Las pasteras afligen al rubro inmobiliario
La amenaza que significa la posibilidad de dos mega plantas de celulosa produciendo sobre el Uruguay, frente a Gualeguaychú, ya repercute en el mercado inmobiliario local.
Los inversores potenciales se han replegado esperando que soplen mejores vientos. Esto no es un juego de palabras si tenemos en cuenta que entre tantas consecuencias que traerá, si así fuera, la puesta en marcha de las dos mega plantas productoras de pasta de celulosa.
En Gualeguaychú, los profesionales del rubro inmobiliario han demostrado su preocupación, así como otros profesionales ligados a este mercado.
Rubén Castillo es el delegado en Gualeguaychú del Colegio de Corredores Públicos de Entre Ríos y en la charla que mantuvo con El Argentino consignó que en la ciudad hay 47 corredores inmobiliarios, los que a pedido de la Dra. Romina Piccolotti, presentaron un informe en que ofrecieron sus estimaciones respecto del impacto que la posible puesta en marcha de las plantas que se levantan en Fray Bentos, está ocasionando en el mercado inmobiliario de nuestro departamento.
?Nosotros comenzamos en agosto pasado, a pedido de la Asamblea Ambiental Ciudadana, un relevamiento de valores en la zona - explicó Castillo- que debemos pasar en limpio para presentarlo en el juicio internacional. Para la presentación que hizo la Argentina ante La Haya -siguió- Piccolotti pidió una estimación a cada Colegio de profesionales respecto de lo que percibimos a partir de la decisión de instalar estas pasteras enfrente?.
?Los corredores inmobiliarios hicimos una evaluación general que complementamos con el perfil histórico de Gualeguaychú, agroindustrial a partir de la caída de la industria frigorífica en ambas márgenes del Uruguay?.
?A partir de esto, Gualeguaychú trabajó, a diferencia de Fray Bentos, por su parque industrial para el futuro de esta ciudad, hasta llegar a la ciudad turística en la que se convirtió tras cuarenta años. Así tenemos hoy un parque industrial reconocido y bien instalado, rutas que nos conectan y una serie de ventajas para continuar la expansión?.
# Impactos que ya son concretos
?La amenaza de las pasteras ya nos provocó un impacto social, al punto que muchos corredores piensan emigrar, ya que en un medio contaminado con una población que irá reduciéndose y donde la actividad económica estará minimizada, no tendremos mucho que hacer?, advirtió Castillo.
?También debe saberse que las construcciones que se habían pensado se han replegado en un compás de espera y esto ocasiona una escasez de viviendas, encareciendo los alquileres?.
Señaló además que ?los valores de las propiedades se mantienen según las tasaciones hechas hace uno y dos años, cuando la salida del corralito volcó dinero al mercado, al igual que la repatriación de los ahorros en el extranjero. Pero hoy un inversor se toma su tiempo antes de decidirse a comprar un campo, una chacra, un terreno donde erigir un edificio, apuntando al emprendimiento turístico?.
?Por eso en la nota que enviamos a La Haya nos referimos al impacto socio económico, porque para nosotros es económico, pero no es menor el problema social. Esto lo sabíamos -afirmó Castillo- pero no queríamos decirlo para no atemorizar a la gente?.
?Ya hace tiempo que en nuestras reuniones provinciales señalamos que el negocio inmobiliario será en Gualeguaychú los cisnes de cuello negro de Valdivia: el primero y el más afectado?, recordó, agregando que la merma en la adquisición de propiedades comenzó en agosto de 2005. Esta es la razón por la que la delegación local de corredores inmobiliarios tiene dos representantes en la Asamblea Ciudadana Ambiental, al margen de, como dijo Rubén Castillo ?todos los habitantes de Gualeguaychú somos asambleístas, porque está claro que toda la comunidad sabe que la instalación de estas dos plantas nos perjudicará enormemente?.
Este contenido no está abierto a comentarios