El boom de pagos digitales impulsa la competencia entre las terminales de cobro en Argentina
Por Alejandro Tejero Vacas
La tendencia creciente a pagar con teléfonos celulares y tarjetas plásticas en lugar de efectivo está impulsando el mercado de terminales de cobro o POS que, tras años de estancamiento y concentración en dos empresas (Fiserv y Prisma), en los últimos meses incorporó a dos nuevos actores (Ualá y GetNet) que apuntan a que sumar competencia y a que más comercios adopten esta tecnología.
El uso de dinero digital creció exponencialmente en los últimos cinco años, la muestra más cabal son los pagos con transferencia desde celulares, que pasaron de apenas existir en 2018 a alcanzar casi 200 millones de operaciones sólo en abril pasado, cuando se volvió el medio de pago digital más usado de la Argentina al superar a la tarjeta de débito.
Lo mismo se advirtió entre las terminales de cobro portátiles (mPOS, de tamaño pequeño, que permiten cobrar con tarjetas, pero que requieren de un teléfono celular o tablet para validar las transacciones), que pasaron de 645.000 a 4,4 millones en el mismo lapso, según datos del Banco Central.
Sin embargo, las terminales POS (por sus siglas en inglés, Point of Sale), más grandes, que funcionan en forma autónoma y que permiten a los comercios cobrar con tarjetas de débito, crédito y prepagas, así como con teléfonos celulares a través de la lectura de códigos QR, registraron un promedio mensual de 840.000 unidades durante el año 2022, apenas 40.000 más que en 2018.
La inestabilidad macroeconómica, el surgimiento de microemprendedores que no facturan lo suficiente como para necesitar un aparato de estas características y la falta de competidores que dinamicen el mercado son algunas de las respuestas a por qué no despegó el uso de este medio de cobro.
De allí que nuevos actores como Ualá y GetNet -una empresa del Grupo Santander- decidieron lanzar en las últimas semanas sus propias versiones de terminales POS, para competir en un mercado históricamente dominado por dos empresas (Prisma y Fiserv).
"El POS Pro está pensado para empresas medianas y grandes de rubros como supermercados, gastronomía, indumentaria, venta de artículos para el hogar y decoración, entre otros", explicó a Télam Maia Eliscovich, VP de Ualá Bis.
El dispositivo, aseguró, permite aceptar pagos con cualquier tarjeta y QR, ofrecer cuotas sin interés, financiación con planes "Ahora" y no necesita estar conectado a un celular, ya que cuenta con sistema operativo Android intuitivo, pantalla táctil e impresora para tickets.
"Nuestra propuesta de valor se caracteriza por comisiones bajas y acreditación inmediata. Poder tener el dinero en el acto es nuestro gran diferencial. La plata recibida se convierte en saldo Ualá y permite al emprendedor o comercio contar con flujo de liquidez para cubrir los gastos operativos o invertirlo en el crecimiento del negocio", señaló Eliscovich.
Del mismo modo, GetNet salió con una propuesta similar en términos de tecnología, aunque su fuerte pretende ser la infraestructura que le ofrece el Banco Santander, para que los comerciantes puedan ofrecer las promociones y descuentos que ofrece la entidad a sus clientes.
"Tenemos un objetivo de capturar 100.000 nuevos clientes. Apuntamos a comercios más chicos o medianos que no acceden a promociones bancarias, a los que les estamos dando una promoción de 20% descuento a clientes Santander", detalló Leo Salovich, CEO de Getnet Argentina.
El cambio en las formas de pagar, sobre todo en las generaciones más jóvenes, es lo que está impulsado a comercios que quizás no prestaron atención a adoptar este mecanismo, hoy se pierdan ventas, por lo que es de esperarse que haya "un efecto contagio entre los comerciantes".
"Creo que la evolución del mercado nos va a llevar a que estas cerca de 800.000 terminales POS siga creciendo, al menos un 50% más, seguro", afirmó Salovich.
Vale recordar que la primera fintech en lanzar su modelo de POS fue Mercado Pago, que irrumpió en 2020 con una propuesta que atrajo a nuevos comercios y con la que distribuyó 300.000 terminales POS en el país, según datos de la empresa no contabilizados por el BCRA, que sólo toma datos de Fiserv y Prisma.
"La terminal en ese momento no era inteligente, pero permitía operar sin tener una cuenta bancaria, sin demandar un costo de alquiler o de mantenimiento y con la posibilidad de elegir cuándo cobrar los pagos. A un comercio grande eso le cambió la vida porque no tenía que estar el dueño para validar el cobro, la tarjeta pasa mucho más rápido y tenés todas las tecnologías de cobro. Fue una explosión", dijo a Télam Agustin Viola, director senior de Pymes en Mercado Pago.