Recordando a Hernández
En homenaje a José Hernández, en la Argentina celebramos hoy el Día de la Tradición.
Y de plena justicia hacer un alto en el camino para recordar a un virtual desaparecido en la vida de las escuelas y en la cultura en general, como es el Martín Fierro, la obra magna de nuestra literatura sólo equiparable al Quijote.
Sin que nadie lo haya explicado hasta ahora, el Martín Fierro era un libro de uso obligatorio en las escuelas y colegios argentinos. Pero apenas nuestra vida empezó a ser emponzoñada por el odio ideológico irracional, nuestros escolares y estudiantes fueron privados de acceder a la lectura de la llamada “biblia gaucha”, lo cual supone la consumación de un delito de lesa-cultura.
Mal que le pese a algunos ideólogos trasnochados, Marín Fierro es un canto a la tradición, el espejo de una época que, mal que le pese a muchos, es una parte entrañable de nuestra historia, con errores, sin duda, pero que no puede ser borrada de un plumazo por quienes insisten en creerse los dueños de la verdad rebelada.
So pretexto de que el Martín Fierro exalta la imaginaria vocación genocida de José Hernández, siendo que en esos tiempos ese fenómeno era desconocido, por lo que la pluma del genial escritor se limitó a describir una época nacional –la conquista del desierto, concretamente-, lo que hizo con trazos gruesos pero con un realismo a veces cruel pero siempre objetivo.
Lo que constituye un verdadera atentado a nuestras más ricas tradiciones es haberle a las últimas generaciones argentinos la posibilidad de haber abrevado en el Martín Fierro nuestra genuina y auténtica cultura, mientras que lo que ahora se procura –lo mismo sucede con la negra herencia setentista- es que se conozca una parte o la mitad de la verdad histórica lo que constituye atrofiar la realidad para reemplazarla por la mentira.
En momentos en que la Argentina rechaza mayoritariamente el bloqueo de las empresas editoras de diarios y revistas, con la misma energía debe repudiarse que se acepte como algo normal que se de por desaparecido a José Hernández para regocijo de los patrones del odio.
Por eso, hoy hemos creído que el mejor homenaje que se le podría hacer al Día de la Tradición y todo lo que ella representa –patria, credo, lengua, cultura y hogar- es la inmediata reivindicación del Martín Fierro como el libro de libros de la Argentina.
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