La muerte se adueña de las rutas
Las cifras en la Argentina son ciertamente pavorosas y causan escalofrío: hablamos de la impresionante cantidad de accidentes en rutas, caminos y calles del país, todo ello con un saldo de muertos, heridos y baldados que ya es un triste récord mundial.
Somos conscientes que somos reiterativos en la mención del problema del tránsito a nivel nacional. Pero nos induce a serlo ante la desoladora certeza que nuestras autoridades no atinan a encontrarle una solución a lo que ya es un dramático problema del país.
Por de pronto, no vamos a caer en el infantilismo de algunos que se aún se obstinan en echarle la culpa de tanta muerte y accidentados a la fatalidad o al "destino", un ente anónimo que sirve de excusa para alivianar la conciencia de muchos irresponsables, que se escudan en una verdadera patraña para justificar lo injustificable.
No decimos nada novedoso si afirmamos que en Argentina la inhabilidad para manejar vehículos produce pánico. Pero de esto no se habla. Existe una tácita prohibición o complicidad para callarse la boca. ¡Y así nos está yendo, por supuesto!.
Existe una ley nacional de tránsito de avanzado contenido. Nos preguntamos ¿cuántos la conocen y cuántos la cumplen y la hacen cumplir?. De obtener una respuesta objetiva a tales preguntas, acaso empezaríamos a verle la patas a la sota. Mientras tanto, no tenemos otra alternativa que seguir llorando sobre la leche derramada...
Pero existe otra verdad de Perogrullo que pocos están dispuestos a reconocer o aceptar: la accidentología en rutas, calles y caminos de la Argentina tiene su principal origen en algo que diera toda la impresión se les ha pasado por alto a nuestros gobernantes: el estado de la vialidad nacional.
Sin descartar las consabidas fallas humanas, que no las vamos a negar porque sería una necedad hacerlo, el gran quid de la cuestión radica en un detalle que no es menor sino la verdadera médula del problema: hoy la mayor parte del material rodante en el país es de última generación. Es que mientras la industria automotriz concibe sus modelos para el primer mundo, en Argentina se transita en rutas obsoletas, casi aldeanas, lo cual explica los casi diarios y fatales accidentes a lo largo y a lo ancho de un país ensangrentado por la actitud pasiva y negligente de los que se ha quedado a vegetar en el túnel del tiempo.
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