La otra contaminación
Decir Gualeguaychú en materia ambiental es referirse al conflicto contra la pastera UPM ex Botnia, que ya lleva once largos años.
Sin embargo, es oportuno recordar la necesidad de una perspectiva más integral y comenzar a hablar de la otra contaminación vinculada con el comportamiento de los propios vecinos de la ciudad, los empresarios y los productores agropecuarios.
Es cierto que hoy el manejo de los residuos sólidos urbano está dejando de ser un problema sin solución para ser una propuesta vinculada con el saneamiento y la participación ciudadana.
La Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) es una iniciativa que permitirá darle una solución completa a esta situación. Aunque para ello todavía falta mucho en materia de cultura ciudadana, especialmente en la diferenciación en origen, los pasos han sido significativos.
Los llamados basurales a cielo abierto que son generados por los propios vecinos sigue siendo un problema grave, más allá de la limpieza que periódicamente realiza la Municipalidad. Hay que tomar conciencia de que se está generando un riesgo a la salud pública demasiado grave.
Las zanjas que bordean a varios barrios también son focos de contaminación ambiental, a la vez que son espacios ideales para albergar roedores y toda clase de alimañas. Esta clase de contaminación genera por lo menos problemas respiratorios crónicos, envenena los cursos de agua y en las zonas marginales –donde la contaminación hace estragos en medio de la pobreza- la situación es mucho más aguda por la falta de saneamiento.
El uso de agrotóxicos es otro tema que no está del todo bien informado. ¿Cuántos millones de agrotóxicos se vuelcan en el Departamento y qué incidencia tiene eso en la salud? Es un interrogante elemental que nadie responde de manera cabal.
No hay en la ciudad un registro público de empresas o industrias contaminantes. El Parque Industrial, que genera aproximadamente dos mil puestos de trabajo, hoy es uno de los mayores emisores de contaminación. De esto se habla poco y nada.
El registro de empresas contaminantes debería ser público, actualizado, de fácil consulta y de libre acceso. Debería decir de manera individualizada todas las empresas industriales, personas físicas o jurídicas, dedicadas a la producción de cualquier elemento o sustancia que sea considerado contaminante, y a todas aquellas que desarrollen actividades susceptibles de generar desechos industriales contaminantes. Incluso si dichas empresas fueron objetos de sanciones por parte del Estado, y todo otro dato que se estime procedente. Nada se hace… por eso no se controla o se desconfían de los controles.
La planta de tratamiento de efluentes cloacales también es centro de permanentes dudas y preocupación. A pesar de que constituye un avance insoslayable para el saneamiento ambiental y que es única en su tipo en la cuenca del río Uruguay (tomando a Brasil, al Uruguay y a la Argentina), no hay certezas reales de cómo está funcionando. Una lástima, porque debería ser emblema y no centro de reclamos.
Así las cosas, la contaminación ambiental avanza en la ciudad pese a algunos esfuerzos y gestiones que se vienen realizando.
Es cierto que hoy el manejo de los residuos sólidos urbano está dejando de ser un problema sin solución para ser una propuesta vinculada con el saneamiento y la participación ciudadana.
La Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) es una iniciativa que permitirá darle una solución completa a esta situación. Aunque para ello todavía falta mucho en materia de cultura ciudadana, especialmente en la diferenciación en origen, los pasos han sido significativos.
Los llamados basurales a cielo abierto que son generados por los propios vecinos sigue siendo un problema grave, más allá de la limpieza que periódicamente realiza la Municipalidad. Hay que tomar conciencia de que se está generando un riesgo a la salud pública demasiado grave.
Las zanjas que bordean a varios barrios también son focos de contaminación ambiental, a la vez que son espacios ideales para albergar roedores y toda clase de alimañas. Esta clase de contaminación genera por lo menos problemas respiratorios crónicos, envenena los cursos de agua y en las zonas marginales –donde la contaminación hace estragos en medio de la pobreza- la situación es mucho más aguda por la falta de saneamiento.
El uso de agrotóxicos es otro tema que no está del todo bien informado. ¿Cuántos millones de agrotóxicos se vuelcan en el Departamento y qué incidencia tiene eso en la salud? Es un interrogante elemental que nadie responde de manera cabal.
No hay en la ciudad un registro público de empresas o industrias contaminantes. El Parque Industrial, que genera aproximadamente dos mil puestos de trabajo, hoy es uno de los mayores emisores de contaminación. De esto se habla poco y nada.
El registro de empresas contaminantes debería ser público, actualizado, de fácil consulta y de libre acceso. Debería decir de manera individualizada todas las empresas industriales, personas físicas o jurídicas, dedicadas a la producción de cualquier elemento o sustancia que sea considerado contaminante, y a todas aquellas que desarrollen actividades susceptibles de generar desechos industriales contaminantes. Incluso si dichas empresas fueron objetos de sanciones por parte del Estado, y todo otro dato que se estime procedente. Nada se hace… por eso no se controla o se desconfían de los controles.
La planta de tratamiento de efluentes cloacales también es centro de permanentes dudas y preocupación. A pesar de que constituye un avance insoslayable para el saneamiento ambiental y que es única en su tipo en la cuenca del río Uruguay (tomando a Brasil, al Uruguay y a la Argentina), no hay certezas reales de cómo está funcionando. Una lástima, porque debería ser emblema y no centro de reclamos.
Así las cosas, la contaminación ambiental avanza en la ciudad pese a algunos esfuerzos y gestiones que se vienen realizando.
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