Opinión
Si nos hubieran preguntado...
El Indio Solari volvió a ser noticia este fin de semana por el trágico recital suyo en Olavarría.
Y esto será tema de debate durante un tiempo, pero no demasiado, tal como ocurrió aquí, que debatimos antes y después del recital, con el Indio y su gente muy lejos, sin enterarse tal vez qué peleábamos, porque total, ellos vendrían, harían su negocio y se irían sin más. Y si se tardó un poco en acomodar la ciudad después que pasó este recital que como se informó entonces, congregó a unas 170 mil personas (curiosamente, la misma cifra convocante de ahora, según la productora), mucho más tiempo, enojos y pérdidas económicas padeció el Jockey Club, que cedió el predio del hipódromo con la idea de sanear su economía.
Por eso en Gualeguaychú ya sabemos que donde se organiza uno de estos megarecitales puede ocurrir cualquier cosa, porque lo vivimos en abril de 2014. Pero no se esperaba que en Olavarría hubiera muertos y heridos, algo que parece no moverle demasiado la aguja a este personaje que se conduce con un afán de lucro despiadado, aunque su mensaje sea otro para sus seguidores...
Solari debe estar muy lejos de la ciudad que quedó conmocionada, del predio deshecho como quedó nuestro hipódromo, de los muertos, los heridos y los que aún no aparecen.
Tan lejos como de las deudas que todavía existen aquí, de la cancha que se debió construir de nuevo, del cerco perimetral que parece ser la única concreción de todo lo convenido con las autoridades del hipódromo. Lejos de Gualeguaychú, ciudad que, como a todas las que va, despreció usándola a su antojo. Sabemos que lo que pueda ocurrir de ahora en más es materia para la Justicia. Y lo que resuelva esta Justicia podrá reabrir los debates que tuvimos en abril de 2014. Porque para nada este es un caso cerrado.
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