Tránsito pesado
Hace algún tiempo y con el propósito de preservar lo máximo posible el patrimonio vial municipal, se sancionó una ordenanza que persiguió el plausible propósito de ordenar el tránsito pesado en la ciudad.
Aquella norma se originó en la imperiosa necesidad de impedir que nuestras calles fueran destruidas por el paso de pesados camiones, incluso de aquellas arterias de reciente construcción o que habían sido sometidas a arreglos que se hacían imprescindibles.
Debemos reconocer que se trató de una ordenanza oportuna y por demás beneficiosa, lo que generó el beneplácito vecinal, obligando a las empresas transportistas a adecuarse a la nueva norma.
No obstante lo señalado, de un tiempo a esta parte, y con una asiduidad que alarma se viene observando que en varios sectores de la ciudad, en sus calles más transitadas, la circulación de camiones de alto porte vuelven a hacer caso omiso a la prohibición vigente, circunstancia que nos mueve hoy a dar la voz de alerta y de alarma.
Es evidente a todo esto que el tránsito pesado comienza a manifestarse peligrosamente porque el personal que debiera estar afectado a esos controles suele brillar por su ausencia en los lugares más sensibles y estratégicos de la ciudad.
Hace pocas horas, un vecino de calle La Rioja, arteria que se destaca por el regreso del tránsito pesado, nos decía que "hace meses y meses que no vemos un agente de tránsito por estos lugares". Y agregó: "Ni les conocemos la cara".
Naturalmente, la ausencia de vigilancia y controles hace que algunos camioneros vuelvan a las andadas, olvidando una norma municipal clara y precisa que determina límites y horarios para la circulación del tránsito pesado y que hay zonas en las que, directamente, está prohibido circular.
En virtud de todo lo señalado, creemos que la Jefatura de Tránsito Municipal tendría que ajustar ciertos torniquetes y recordarle a sus funcionarios que la ley de tránsito pesado no está derogada y que, por lo tanto, es exigible su fiel y estricto cumplimiento.
Será por el bien de todos. Que a nadie le quepa dudas.
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