Personaje del carnaval
A mucha gente le llamó la atención la garra y pasión que puso cada noche de carnaval. Y tanto fue, que logramos que Toto (lo bautizaron Diego Agustín pero para todos, para él mismo, es Toto López), viniera a EL ARGENTINO.
Él tuvo su participación en “Sueño de una noche de Carnaval”, que presentó Ará Yeví y allá arriba, en la carroza de las cuatro puertas, cada noche interpretó su papel y disfrutó a más no poder ese contacto con la gente que desde las tribunas lo aplaudía admirada.
Toto tiene sangre de bailarines por sus dos familias: la de papá Irineo López y la de mamá Susana Bon.
No en vano, la danza hizo que las familias se conocieran.
Pero sigamos con Toto: es alumno de primer grado en la escuela Sirio Libanesa y hermano mayor de Jacinto.
Y cuando le preguntamos por qué no salió en Kamarr, supimos por su tío Lino que, con papá Irineo en la comparsa y él en la dirección de la puesta en escena, a Toto no le quedaron muchas opciones.
“Había que convocar unos personajes para la carroza”, contó Lino López, agregando que ésta tenía movimiento propio y que representaba el paso de la vida.
“¿El paso o el peso de la vida?”, preguntó Toto desde sus cinco años, cortando el relato de su tío y padrino, para seguir explicando él “cada uno tenía que quedarse delante de su puerta. Y yo podía jugar un poco después que me viera el jurado”.
¿Cómo sabías dónde estaba el jurado?
“Porque lo veía....”, dijo haciendo notar la obviedad.
Después contó que salió todas las noches, que sólo tuvo sueño la primera “porque salimos terceros...” y que lo subían y bajaban con una grúa, junto a su papá.
¿Qué era lo más lindo de todo?, le preguntamos y nos dijo “salir. Me divertía.”
¿Sabés que la gente se quedó sorprendida con tu actuación? preguntamos y supimos por Lino que al principio, cuando le dijeron que podía bailar si quería hacerlo Toto dijo “no”.
Pero sorprendiendo a todos, cada noche y durante todo el paso de la comparsa, se soltó y de una forma que se convirtió en personaje.
“No sabía que iba a haber tanta gente. Pero al ver tanta, tanta, tanta gente, tenía que hacerlo bien”, fue su conclusión, para explicar por qué allá arriba salía el artista, arengando y cantando, disfrutando estar allí, sin abatatarse, como ocurre muchas veces con los chiquitos.
“Como era un lugar de mucho protagonismo lo elegí porque lo conocía; no sólo porque es mi sobrino”, dijo Lino.
“Hace un tiempo hicimos un videíto promocional en el hipódromo. Toto tenía que estar en la tribuna con su papá y la idea era que pasaba la carrera y el favorito perdía.
Cuando vi que imaginaba que los caballos pasaban delante suyo, pensé “está actuando”.
“También, una vez, me contrataron para hacer una publicidad en el carnaval. Yo tenía los cabezones de Molina Campos. Hice uno para él, y me sorprendió que Toto no se sacara la cabeza en todo el recorrido.”
De manera que tiene claro lo de la actuación. También para hacer invisible el huequito que dejó la caída de su primer diente, antes de la última noche, porque como dijo “me cuidaba, pero igual no se me veía el agujero”.
Como es de esperar, preguntamos qué quiere ser cuando sea grande, y Toto dijo muy serio “jockey, que son los que corren carreras de caballos, pero no jinetean”.
Y tras esto, habló de chaquetilla, breeches, guantes, casco, botas, fusta, montura, mandil, clásico, copa.
Y sin que preguntáramos agregó “y si no puedo ser jockey, quiero ser mago”.
¿Y el carnaval? ¿Vas a seguir saliendo?
“No sé. Si quiero salir veré si puedo”, dijo y hablándole directo a su tío preguntó
“¿puedo salir el año que viene?”
Y Lino, que desde hace años trabaja en el carnaval -lo ha hecho en Marí Marí, Kamarr, Papelitos, Ara Yeví- dijo “tenemos que ver qué hacemos, en qué comparsa estaremos...”
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