Un empate con sabor amargo para Brasil ante Uruguay

Para Uruguay, la visita a Salvador y a Brasil fue con un 1-1 que lo dejó con la sensación de que lo pudo haber ganado. El equipo de Marcelo Bielsa se plantó bien, supo aguantar y hasta se puso en ventaja. El local igualó más por inercia y por ímpetu que por su fútbol y se fue abucheado.

La Celeste, que venía del triunfazo agónico 3-2 a Colombia, fue a jugar su partido sin apurarse, ni arriesgar. Por el contrario, respetó la localía brasileña hasta que, de a poquito, se fue animando y generando problemas. Así avisó varias veces hasta que el 1-0 fue una realidad: un golazo de Federico Valverde desde afuera del área como los que hace en el Real Madrid. Así puso nerviosa a la Canarinha, que se encontró con el 1-1 por un remate de Gerson tras un rebote.

El estadio Arena Fonte Nova estuvo medio vacío. Llama poco este Brasil para los brasileños. Ni siquiera la figura de un Vinicius, que defendieron a ultranza cuando perdió el Balón de Oro, pero critican cuando juega de amarillo, cambian la ecuación. Tampoco que Marquinhos, un referente, saliera a pedir apoyo en la previa. Un seleccionado que es una montaña rusa cuando ataca, pero fácil de lastimar cuando los atacan.

En ese contexto Raphinha fue la excepción. El 10, que supo decir que Bielsa le cambió la vida cuando lo tuvo en Leeds, se puso al hombro al equipo. Dejó de ser extremo para crear y así metió grandes pases filtrados que Vinicius no aprovechó y también participó en el 1-1. ¿Vini? Poco de acuerdo a lo que puede dar y a las expectativas que genera. Más aún cuando venía de errar un penal la fecha anterior ante Venezuela. Le sigue faltando ese partido importante con su país como sí se ve en el Real.

Del otro lado los charrúas enderezaron el rumbo. Porque post Copa América habían llegado los problemas más las críticas de Luis Suárez a Bielsa que habían complicado el desarrollo del equipo. Aunque en esta doble fecha volvieron a dejar en claro que todo eso ya es pasado. Recuperaron el segundo lugar en la tabla y en marzo de 2025 recibirán a Argentina. Con una defensa sólida y un mediocampo que controla todo, la deuda está arriba y a los delanteros les cuesta.