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Lihuén Fiorotto contó su experiencia en el Teatro Colón y las ganas de ofrecer su arte en Larroque
El intendente de Larroque, Leonardo Hassell, recibió en su despacho al bailarín Lihuén Fiorotto, quien se acercó con el objetivo de contarle de sus actividades, principalmente en el Teatro Colón, su trayectoria y de sus proyectos para poder ofrecer su arte en la ciudad.
El presidente municipal le expresó la significancia que las expresiones culturales tienen para la administración municipal y le agradeció el querer compartir su experiencia en Larroque.
Por su parte, el bailarín agradeció el recibimiento, “la posibilidad de saber que están las puertas abiertas, poder empezar a generar cosas, ver que se me ocurre y poder traer la danza que hago y talleres. Eso me interesa mucho, y me interesa mucho el trabajo de la danza con la discapacidad, pero veo que se puede generar, sobre danza contemporánea que es lo que hago”.
Dijo, “me interesa que se den desde las semillas que hay, esas posibilidades que cada persona tiene de generar las oportunidades”, adelantando que en pocos meses habrá novedades, “venir con algunos compañeros para que bailen conmigo, sumar lógicamente a Marijó (Lonardi) y que sea intenso”.
Trayectoria
Fiorotto, empezó a los tres años, precisamente en la Academia de María José Lonardi, con folklore, a los 9 continuó en el mismo rubro, pero en el Taller municipal de ese momento. Cursó sus estudios en la Escuela Municipal de Arte Escénico “con Analía (Duarte), Ileana (Taffarel) y empecé a hacer cursos de danza. A los 17 vuelvo con Marijó y empiezo a hacer clásico contemporáneo y folklore”.
Allí obtuvo una beca de comedia musical y se va a Buenos Aires por dos semanas a una escuela llamada “Varieté´”, junto con Mailén Novoa “y fue muy divertido” dijo.
Allí ya sabía claramente lo que quería de su futuro, al terminar el secundario, si bien quería retornar a la capital del país, recala en el Liceo de la ciudad de Santa Fe, pero luego de unos años insiste con Buenos Aires y es así que ingresa a la UNA (Universidad Nacional de las Artes) en “Movimiento y Folklore”, tecnicatura en Composición Coreográfica, Mención Danza Teatro.
Llega luego al Teatro San Martín, reconocido a nivel mundial por sus talleres, donde cursa hasta el 2020 para retornar luego a la UNA.
Actualmente integra una agrupación de danza “que bailamos hace poco en el CCK (Centro Cultural Kirchner) haciendo una presentación de una obra que se llama ´Micelias” y también comenzó a “jugar en primera”, formando parte en el Teatro Colón, de la Opera “Nabucco” y ahora de la obra de danza “Carmen”, con la coreografía de Alejandro Cervera, su profesor de Taller, un coreógrafo, ex bailarín, de danza contemporánea. “Él armó una mezcla entre clásico y contemporáneo, re linda, que se hizo con el ballet estable del Colón. Ahora, hago figurativo, un trabajo bastante copado, eso básicamente y a esperar donde salen cosas para bailar”, agregó Lihuén.
Soñando con crecer, meterse entre los elegidos, destaca su orgullo de estar en una presentación que nunca antes se hizo en el Colón, “porque siempre ha sido solo clásico y llegamos nosotros, todos bailarines contemporáneos o actores. Nos fue tan bien que en la semana de cierre no quedaban localidades”, dejando como dato significativo que “cuando Nabucco se presentó por primera vez, por su autor, Verdi, que la creó en 1846, el “Va pensiero” que termina siendo un himno popular de Italia, se hizo un bis en esa última presentación, en su estreno y acá, en la última función se hizo un bis también, a pedido del público, al igual que esa primera vez. Increíble”.
Sumando una notable experiencia, no dudó de comentar la química del actual grupo que integra en el Colón, “somos bailarines que tenemos el mismo lenguaje, porque la mayoría venimos del mismo lugar” y “con la misma gente que trabaja estable en el teatro, ellos tienen muchas ganas de seguir trabajando con nosotros, porque hay una energía copada”.
Consciente de la altura de la vara “hay que saber sostenerla y en el Colón me han respetado desde lo económico, ya que muchas veces te piden actuar ad honorem. Pero en este lugar no solo es por plata, estoy teniendo un espacio para seguir ampliando y generando contactos”.
Primeros pasos
Recuerda también que siempre quiso ser bailarín, “si alguna vez tuve dudas fue más por la presión social que por mí. Siempre lo elegí dentro de las variadas actividades que hice en Larroque” y que “la EMAE sirve un montón”, comprobado en los nuevos estudios, donde tuvo que afrontar contenidos que él ya había visto antes “y también en la actuación, la interpretación y la expresión corporal y siempre digo que por la EMAE quizás no hubiese terminado haciendo lo que estoy haciendo”, y recuerda que con “Marijó toda la química, toda la expresividad que es algo que me inculcó desde que empecé, mucho de expresión, de las diferentes formas de hacer los personajes y eso me ha ayudado a que elija la danza teatro y no la danza específicamente”.
Quizás como el “Va pensiero” que habla de “las alas doradas de la libertad”, Lihuén siga en ese camino de volar y ser libre, pero sin olvidar sus raíces, sus maestras, porque destaca permanentemente a Marijó Lonardi y por eso siempre vuelve y por eso esta idea de devolverle a Larroque donde despertó su vocación. Esa vocación que fomentó la EMAE, que le dio las primeras pinceladas, de un camino y un recorrido promisorio.