ECONOMÍA PROVINCIAL
Otra vez las Pymes y los pequeños productores amenazados por el “neoliberalismo” salvaje
El pasado jueves 4 de enero el gobernador Rogelio Frigerio mantuvo una reunión con representantes de la Corporación del Desarrollo de Gualeguaychú, donde el titular de la entidad, Tommy Fogg, planteó algunas necesidades del sector productivo de la ciudad (1).
Por Nahuel Maciel
El encuentro permitió detallarle al gobernador una serie de temas centrales como la planta de tratamiento de efluentes del Parque Industrial, el suministro de energía eléctrica, la posibilidad de brindar capacitaciones y acompañamiento para los emprendedores, además de impulsar el mejoramiento del acceso al predio fabril y la articulación efectiva con la Ruta Provincial N° 20, entre otros temas.
Frigerio no dio respuestas precisas a estos planteos, pero quedó habilitado algo elemental en el siglo XXI y en 40 años de democracia: un canal de diálogo.
En términos de la economía local hay que revalorizar a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) porque se estima que ellas emplean casi el 70 por ciento de la población activa y su participación en la producción ronda casi el 60 por ciento.
No es casual que a las Pymes se las considere como el gran “motor de la economía” local, provincial y nacional. Como organización empresarial, las “pymes” han logrado sobrevivir a la salvaje apertura económica de los ´90 y desde entonces son las que generaron el milagro real de los argentinos. En la actualidad, enfrentan un escenario similar a los ´90, agravado porque todavía no han logrado sobreponerse a aquella debacle provocada por lineamientos económicos del llamado neoliberalismo y que han sido sostenido incluso violentando el equilibrio de poderes en una República. Ahora se quiere replicar ese mismo esquema, pero a una velocidad inaudita.
Por otro lado, las Pymes en Gualeguaychú -como en gran parte de la provincia y del país-, poseen una enorme influencia en la economía a escala humana. Su propia descripción de “pequeñas y medianas empresas” no siempre ha sido valorada por los gobiernos y por eso no han tenido –como los grandes grupos económicos- demasiadas oportunidades para lograr financiamientos competitivos para su crecimiento y desarrollo.
Un claro ejemplo de esta afirmación es que no hay líneas de créditos competitivos, y los que se ofrecen son tan leoninos que implicaría “un suicidio” empresario acceder a ellos. La perversión del sistema para con las Pymes es casi proverbial en la Argentina neoliberal.
Esto es así porque a la apertura de la economía todavía la siguen manejando un gran mercando concentrado que casi monopoliza los recursos financieros. Es oportuno recordar –para no perder los sucesos de la historia- que todavía los bancos y entidades crediticias no han devuelto a la sociedad lo que se han apropiado con los llamados “corralitos” de fines de los ´90 y principio del 2000. No han devuelto esos ahorros confiscados, a pesar que desde entonces sus ganancias han sido casi siderales.
Hace años que las pymes -especialmente las vinculadas con el sector industrial- vienen advirtiendo que están siendo afectadas por las restricciones en el financiamiento, por el elevado costo del crédito y el costo de los servicios como ocurre con la energía. De ahí el oportuno reclamo de la Corporación del Desarrollo al gobernador Frigerio.
El cuadro energético entrerriano desalienta las inversiones, paradójicamente en una provincia que es productora de energía. Un despropósito por donde se lo quiera analizar. Y esta inequidad hacer que al ser superiores los costos energéticos las posibilidades de competir se tornan con desventajas respecto de otras provincias que tienen un acceso más económico a la energía. Así quedan expuestos dos carencias esenciales para el desarrollo de una Pymes: un crédito prohibitivo por ser leonino y una energía más cara respecto de otras provincias (2).
Como una ironía, siempre se les promete que vendrá un tiempo de bonanza, pero lo cierto y concreto es que, en este esquema tan salvaje de la economía nacional, lamentablemente no hay reales perspectivas de crecimientos, además el contexto de obstáculo son verdaderas amenazas incluso para la supervivencia de las Pymes.
Las “Pymes” del campo
Una situación similar (con sus variantes y diferencias) atraviesan los pequeños y medianos productores agropecuarios, que pierden el fruto de su trabajo en manos de los grandes acopiadores y exportadores, agravados por el retorno de las retenciones a las economías regionales.
El gobernador Frigerio expresó su acuerdo “con la mayor parte de las medidas” propuestas por el gobierno nacional en el Decreto de Necesidad y Urgencia como en la Ley Ómnibus. Sin embargo, manifestó sus “diferencias con cuestiones puntuales que nuestros legisladores tratarán de modificar, y están vinculadas, por ejemplo, al aumento de los derechos de exportación de nuestras economías regionales, a las que voy a defender a muerte, porque generan riqueza, empleo y el arraigo de la gente en el lugar en el que vive. Eso es fundamental en nuestra visión de gobierno” (3).
Hay que insistir con una realidad sustentada en la historia: las Pymes en sus diferentes rubros productivos como los pequeños y medianos productores agropecuarios son los que generan la riqueza de Gualeguaychú, forman parte de la riqueza de Entre Ríos y son los que más contribuyen para la riqueza de Argentina. No darles la jerarquía y el reconocimiento que merecen, es propio de un sistema que solo favorece la especulación financiera y el ahogar a los pequeños y medianos para que luego un “grande” se apropie de ese capital y de esa riqueza. Ya paso, para recordar un ejemplo, con el llamado éxodo rural: el ahogo que sufrieron los pequeños y medianos productores los obligó a mal vender su campo familiar, emigrar a la ciudad y esas tierras productivas quedaron en manos de los grandes “pools de siembra”, que es ese sistema de producción agraria caracterizado por el rol determinante que ejerce el capital financiero, amén de su daño ambiental incluido (4).
Hace generaciones que Gualeguaychú -como la provincia y el país- tiene los recursos tecnológicos e intelectuales para impulsar un desarrollo con equilibrio, sustentable. Pero, para potenciar esa posibilidad es imperioso establecer gran acuerdo estratégico entre lo público y lo privado. Se requieren leyes de desarrollo y menso leyes ómnibus que erosionan a la propia democracia. Para ello es indispensable legisladores que legislen y no sólo que piensen cómo negociar con el poder de turno.
Hay que volver a recurrir a la memoria –siempre-, y recordar que cuando las pymes desaparecen, cuando el pequeño y mediano productor se ve forzado a mal vender su capital económico de sustento familiar, entonces la economía explota por los aires y se tarda generaciones para recuperarse; a pesar que los pequeños y medianos empresarios como los chacareros son los que le han puesto el hombro al crecimiento del país.
La paradoja esta vez como incoherencia, contradicción y absurdo: quienes generan las riquezas son fundidos hasta la quiebra, para que los especuladores ganen siempre. Así, no hay posibilidades de desarrollo ni de crecimiento estable.
Referencias
1) https://noticias.entrerios.gov.ar/notas/frigerio-recibi-a-sectores-productivos-de-gualeguaych.htm