Federer y Nadal: gran revancha en Roland Garros
Roger Federer y Rafael Nadal tendrán otra cita con la historia en la final de Roland Garros: el suizo espera conquistar un título que se le resiste para contar por fin en su palmarés con los cuatro torneos de Grand Slam y el español sumar su tercer Abierto francés consecutivo.
Cumpliendo todos los pronósticos, ambos vuelven a verse las caras en el gran choque dos semanas después de que Federer, primer cabeza de serie, pusiera fin en la final del Masters Series de Hamburgo a la increíble racha de 81 victorias consecutivas en tierra batida (más de dos años sin perder) de Nadal.
Será una revancha en dos sentidos: Nadal querrá arreglar cuentas tras la final de Hamburgo, mientras que Federer intentará vengarse de la de Roland Garros de 2006, en la que el español remontó hasta imponerse por 1-6, 6-1, 6-4, 7-6 (7/4).
No se encontraban en la final dos años seguidos los mismos jugadores desde 1969, cuando los australianos Rod Laver y Ken Rosewall repitieron el partido decisivo de 1968.
Federer admite que haber ganado a Nadal antes de Roland Garros le da cierta ventaja psicológica. "Pero no hay que pensar que si juego como en Hamburgo voy a ganar. Tengo que jugar igual de bien y que él cometa los mismos errores. Pero me da cierta
seguridad saber que si juego bien puedo dominarle", explicó.
El mallorquín, que llega con paso firme en busca de un histórico tercer Roland Garros consecutivo, con el que igualaría al legendario tenista sueco Bjorn Borg, es el único que no ha cedido un solo set este año. Lleva veinte victorias consecutivas en un torneo donde no conoce la derrota. "Uno siempre tiene la misma presión, no es una ventaja haber ganado dos veces. Pero quiero ganar, no por Roger sino porque es la final de Roland Garros", decía el número dos del mundo. "Uno juega para formar parte un poquito de la historia y ganar otro torneo de Grand Slam", añadió.
El mallorquín, que cumplió 21 años el pasado 3 de junio, llega al gran choque con ventaja de siete victorias por cuatro derrotas en su mano a mano con Federer. El suizo, que no se ha bajado del número uno mundial desde febrero de 2004, perdió una manga ante otro español, Tommy Robredo, en cuartos de final.
"No soy el mejor de todos los tiempos", aseguraba Federer, de 25 años. "Creo que ahora las cosas se han equilibrado un poco entre nosotros. He jugado bien durante todo el torneo y no he perdido en Grand Slam desde la final del año pasado", alegaba en su favor.
Si gana por fin Roland Garros, Federer no sólo sumará el único "grande" que no figura en su palmarés, sino que tendrá en su poder los cuatro últimos Grand Slams, algo que añade tensión a la gran cita del domingo.
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