Día del Profesor
En memoria del fallecimiento de José Manuel Estrada (nació el 13 de julio de 1842 y murió el 17 de septiembre de 1894) hoy se celebra el Día del Profesor.
Estrada fue un fecundo profesor, pero también exquisito orador, eximio escritor, periodista y educador integral.
En este día es una propicia oportunidad para reflexionar sobre esta noble tarea de educar, dado que una persona puede ser profesor de diferentes disciplinas pero es, por encima de esa especialidad, un maestro, un educador.
Es más, la tarea pedagógica de un profesor no se limita a esa vocación docente, sino que es una elección de vida, que se pone en práctica todos los días, con sus exigencias, sus limitaciones… pero fundamentalmente sus esperanzas. Porque si en alguien se expresa la esperanza, ese es el maestro.
Se vive un tiempo donde es habitual escuchar decir que la educación es la base del desarrollo y que si se piensa en términos de futuro no se puede prescindir de ella. Sin embargo, contradictoriamente es un hecho que la actual sociedad ya no valora como debiera la presencia del docente, aunque no deje de obligarlo a asumir el rol de colaborar en la educación de los hijos.
Los profesores, es oportuno recordarlo, dan todos los días lo mejor de sí para que el conjunto pueda gozar de una mejor sociedad. No sólo contribuye de manera especializada a la formación académica de los alumnos, sino que también es un puntal indispensable para la formación integral de las personas.
Y así como en términos generales la sociedad no valora lamentablemente este rol, hay que señalar que los gobiernos tampoco lo hacen, especialmente en el plano del reconocimiento salarial.
Hay que tomar consciencia de que no se abraza la vocación docente para tener un espacio laboral en el ámbito educativo, sino porque se cree en la capacidad creadora de las personas, en la necesidad de constituir ciudadanos críticos y reflexivos, justamente para percibir a la educación como transformadora de la realidad y del mundo.
¿Por qué la fecha toma la vida ejemplar de José Manuel Estrada? En principio porque ofreció “una vida ejemplar”. Fue una personalidad que siempre se inspiró en el ejercicio cotidiano de la ética. Se puede coincidir o no con sus ideas pero nadie puede discutir que tuvo coherencia y claridad. Sus escritos como pensador y periodista dejaron un testimonio que siempre se mantiene actual, especialmente los vinculados con la educación, los jóvenes y la necesidad de tener una rigurosa formación moral.
Estrada sostenía la perspectiva de que la escuela no debía limitarse a una transmisión automática de conocimientos que “estudiaron” otros, sino generar su propio conocimiento de la realidad para que todas las personas tuvieran independencia de criterio y autonomía a la hora de hacer sus elecciones diarias y que siempre son trascendentes.
Se vive un tiempo donde pareciera que las convicciones hay que imponerlas, cuando en realidad las convicciones surgen cuando las ideas se debaten.
Se vive un tiempo donde se intentan imponer caminos, cuando en rigor se educa cuando se enseña a caminar.
Se vive un tiempo donde pareciera que cada uno quiere imponer su verdad, cuando en realidad todos deberían aportar sus esfuerzos para enseñar a buscarla de manera crítica y honesta.
Hoy es el Día del Profesor. En rigor, deberían ser todos los días. Pero en esta jornada debería ocurrir algo más especial: el dar las gracias por enseñar a ser mejores personas.
En este día es una propicia oportunidad para reflexionar sobre esta noble tarea de educar, dado que una persona puede ser profesor de diferentes disciplinas pero es, por encima de esa especialidad, un maestro, un educador.
Es más, la tarea pedagógica de un profesor no se limita a esa vocación docente, sino que es una elección de vida, que se pone en práctica todos los días, con sus exigencias, sus limitaciones… pero fundamentalmente sus esperanzas. Porque si en alguien se expresa la esperanza, ese es el maestro.
Se vive un tiempo donde es habitual escuchar decir que la educación es la base del desarrollo y que si se piensa en términos de futuro no se puede prescindir de ella. Sin embargo, contradictoriamente es un hecho que la actual sociedad ya no valora como debiera la presencia del docente, aunque no deje de obligarlo a asumir el rol de colaborar en la educación de los hijos.
Los profesores, es oportuno recordarlo, dan todos los días lo mejor de sí para que el conjunto pueda gozar de una mejor sociedad. No sólo contribuye de manera especializada a la formación académica de los alumnos, sino que también es un puntal indispensable para la formación integral de las personas.
Y así como en términos generales la sociedad no valora lamentablemente este rol, hay que señalar que los gobiernos tampoco lo hacen, especialmente en el plano del reconocimiento salarial.
Hay que tomar consciencia de que no se abraza la vocación docente para tener un espacio laboral en el ámbito educativo, sino porque se cree en la capacidad creadora de las personas, en la necesidad de constituir ciudadanos críticos y reflexivos, justamente para percibir a la educación como transformadora de la realidad y del mundo.
¿Por qué la fecha toma la vida ejemplar de José Manuel Estrada? En principio porque ofreció “una vida ejemplar”. Fue una personalidad que siempre se inspiró en el ejercicio cotidiano de la ética. Se puede coincidir o no con sus ideas pero nadie puede discutir que tuvo coherencia y claridad. Sus escritos como pensador y periodista dejaron un testimonio que siempre se mantiene actual, especialmente los vinculados con la educación, los jóvenes y la necesidad de tener una rigurosa formación moral.
Estrada sostenía la perspectiva de que la escuela no debía limitarse a una transmisión automática de conocimientos que “estudiaron” otros, sino generar su propio conocimiento de la realidad para que todas las personas tuvieran independencia de criterio y autonomía a la hora de hacer sus elecciones diarias y que siempre son trascendentes.
Se vive un tiempo donde pareciera que las convicciones hay que imponerlas, cuando en realidad las convicciones surgen cuando las ideas se debaten.
Se vive un tiempo donde se intentan imponer caminos, cuando en rigor se educa cuando se enseña a caminar.
Se vive un tiempo donde pareciera que cada uno quiere imponer su verdad, cuando en realidad todos deberían aportar sus esfuerzos para enseñar a buscarla de manera crítica y honesta.
Hoy es el Día del Profesor. En rigor, deberían ser todos los días. Pero en esta jornada debería ocurrir algo más especial: el dar las gracias por enseñar a ser mejores personas.
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