.
Un acto de amor: María Laura Cavaignac le donó un riñón a su esposo, Ismael Focaraccio
María Laura e Ismael en un departamento en Buenos Aires a los pocos días de haber sido intervenidos.
El reconocido médico cirujano y flebólogo de nuestra ciudad, Ismael Focaraccio, fue sometido en marzo pasado a un trasplante de un riñón en la clínica Favaloro, que fuera donado por su esposa Laura. Ambos se recuperaron muy bien.
Todos los 30 de mayo de cada año se conmemora el Día nacional de la Donación de Órganos. La fecha tiene el objeto de acrecentar la conciencia de la necesidad de donar órganos y tejidos para responder a la necesidad de trasplante de alrededor de 10.000 personas en lista de espera en todo el país.
De manera muy especial, se intenta acercar a la población las realidades de aquellos y aquellas que se encuentran a la espera de un trasplante para recuperar calidad de vida y comenzar a vivir con plenitud. También de las personas que ya han sido trasplantadas y hoy han emprendido nuevos proyectos gracias a la solidaridad de las familias donantes.
Detrás de cada trasplante hay una historia familiar, de sufrimientos, ansiedades y una fe ciega del equipo médico que se preparó durante años para darle una oportunidad de seguir viviendo a un paciente que necesita ser trasplantado.
“En cada acto médico debe estar presente el respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales; entonces la ciencia y la conciencia estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad”, dijo una vez el gran médico cardiólogo argentino René Favaloro.
Una historia de amor de 40 años
El matrimonio compuesto por la bioquímica María Laura Cavaignac y el doctor Ismael Focaraccio, pasaron muchos desafíos a lo largo de sus vidas, pero tal vez nunca se imaginaron que una parte del cuerpo de Laura, estaría para el resto de su existencia en el cuerpo de Ismael al recibir un riñón de su esposa.
“En primer momento había pensado en hacer una donación cruzada en caso de que no fuera compatible, yo estaba dispuesta a donar un riñón a otra persona, para poder recibir otro que fuera compatible”, explicó María Laura a EL ARGENTINO, antes de que se enterara de que su órgano fuera compatible con el de Ismael.
Como a muchos pacientes, la pandemia, hizo que los controles médicos no pudieran hacerse con más periodicidad, y al no tener ninguno de los riñones en funcionamiento, Ismael tuvo una fuerte descompensación en octubre del 2020 que lo dejó en un estado crítico, al tener necrosis en los riñones dese hace tiempo, lo que tenía que dializarse constantemente.
“Cuando llegamos a Buenos Aires, los médicos querían que llegará al trasplante sin la necesidad de ser dializado, pero al deteriorarse su salud, no se pudo y fue en octubre donde tuvo una descompensación y terminó en terapia intensiva, porque la urea le subió mucho y tuvo acciones colaterales que se dio cuenta por ser médico”, recordó María Laura.
Mientras Ismael se dializaba en Buenos Aires, mientras tanto le iban realizando todos los estudios previos para poder someterse a la cirugía de trasplante en el Hospital Italiano. Lo mismo tuvo que hacer su esposa quien fue la donante.
“Es importante remarcar que cuando uno va a donar un órgano, al donante se le hacen muchos estudios durante dos meses, desde cardiológicos, ginecológicos, endoscopias, todos los estudios de la función renal, es por eso que el mensaje que quiero dar es que la persona que decida donar un órgano debe ser sana. El equipo médico debe asegurarse de eso”, remarcó.
“Me hicieron también un estudio funcional para saber cuál de los dos riñones podía donar y que fuera más fácil para el equipo médico extraerlo de mi cuerpo mediante una cirugía laparoscópica y decidieron sacarme el izquierdo. Luego lo dejaron unos 20 minutos afuera para ver si funcionaba bien”, dijo la donante.
Una vez que el riñón estuvo en condiciones para ser trasplantado, abren al paciente receptor se lo colocaron en el abdomen mediante un bypass. Ahora Ismael tiene tres riñones y tras 48 horas de la intervención ya estaba bien.
“Ahora tiene que controlarse cada 15 días y mañana (por hoy) se le va a realizar una biopsia para saber si el cuerpo no rechaza al nuevo riñón. A Ismael le dan muchos inmunosupresores para que su organismo pueda aceptarlo”, manifestó.
Ahora el paciente trasplantado tendrá seis meses de recuperación en un total confinamiento y extremos cuidados en la higiene, porque cualquier virus o bacteria que lo afecte al organismo, éste podría rechazar del nuevo riñón.
No obstante, pese a haber sido sometido a una operación de casi tres horas, su sistema inmunológico está bastante fuerte y hace una semana recibió la primera dosis de la vacuna contra el Covid, mientras puede hacer una vida relativamente normal.
Lo mismo suceder para, María Laura que a dos meses de funcionar con un riñón, ya está desarrollando una vida normal, “solo me dijeron que debemos hacer una vida sana como todos y ya volví a trabajar a mi laboratorio y al Hospital”, remarcó.
“La gente de Gualeguaychú nos ayudó mucho, y nos dio mucho aliento, lo que nos sirvió para ir tranquilo al trasplante”, concretó.