La Argentina y Brasil buscan 12.500 millones de euros de ayuda financiera
Trascendió un principio de acuerdo que incluiría la transferencia de recursos.
En forma conjunta, la Argentina y Brasil solicitan 12.500 millones de euros (13.200 millones de dólares) de ayuda financiera a la Unión Europea en las conversaciones para concluir un acuerdo comercial con el bloque sudamericano del Mercosur, según un documento que trascendió en las últimas horas.
Tres diplomáticos de la UE y de Sudamérica confirmaron la petición argentina, que cuenta con el respaldo de Brasil, en la presidencia de turno del Mercosur, formado por las cuatro naciones.
Los países sudamericanos también han presionado para excluir más tipos de contratación pública de la competencia europea, pero Uruguay y Paraguay no apoyaron la idea porque podría retrasar o descarrilar un acuerdo en el que se trabaja desde hace dos décadas, según explicaron representantes diplomáticos de ambos países, aunque no dieron demasiados detalles.
Qué se está negociando
Aunque aún quedan muchas negociaciones por delante, en las últimas semanas se han visto algunos avances que indican un acercamiento en las posiciones entre las partes. Sin ir más lejos, se dio a conocer un comunicado que confirma una respuesta favorable por parte del bloque europeo en relación al pedido de Argentina y Brasil.
“Para garantizar el cumplimiento de los objetivos de este acuerdo, la UE asignará recursos financieros por un importe no inferior a 12.500 millones de euros en subvenciones, préstamos y otros instrumentos financieros”, señalaba el texto presentado hace dos semanas.
Un portavoz de la cancillería brasileña dijo que la posición del Mercosur estaba evolucionando y que el texto que trascendió en los medios podría no ser la última versión. “Hay cambios que se están discutiendo y acordando”, afirmó.
Lo que se ha conversado hasta el momento, es que los fondos de la Unión Europea, destinados a compensar el aumento de la competencia, estarían disponibles cuando empiecen a bajar los aranceles, según los calendarios del capítulo de comercio de bienes.
No obstante, un diplomático europeo involucrado en las conversaciones explicó que la cifra de 12.500 millones de euros estaba “flotando”, pero advirtió que cualquier apoyo que se pudiera dar en el futuro “no sería nada parecido a esa cifra”.
Lo cierto es que el acuerdo ha estado en suspenso desde 2019 debido en gran parte a las preocupaciones europeas sobre la deforestación amazónica. La nueva solicitud de ayuda se hizo en una contrapropuesta del Mercosur a una adenda de la UE que proponía salvaguardias ambientales.
Último acercamiento
Las conversaciones entre los bloques económicos se aceleraron en el último mes con videoconferencias y está previsto que los principales negociadores se reúnan cara a cara en Bruselas la próxima semana, a lo que seguirá una reunión ampliada en Brasilia el 30 de octubre. En este sentido, hay expectativas de que se logre un acuerdo en el corto plazo, pero la solicitud de ayuda financiera y la reapertura del capítulo de contratación pública podrían impedir un acuerdo definitivo este año.
Un embajador del Mercosur en Brasilia señaló que no había tiempo para reabrir capítulos del acuerdo. “Si no hay acuerdo antes de diciembre, nunca verá la luz”, afirmó, haciendo referencia por supuesto a la dificultad que implicaría continuar con el acuerdo con los cambios de autoridades en los diferentes gobiernos.
La viceministra española de Comercio, Xiana Méndez, en declaraciones a la prensa el viernes, tras una reunión de ministros europeos de Comercio en Valencia, dijo que aún era posible alcanzar un acuerdo antes de diciembre.
“No hay voluntad de reabrir el tratado de Mercosur, pero hay temas adicionales que deben ser discutidos por los países de ese bloque económico”, añadió.
En síntesis, las condiciones están dadas para que se llegue al menos a un primer acuerdo, pero la urgencia económica de la Argentina, apoyada por Brasil, podría ralentizar las negociaciones. Si bien hay indicios de que la UE estaría dispuesta a avanzar en ese sentido, hay posturas divididas y algunos diplomáticos advierten que la solicitud podría ralentizar las negociaciones.