La unidad de los cristianos, una prioridad de la Iglesia
Del 18 al 21 de noviembre se desarrolla la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos sobre el tema “La meta del ecumenismo: principios, oportunidades y desafíos, a cincuenta años de la Unitatis Redintegratio”.
En su discurso entregado a los participantes de la Asamblea recibidos esta tarde en la Casa de Santa Marta, en el 50 aniversario de la promulgación del Decreto del Concilio Vaticano II sobre el ecumenismo, indicó que en el mismo período fueron promulgados la Constitución dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium y el Decreto sobre las Iglesias Orientales Católicas Orientalium Ecclesiarum, y señaló cómo estos tres documentos juntos, ofrecen la visión eclesiológica católica propuesta por el Concilio Vaticano II.
Francisco destacó el “cambio de mentalidad” realizado gracias a la Unitatis Redintegratio así como la enseñanza del Concilio Vaticano II, pero también invitó a las asociaciones, movimientos e institutos de vida consagrada a hacer más en este tiempo, para que sea plenamente cumplida la oración de Jesús al Padre en la víspera de su pasión: “Que todos sean uno”.
Después de agradecer y expresar su gratitud por quienes en estos 50 años se han prodigado en diversos modos al servicio de la reconciliación y de la comunión entre todos los creyentes en Cristo, el Sucesor de Pedro les dijo también que mientras damos gracias, debemos reconocer que entre los cristianos aún hay divisiones, y los alentó a no ceder al desánimo y a la resignación, sino a continuar a confiar en Dios que pone en el corazón de los cristianos semillas de amor y de unidad, para afrontar con renovado impulso los desafíos ecuménicos de hoy.
“La búsqueda de la unidad plena de los cristianos sigue siendo una prioridad para la Iglesia Católica. Es ante todo un don de Dios y del Espíritu Santo, pero todos estamos llamados a trabajar siempre y en todas las circunstancias”.
Francisco destacó el “cambio de mentalidad” realizado gracias a la Unitatis Redintegratio así como la enseñanza del Concilio Vaticano II, pero también invitó a las asociaciones, movimientos e institutos de vida consagrada a hacer más en este tiempo, para que sea plenamente cumplida la oración de Jesús al Padre en la víspera de su pasión: “Que todos sean uno”.
Después de agradecer y expresar su gratitud por quienes en estos 50 años se han prodigado en diversos modos al servicio de la reconciliación y de la comunión entre todos los creyentes en Cristo, el Sucesor de Pedro les dijo también que mientras damos gracias, debemos reconocer que entre los cristianos aún hay divisiones, y los alentó a no ceder al desánimo y a la resignación, sino a continuar a confiar en Dios que pone en el corazón de los cristianos semillas de amor y de unidad, para afrontar con renovado impulso los desafíos ecuménicos de hoy.
“La búsqueda de la unidad plena de los cristianos sigue siendo una prioridad para la Iglesia Católica. Es ante todo un don de Dios y del Espíritu Santo, pero todos estamos llamados a trabajar siempre y en todas las circunstancias”.
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