“Sin fronteras, por la vida” : otro clamor contra la contaminante Botnia
El décimo abrazo al río Uruguay para repudiar la presencia de la contaminante pastera UPM Botnia y que fue organizada por la Asamblea Ciudadana Ambiental, no tuvo hoy la participación multitudinaria que suele convocar.
De hecho fue una de las movilizaciones menos numerosas que se hayan realizado al puente internacional “General San Martín”. Aunque esto de ninguna manera implica que el reclamo se haya debilitado, sino todo lo contrario.
El NO a las papeleras y el SI a la vida es la nave insignia que moviliza a las comunidades ribereñas y que ha marcado un antes y un después en materia ambiental y por eso no sólo que sigue haciendo historia, sino que se inscribe en la memoria de los pueblos.
Trazada la coordenada de la cuantificación –cuya anécdota no erosiona a la historia- es oportuno trazar la coordenada de la cualificación, dado que este décimo abrazo expresa que hace poco más de una década que los pueblos esperan definiciones en la defensa de la vida y de un ambiente sano.
Este año se marchó bajo el lema “Sin fronteras, por la vida” y fue inspirador para que las distintas expresiones confesionales emitieran un mensaje acompañando el peregrinar de una comunidad que no baja los brazos ni mucho menos ha arriado la bandera de su causa esencial.
En el óvalo de la cabecera del puente internacional se fue juntando la gente de a poco, justamente para prepararse espiritualmente a la protesta ambiental que es una de las más significativas de todos los tiempos en el continente.
La Iglesia Luterana, la Evangélica del Río de la Plata y la Católica, tuvieron este año el rol de compartir su catequesis y su Palabra.
El NO a las papeleras y el SI a la vida es la nave insignia que moviliza a las comunidades ribereñas y que ha marcado un antes y un después en materia ambiental y por eso no sólo que sigue haciendo historia, sino que se inscribe en la memoria de los pueblos.
Trazada la coordenada de la cuantificación –cuya anécdota no erosiona a la historia- es oportuno trazar la coordenada de la cualificación, dado que este décimo abrazo expresa que hace poco más de una década que los pueblos esperan definiciones en la defensa de la vida y de un ambiente sano.
Este año se marchó bajo el lema “Sin fronteras, por la vida” y fue inspirador para que las distintas expresiones confesionales emitieran un mensaje acompañando el peregrinar de una comunidad que no baja los brazos ni mucho menos ha arriado la bandera de su causa esencial.
En el óvalo de la cabecera del puente internacional se fue juntando la gente de a poco, justamente para prepararse espiritualmente a la protesta ambiental que es una de las más significativas de todos los tiempos en el continente.
La Iglesia Luterana, la Evangélica del Río de la Plata y la Católica, tuvieron este año el rol de compartir su catequesis y su Palabra.
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