente este jueves 15 años.
En Moscú, Nadezhda Prusenkova, periodista de Novaya Gazeta, dijo a Reuters que la redacción del periódico estaba “encantada, sorprendida y feliz” por el reconocimiento a Muratov. El propio portavoz del Gobierno ruso felicitó al informador por el Nobel de la Paz. Dmitry Peskov afirmó que Muratov “trabaja de forma incesante por sus ideales, a los que está dedicado. Tiene talento, es valiente”, recalcó.
En una emisión en directo de su propio medio, la otra periodista premiada, Maria Ressa, dijo estar “en estado de shock” tras el fallo del Comité Noruego. En agosto, un tribunal filipino desestimó un enésimo caso de difamación contra esta periodista, que tiene en la actualidad siete causas judiciales abiertas contra ella por denunciar, entre otros escándalos, los asesinatos selectivos del régimen filipino so pretexto de la lucha contra el narcotráfico. Por una de estas causas, aún sin sentencia firme, Ressa ha sido condenada a seis años de cárcel en primera instancia.
Candidaturas
Para este año se habían presentado al premio un total de 329 candidaturas -234 individuales y 95 organizaciones-, la tercera mayor cifra de la historia. Aunque las normas del galardón, uno de los cinco instituidos por Alfred Nobel en su testamento, obligan a mantener en secreto la lista de candidatos, en todas sus ediciones se filtran algunos de los favoritos.
Además de diversos defensores de la libertad de prensa -entre los que no se había difundido el nombre de los dos periodistas finalmente premiados- en las quinielas de este año figuraban por segundo año consecutivo la activista medioambiental Greta Thunberg y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Otras organizaciones que han adquirido un gran protagonismo por su colaboración en la lucha contra la covid-19 estaban también en los primeros puestos de las cábalas sobre el vencedor de este año, entre ellas la Alianza de Vacunas (Gavi) y la Coalición para las innovaciones en la preparación para epidemias (Cepi).
Otros nombres que habían resonado eran el grupo anticorrupción Transparencia Internacional, el opositor ruso Alexéi Navalni, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático e incluso la canciller alemana Angela Merkel, ya en funciones tras 16 años en el poder.
Entre los candidatos, como viene sucediendo prácticamente en cada edición, se encontraban también nombres mucho más polémicos, como el expresidente norteamericano Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Esta polémica ha rodeado también durante la ya larga historia de este premio-que este año celebra su 102 edición- a varios de los premiados.
Ese fue el caso, por ejemplo, del secretario de Estado norteamericano con la Administración de Richard Nixon, Henry Kissinger, que el mismo año que fue galardonado, 1973, promovió el golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende en Chile. Más recientemente, en 2009, se discutió la idoneidad para recibir este reconocimiento del entonces recién nombrado presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Obama reforzó en 2009 la presencia militar de EE UU en Afganistán y aprobó en 2011 ataques aéreos en Libia contra el régimen de Muamar el Gadafi. El último galardonado con un Nobel de la Paz que, paradójicamente, ha desatado una guerra ha sido el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, (2019) que un año después de recibir este reconocimiento desencadenó un conflicto bélico que aún dura al ordenar a su Ejército atacar la región de Tigray.
La entrega del premio tendrá lugar el próximo 10 de diciembre, aniversario de la muerte del fundador de estas distinciones, Alfred Nobel. Este galardón se entrega tradicionalmente en el Ayuntamiento de Oslo. El año pasado, debido a la pandemia, la ceremonia tuvo lugar en el Aula de la Universidad de la capital noruega, un recinto menor pero que ya fue escenario de este acto entre los años 1947 y 1989. Como ya ocurriese en la pasada edición del premio, que recayó en el Programa Mundial de Alimentos (PAM) de la ONU, para 2021 los organizadores han previsto reducir al mínimo las ceremonias presenciales en diciembre por la covid-19 si bien se desconoce aún el lugar donde se celebrará la ceremonia de entrega. Cada premio está dotado con 10 millones de coronas suecas (cerca de 984.000 euros).