Grupo Tablas: Teatro del pueblo para el pueblo
“No hay sentido de vida sin el sentido hacia el bien de todos. Vivir es vivir con y para los otros”, decía un ignoto profesor de teatro, pero que definitiva refleja el sentir de miles de actores y directores que entienden a esa actividad como una experiencia comunitaria.
Es el caso de Socorro Barcia y Alberto Doratti, miembros de la Asociación Independiente Tablas, quienes visitaron la redacción de EL ARGENTINO y contaron algunas de las vivencias de su última obra “Desde el Pozo”.
Desde un principio y fiel a los inicios de la agrupación allá por 1983, la última obra es una propuesta artística y estética guiada desde la función social inherente al teatro, tal como lo asumen sus más de 20 actores.
Galpones comunitarios o en desuso y viejas estaciones de tren fueron el escenario de una obra cuya búsqueda consiste en plasmar el “teatro del pueblo para el pueblo”. Aquí radica toda la originalidad y fuerza de Desde el Pozo que va a buscar al público a su lugar de pertenencia, la esquina del barrio. “Hay mucha gente que dejó de concurrir al teatro porque le costaba ir a las salas o porque simplemente piensa que es para otro grupo social. Esto nos obligó a repensar el estilo de la puesta en escena de las obras, que consiste en presentar los trabajos en donde está la gente”, explica Socorro, quien admite que se convierte en una tarea “mucho más sacrificada pero gratificante” y que bien se justifica en una “elección de vida”.
Esos lugares casi ignorados constituyen el escenario no convencional e ideal donde la compañía llevó su obra con toques de malabarismo circense. Basta con observar la atmósfera de vulnerabilidad que rodea al predio comunitario del barrio Munilla, frente a la Unidad Penal Nº2, para advertir la importancia de la identidad y del sentir barrial. Se trata del mismo espacio donde hace décadas desembarcaban e instalaban sus carpas compañías circenses de los lugares más remotos del mundo.
Como en un ritual, la obra repite su puesta en escena y sus argumentos pero tiene una significación especial en cada sitio donde desembarca. De la voz de los protagonistas se desprende que la presentación en un galpón de Ceibas abandonado fue el escenario donde ni público ni actores pudieron salir inmunes. Tal como relata Alberto Doratti, “había más de 500 personas entre adultos y chicos, la mayoría de las cuales nunca había participado como espectador en una obra de teatro. Algunos escuchaban la radio mientras observaban la obra pero todos llegaron a captar nuestro mensaje”, se entusiasmó.
“Fue muy impactante advertir que algunos espectadores estaban convencidos que lo que tenían ante sus ojos no era más que la realidad”, añade Socorro Barcia, quien se mostró sorprendida al enterarse que Desde el Pozo fue la primera obra de teatro que visitó ese pintoresco poblado en toda su historia.
Más allá de la comunión entre público y artistas, uno de las metas que persigue la asociación independiente Tablas es la formación integral del actor de teatro, junto con las disciplinas que complementan esa formación. “Siempre se busca la profesionalismo del oficio”, explica Socorro, aunque puntualiza que ninguno de los actores e inclusive los directores viven de ese arte milenario. Más aún cuando las obras no tienen ningún costo para los espectadores.
"Desde el pozo" fue concebida por Lidia Viduzzi y Socorro Barcia y está auspiciada por el Instituto Nacional de Teatro, mientras que Tablas recibe apoyo de Cultura municipal. Sin embargo, ese respaldo resulta insuficiente por la enormidad del trabajo que se lleva adelante en la ex fábrica de hielo del antiguo mercado municipal.
Junto al proyecto de teatro comunitario que lleva más de 20 años, se despliega la actividad del grupo de teatro independiente y una escuela de animadores socio culturales en tres áreas teatrales: dirección, dramaturgia e iluminación artística
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