Las Malvinas más argentinas que nunca
Si hay un sentimiento que vincula a todos los argentinos, casi sin excepción, ese es el que referencia a las Islas Malvinas como parte del país y el reclamo por su soberanía que se hace de manera irrenunciable e imprescriptible.
Tal vez este reclamo sea la política de Estado que mejor han expresado en materia internacional todos los gobiernos; y simultáneamente es un sentimiento que recorre la conciencia y la memoria de todos los argentinos.
Hoy se conmemoran 29 años de la gesta por la recuperación de Malvinas, pero en rigor desde 1833 se mantiene un abierto conflicto con el Reino Unido por la soberanía de esas islas.
Las Malvinas en la actualidad es uno de los dieciséis territorios que Naciones Unidas reconoce que deben descolonizarse, dado que una colonia es una ofensa para el mundo libre.
Argentina –como casi todos los países del mundo- considera que esas islas son parte integral e indivisible del territorio nacional y que en consecuencia se encuentra ilegalmente invadida por una potencia extranjera.
Por eso las Islas Malvinas son parte de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, junto con las islas Georgias del Sur, Sándwich del Sur y Orcadas del Sur en el Departamento Islas del Atlántico Sur.
Incluso en la Constitución Nacional de 1994 se ratificó por unanimidad –en las Disposiciones Transitorias- que el reclamo de la soberanía y la recuperación de las Malvinas es un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
La palabra Malvinas es una derivación de Malouines, nombre dado por el navegante francés Louis Antoine de Bougainville en 1764 en recuerdo del puerto de Saint-Malo en Francia.
El archipiélago de las Malvinas está formado por algo más de cien islas, donde se destacan dos principales: la Gran Malvina al Oeste (4.377 km²); y la Soledad al Este (6.353 km²).
Argentina siempre ha reiterado ante la comunidad internacional, sus derechos soberanos, irrenunciables e imprescriptibles sobre las Islas Malvinas, Sándwich del Sur y Geogias del Sur y los espacios marítimos circundantes.
Su descolonización es una deuda que el mundo occidental mantiene con Argentina y América Latina. Los miembros de la OTAN –especialmente Gran Bretaña- mal pueden hablar que son parte de un mundo libre, cuando tienen territorios usurpados, cuando son verdaderos “ocupas” de gran parte del planeta.
De la guerra de 1982 y sus penosas consecuencias mucho se conoce. También es necesario recordar porque hubo un proceso de desmalvinizar, que es necesario que nunca más se vuelva a instalar en el país. Como sociedad se debe aprender a acompañar y a contener a quienes vivieron experiencias límites por ser próximas a la muerte en el frente de combate, de quienes luego acumularon las frustraciones por la derrota bélica y sintieron, al regresar, la decepción del olvido. Por eso hoy más que nunca hay que reconocerlos y apoyarlos.
Los que combatieron en Malvinas no contaron con el auxilio suficiente y el vacío experimentado fue terrible para muchos de ellos.
Es evidente que la guerra constituyó un grave error político y militar. La posguerra desnudó las debilidades que se tiene como sociedad. Que hoy, la memoria sea una obligación moral para atender y contener a los que estuvieron dispuestos a dar la vida por Malvinas y que sea sin demoras ni mezquindades.
Hoy se conmemoran 29 años de la gesta por la recuperación de Malvinas, pero en rigor desde 1833 se mantiene un abierto conflicto con el Reino Unido por la soberanía de esas islas.
Las Malvinas en la actualidad es uno de los dieciséis territorios que Naciones Unidas reconoce que deben descolonizarse, dado que una colonia es una ofensa para el mundo libre.
Argentina –como casi todos los países del mundo- considera que esas islas son parte integral e indivisible del territorio nacional y que en consecuencia se encuentra ilegalmente invadida por una potencia extranjera.
Por eso las Islas Malvinas son parte de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, junto con las islas Georgias del Sur, Sándwich del Sur y Orcadas del Sur en el Departamento Islas del Atlántico Sur.
Incluso en la Constitución Nacional de 1994 se ratificó por unanimidad –en las Disposiciones Transitorias- que el reclamo de la soberanía y la recuperación de las Malvinas es un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
La palabra Malvinas es una derivación de Malouines, nombre dado por el navegante francés Louis Antoine de Bougainville en 1764 en recuerdo del puerto de Saint-Malo en Francia.
El archipiélago de las Malvinas está formado por algo más de cien islas, donde se destacan dos principales: la Gran Malvina al Oeste (4.377 km²); y la Soledad al Este (6.353 km²).
Argentina siempre ha reiterado ante la comunidad internacional, sus derechos soberanos, irrenunciables e imprescriptibles sobre las Islas Malvinas, Sándwich del Sur y Geogias del Sur y los espacios marítimos circundantes.
Su descolonización es una deuda que el mundo occidental mantiene con Argentina y América Latina. Los miembros de la OTAN –especialmente Gran Bretaña- mal pueden hablar que son parte de un mundo libre, cuando tienen territorios usurpados, cuando son verdaderos “ocupas” de gran parte del planeta.
De la guerra de 1982 y sus penosas consecuencias mucho se conoce. También es necesario recordar porque hubo un proceso de desmalvinizar, que es necesario que nunca más se vuelva a instalar en el país. Como sociedad se debe aprender a acompañar y a contener a quienes vivieron experiencias límites por ser próximas a la muerte en el frente de combate, de quienes luego acumularon las frustraciones por la derrota bélica y sintieron, al regresar, la decepción del olvido. Por eso hoy más que nunca hay que reconocerlos y apoyarlos.
Los que combatieron en Malvinas no contaron con el auxilio suficiente y el vacío experimentado fue terrible para muchos de ellos.
Es evidente que la guerra constituyó un grave error político y militar. La posguerra desnudó las debilidades que se tiene como sociedad. Que hoy, la memoria sea una obligación moral para atender y contener a los que estuvieron dispuestos a dar la vida por Malvinas y que sea sin demoras ni mezquindades.
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